La nota de un vampiro

Eric

- ¿Tú?, Padre, esta mujer ha perdido la razón. Ella no está preparada físicamente para una trasfusión. Además, no sabemos cómo vaya a reaccionar su cuerpo, ella asegura tener una loba, pero nadie la ha visto.

- La señorita presento inicios de delirios, estaba hablando sola hace un momento. – añadió un medico

Ella me mira, como suplicándome que desmienta las palabras del doctor, no lo aré. Ella no está bien para hacer esa transfusión.

- Tengo loba, no puedo revelar su nombre, por un pacto de silencio que hice con ella. Puedo mostrarla sí es necesario solo a mi padre y al medico líder.

Misterio, misterio y más misterio. ¿Qué tiene su loba?

- Mi loba esta en recuperación es un tema de lobos, me ha dicho ella. – agrega.

Mi padre esta de acuerdo con sus condiciones. Nos hacen salir para organizar el lugar adecuado.

- Han salido al bosque. Voy a vigilar las fronteras, nos han dicho que hay un clan de roguers divagando por el territorio del sur.   – menciono Román.

Una suave brisa con un aroma exquisito me invade, tierra mojada y canela.

- Es ella Eric, encuéntrala – gruñe Enzo.

- ¿Qué?, nuestra compañera no puede ser una maldita roguers.

- Mía – dice sin escucharme.

Cierro la conexión. No es hora de mates, suprimo el olor de mi lobo para no encontrar a mi compañera. Sigo el aroma, proviene del bosque, puede ser el enemigo. En la frontera estaban los guerreros.

- Ya pasaron los intrusos. – escucho a un guerrero – no entraron porque saben que aquí encontrarán la muerte.

Mi padre, mi hermana y el medico también llegan, fueron alertados de los movimientos del enemigo. Solucionado el problema de vigilancia mi padre determina que Mercedes es la indicada para realizar el procedimiento de Ariana.

- Padre, me opongo a tu decisión ella debe cuidarse.

Observó a Román cerca de ella, siempre la acompaña. ¿Será su compañera ahora que ella ha revelado su loba?

- Mercedes, tu hermano tiene razón. – mi alegría es empañada cuando mi padre agrega – Puedes iniciar el procedimiento cuando hayas mejorado. Los médicos que te indiquen como puedes hacerlo sola.

- Estaré contigo en tu recuperación. – le dice melosamente Román.

Me hastió escucharlo, estará tan ocupado que faltará a su promesa. Mi sorpresa viene luego con la respuesta de ella.

- Román, tan considerado, estaré feliz de que me acompañes en mi recuperación.

El medico le indica que le enviará las instrucciones.

- Mercedes es una mujer fuerte, apoyaremos su decisión. Eric adecua un ala en la mansión, en donde tus hermanas se puedan instalar. Ariana necesita de todo tu apoyo, no las descuides.

Una pizca de malicia y de gloria veo en los ojos de Mercedes. Apoyándose en Román, los dos vuelven a casa. La pareja perfecta, me alegro por ellos, pienso con ironía.

- ¿Quién entrenará a los Omegas? – grito usando un último haz.

- Su pregunta es una ofensa, es mi labor y la continuaré haciendo.

- Ya lo veremos.

- No te atrevas hacer nada sin mi consentimiento. Te lo exijo.  

- ¿Quién te crees para hablarme así?

- No era mi intención…

- No, nunca es tu intención, no puedes controlarte.

Decido correr, Enzo esta molesto porque suprimí su olor.

- ¿Enzo?

- No hablaré contigo, siento rabia, me ocultaste…

- Luego la buscaré, te lo prometo.

Mi lobo me ignora. Voy al hospital a ver a Ariana. Ella esta conectada a unas máquinas, le hablo contándole lo que ha sucedido.

- Pronto estarás en casa. – le digo al salir.

En la habitación de Mercedes, varios Omegas habían ido a visitarla. Debía descansar antes de llevarla a casa.

- Fuera todos, tu también Román, Mercedes debe descansar, en unas horas la llevaremos a la mansión.

- Estaré afuera por si me necesitas – dice Román con una sonrisa pícara.

- No estarás tan cerca, hoy harás guardia…

- Eric – una mano me toca- Deja que se quede. – me dice Mercedes.

Espero que los Omegas salgan para hablar los tres.

- Mercedes, ustedes ya no son unos niños para estar juntos todo el día. Román tiene obligaciones con el clan.

- Román es tu futuro Beta, puedes hacer una excepción esta vez.

- Mi respuesta sigue siendo un no.

- Ya no soy una niña, no tienes que estar pendiente de mí. Vete Eric, sí quiero que él se vaya, seré yo quien se lo diga. Lo que debes hacer, es ir a organizar todo para nuestra salida.

- Cuida tus palabras.

- Eric, no le prestes atención a Mercedes, ella le encanta llevarte la contraria. – añadió Román – acataré tus órdenes.

Ella no esta contenta con la respuesta de su amigo. Me acerco a su cama, me despido fraternalmente, le tocó su cabello. “Sé obediente pequeña” le digo en nuestro link.

Llegó a la mansión, doy las instrucciones para que se organice; ropa, dos camas, espacio para adecuar las máquinas. La habitación es amplia y las vistas al jardín posterior son relajantes, mis hermanas se sentirán cómodas.

- Puedes venir por mí, la soledad me esta matando. – abriendo el link me habla Mercedes.

- ¿Román se cansó de hacer de niñera?

- Te obedeció, salió cuando te fuiste, no ha regresado.

- Deberías aprender de él. Iré a ver las fronteras y luego pasaré por ti.

Los condenados vampiros seguían acechando la frontera del norte. Los hijos del clan principal buscaban justicia por el asesinato de sus padres, estaban obstinados en afirmar que el asesino había sido un lobo de la manada.

El enfrentamiento fue fugaz. Enzo tenía la ventaja de su naturaleza, el enemigo no estaba preparado para un ataque así. Mató varios vampiros, los chupa sangres eran fríamente agiles. Sus ojos rojos buscaban intimidar a sus contrincantes, lo que no sabían era que él no conocía el miedo, el Alfa regente del clan azul resplandeciente no tenía compasión con su enemigo.

- Alfa, los otros vampiros se han ido.

- Volvamos a la mansión, deja un escuadrón de guardias, esos vampiros volverán. ¡Joder!, cada vez son más.

- Si, son neófitos, están sedientos de sangre, no están entrenados.

- Han incumplido las normas con los humanos, aunque en estos momentos no hay regla que se cumpla.

Agotado y con el cuerpo mallugado, voy al hospital, ella esta impaciente por salir.

- ¿Esta vez contra quien pelearon?

- Los vampiros han creado nuevos miembros. – le digo con voz gélida.

Una voz resuena desde la recepción del hospital.

- Alfa, encontramos una nota en la frontera del norte. –agitado Román me pasa un papel.

“ Aremos una tregua de paz, sí me entregas a mi tua cantante. Mi compañera está entre ustedes, quiero entrar a su territorio para encontrarla.

...Att: Anyelo Matilla”...

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