Si hubiera podido correr, Violeta habría salido corriendo de su casa, pero después de lo que Marcus le había hecho, su cuerpo estaba adolorido, tenía el cuerpo magullado y moratones en distintos lugares, cuando se duchó después tuvo que limpiar la sangre que había corrido entre sus piernas, sacudió la cabeza, debía dejar de pensar en eso. Siguió su camino con destino al restaurante Sol de Medianoche donde la esperaba Miranda.
Al llegar, uno de los garzones la guio al segundo piso, ella estaba espléndida en una mesa en la terraza, se veía preciosa
—Miranda, que bueno poder encontrarme contigo—Miranda se giró apenas escuchó la voz de Violeta, se levantó y la abrazó con fuerza, pudo sentir el ligero temblor en el cuerpo de ella ante esa acción
—¿Mi niña estás bien? —Violeta la contempló, había tantas cosas mal en su vida que una más no estaba haciendo la diferencia
—Sí, es solo que ayer me quedé dormida en el sofá y mi cuerpo tiene las consecuencias de una mala postura—Trató de sonreír, pero le costó, Miranda la abrazó aún más fuerte
—Lo que necesites, siempre, siempre puedes contar conmigo. Eso incluye cavar una tumba—Lo último lo dijo tan serio que Violeta con lágrimas en los ojos comenzó a reír agradecida de tenerla en su vida. Después de otro abrazo y muchos mimos de parte de Miranda, ambas mujeres se sentaron y ordenaron su comida
—Miranda, quiero agradecerte por todo, pero lamentablemente no podré seguir trabajando para ti—Violeta creyó que lo más sensato sería disfrutar lo que le quedara de vida
—¡De qué hablas, dijiste que no trabajarías para la competencia! —Miranda la miró confundida, sabe que eso era mucho más grave que simplemente irse a la competencia
—Tengo… Tengo cáncer Miranda… Me estoy muriendo—Violeta la miró mientras sonreía beatíficamente, sintió como la mujer a su lado tomó su mano con fuerza
—Buscaremos los mejores doctores, debe haber un tratamiento que te sirva, ya pasaste por esa mierda una vez y lo superaste. Lo superaremos nuevamente juntas—La firmeza en que decía todo eso le rompió un poco el corazón
—Ya no hay vuelta atrás Miranda, los chequeos demostraron que ya hizo metástasis en todo mi cuerpo—Violeta dio un apretón de vuelta mientras seguía sonriendo—Decidí que quiero vivir tranquila lo que queda, quiero… Quiero hacer todo lo que después no podré—Una sonrisa tímida surcó sus labrios al tiempo que con su mano libre tomaba la bufanda que le había tejido—Espero que te guste… Y que me recuerdes con ella cuando ya no esté—Miranda la miró en shock, esa pequeña niña frente a ella estaba aceptando la muerte estoicamente mientras le pedía que la recordara con una bufanda—No llores, debes cuidar a Eric, que no se meta en problemas, también tejí una para él—Miranda se tocó la cara, no sabe en qué momento comenzó a llorar. A pesar de que la diferencia de edad entre ellas dos era solo de cuatro años, Miranda se había casado joven, tuvo a su hijo y poco después perdió a su esposo en un accidente automovilístico, Violeta apareció poco después en su vida, se hicieron amigas y comenzaron a trabajar juntas. Su hijo Eric veía a Violeta como su tía y la trataba como tal
—Niña tonta, claro que me encanta, Eric estará feliz de lo que su querida tía Vi le tejió. D-debes prometer que si necesitas ayuda para alguna de las cosas que quieres hacer me lo dirás—Violeta sonrió ampliamente
—Por supuesto, sabes que siempre quise conocer el mar, podríamos ir los tres juntos y estar allí unos días. No existe persona en el mundo con quien quiera conocer el mar además de ustedes
—¿Qué dijo Marcus? ¿No te ha persuadido para que tomes tratamiento? —Ante la mención de Marcus Violeta apartó la mirada sin decir nada—Él no lo sabe… No se lo has dicho
—En estos momentos está enfocado en su empresa, es difícil y complicado—Miranda la miró, nunca le hizo gracia ese hombre para su amiga
—Te dije que mi primo Bastián era mil veces mejor, tal vez… Si hablamos con él encuentre una solución…—Miranda la miró esperanzada, Bastián era médico, dos años mayor que Violeta, se habían llevado de maravilla cuando ella los presentó, lastimosamente ella ya estaba con Marcus y no dio esperanzas falsas a Bastián. Violeta suspiró
—Estoy segura de que si llego a negarme no me dejarás tranquila, está bien. Veré a Bastián, le llevaré mis resultados—Miranda sonrió ampliamente al tiempo que la abrazaba
—No puedo simplemente dejarte sin buscar opciones, eres mi mejor amiga y ya superaste esa mierda una vez, estoy segura de que podrás volver a hacerlo—Violeta sonrió, tuvo cáncer mucho antes de conocer a Marcus, se manifestó poco después de que sus padres fallecieron, fue gracias a que las personas encargadas del orfanato que lo detectaron a tiempo y el tratamiento ayudó a que ella se recuperara. Le contó a Miranda todo lo que sufrió con la quimio, lo difícil que fue para ella esa época donde estuvo sufriendo una enfermedad horrible sin ningún familiar que la apoyara, estaba segura que era por eso que Miranda se esforzaría por demostrarle que ahora podía contar con ella. Estaba realmente feliz de tenerla en su vida
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Comments
Nayvi Moreno
Realmente fué por eso que el tal Marcus la sometió de manera que ella no lo notára y según él ella no pueda dejarlo nunca, a pesar del mal trato físico, emocional y psicológico del que es víctima Violeta.
Que se aleje de ese mal nacido cuanto antes 😡😡😡
2024-06-13
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Sandra Martinez
que lamentable que violeta teniendo personas que la aprecian y pueden ayudarla sigue al lado de ese imbécil soportando lo que no debe
2023-08-13
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Yesi Mts
Maldito y pensar que hay mujeres que creen que eso es normal.
2023-02-02
7