Visita inesperada

Liliana

Los rayos del sol comenzaban a entrar por la ventana, iluminando la habitación, siento sobre mi cintura el pesado brazo de Alex que me mantiene abrazada a su cuerpo, los recuerdos de la noche anterior llegan a mi cabeza.

No puedo negar que aunque fue increíble, no se debe volver a repetir, me deje llevar por el momento, pero debo poner punto final a todo esto.

Me levanto de la cama para buscar mi vestido de la noche anterior, Alex aún sigue dormido, me cambio rápidamente de ropa y me dirijo a la salida de la habitación, se escucha que tocan la puerta del departamento, y una persona de servicio abre, en la entrada de pueden escuchar demasiados gritos y una mujer entra histérica a la sala de estar del apartamento .

–Alex, ¿donde demonios estás? porque no contestas mis llamadas, ¡tengo días tratando de localizarte!– Dice Paula furiosa, armando un escándalo dentro del departamento.

Cuando me ve, se nota que la irá de ella va en aumento así que se dirige como loca a insultarme y preguntarme por Alex, la verdad que no entiendo que pasa aquí.

–Ya veo porque demonios no contestas el maldito teléfono, estabas tan ocupado en revolcarte con esta zorra, a ver tú dime dónde rayos está el, acaso ya se fue y te dejo aquí, déjame decirte querida que no eres la primera que ha pasado este departamento, cada noche trae a una diferente.

Las palabras de esta mujer me sacudieron completamente, pero no se lo iba a demostrar, así que no me quedé callada y le respondí a la loca está, que se cree.

–Ja, a ver primero que nada, a mí no me vas a insultar, no es mi problema si te contesta o no las llamadas, y en segunda, lo que yo haga aquí no te incumbe a ti, y si soy la primera o la última tampoco me importa porque yo ya voy de salida de este maldito lugar, así que quítate y no estorbes, ¡Estúpida!– Dije furiosa cuando me dirigí a salir del lugar escuché la voz del idiota de Alex, pero no me detuve y salí corriendo de ahí a tomar un taxi para mi casa.

Alex

Me encontraba terminando de vestir, cuando escuché gritos en la sala, así que salí de inmediato, me encontre con Paula discutiendo con Liliana, vi que ella salió furiosa pero no tuve tiempo de detenerla, se fue tan rápido y salí tras ella pero no pude hacer nada para explicarle.

Me regresé furioso donde se encontraba Paula y le grite– Acaso estás loca, entre tú y yo nunca hubo ni habrá, nada cómo quieres que te lo haga entender, encima de todo vienes a mi casa y haces un escándalo, que demonios le dijiste, ¡Habla!–

Ella suelta una carcajada, que la hace parecer una demente – Solamente lo que necesitaba escuchar para que no se ilusione contigo, tu eres solo para mí, así que no voy a permitir que ninguna mujer se acerque a ti, y ese es tu castigo por haberme rechazado–

–Estas loca, yo no podía estar contigo y lo sabes perfectamente, ¡Lárgate de mi casa ahora mismo y nunca más te vuelvas a aparecer por aquí, porque te juro que te va a pesar!–

–Ahora me estás amenazando mi amor, eso no se hace con tu futura esposa– dice ella con una sonrisa macabra y abandonando el lugar.

Alex se lamenta no haber podido hablar con Liliana, pero tenía que ir a buscarla, lo haría en cuanto Jackson tuviera la información sobre el atentado, ahora, por el momento solamente tenía que esperar.

Liliana

Llegue a mi casa y mis padres estaban preocupados esperando por mi, habían recibido la noticia del atentado y en cuanto me vieron entrar me llovieron las preguntas, pero no hice caso, únicamente les dije que estoy bien y subí a mi cuarto para darme un largo baño y quitarme está ropa.

Mientras estoy en la ducha, me preguntó varias veces, como pude ser tan estúpida de dejarme llevar por el momento, debí suponer que Alex es ese tipo de hombres mujeriegos que se la pasan de cama en cama, o peor aún pasan una y otra por la misma cama.

Me repito varias veces que esto nunca debió de suceder, termino de bañarme y me visto con algo casual, unos jeans azules, y un top de manga larga verde militar, y como recuerdo que el idiota no uso protección me dirigí a la farmacia por la píldora.

Cuando venía de regreso, pase por una cafetería para comer algo y dirigirme a casa, no quería hablar con nadie así que me encerré en mi habitación.

Desde hoy seré una persona más fría de lo que antes era y no volveré a caer ante ningún hombre, por muy atento que sea.

Me pongo a revisar las noticias del atentado de ayer, para ver si hay alguna información, del mismo modo llamo a Josué mi guardaespaldas de confianza para que haga una pequeña investigación sobre el caso, con la locura de la mujer histérica ni siquiera recordaba lo del atentado, aunque debo admitir que me asusté mucho y si no fuera por el idiota, no se que habría pasado.