Un contrato

Christopher

El lunes estaba en mi oficina bebiendo un vaso de whisky para tratar de relajarme, no había podido quitar esa maldita mujer de mi cabeza y no dejaba que me concentrara en mi trabajo, de pronto escuché un golpe en la puerta.

-Adelante

-Hola primo ¿qué pasó contigo la otra noche? Te desapareciste

-No importa

-Espera, qué es eso en tu cuello?

-Déjalo Alberto

-Son chupones? ¿Dejaste que una mujer te hiciera eso?¿Quién eres y qué hiciste con mi primo?

-Cállate imbécil!

-¿Espera la chica del bar?

Lo miré y él entendió que no hablaría sobre eso, levantó las manos en señal de rendición y empezamos a trabajar, estaba de muy mal humor, así fue durante toda la semana, me acosté con dos mujeres durante este tiempo para poder quitarmela de la cabeza, pero no funcionó, al final de la semana ya no aguanté más, en realidad nadie me aguantaba más.

-¡Estos no son los malditos papeles Lina!

-Si señor, son los que me pidió

-No! Y no me contradiga, vaya y tráigame los estúpidos papeles

Ella sólo me miró y se alejó, nunca había sido el jefe más dulce, pero está última semana parecía un ogro.

-Ya deja en paz a tu pobre secretaria, ella no tiene la culpa- habló Alberto desde la puerta

-Mira no estoy de humor para tí hoy

-Ni para mí ni para nadie y eso desde hace una semana

-Qué diablos quieres?- se acercó y apoyó ambas manos en mi escritorio

-Estás asustando a todos tus empleados y socios, tus reuniones se han convertido en la comidilla de todos, te ves raro, perdido y molesto

-Y?

-Si no lo remedias perderás todo por lo que tanto has luchado, tu empresa y tu prestigio

-Y qué pretendes que haga?

-Tú sabes bien que tienes que hacer

Nos miramos unos segundos como si fuera un tipo de competencia, ninguno quería dar su brazo a torcer.

-Sabes que? Haz lo que quieras, pero luego nos digas que no te lo advertí- caminó hasta la puerta

-¡Loreley! Es todo lo que sé de ella, su nombre, Loreley, búscala, averigua todo sobre ella y tráeme el informe

-Ok primo, me alegra que lo hayas reconsiderado- se alejó

El viernes en la mañana tenía el informe en mi mano izquierda, un vaso de whisky en la derecha, durante una semana más esperé este papel. Miré la tapa por varios segundos antes de decidirme a abrirla, por qué hacía esto por una mujer que ni siquiera conocía muy bien? Por lo que sabía podría ser del tipo que se acuesta con cualquiera, y por qué eso me molesta tanto? Pensar que otro podría tocar su cuerpo o besarla me hacía rabiar en cólera, al fin me decidí y abrí la carpeta, después de beber de un largo trago mi bebida.

"Loreley Cáceres

Edad: 28

Estado civil: soltera

Vida familiar: su padre murió después de una larga enfermedad en los riñones, cuando ella tenía 5 años y su madre fue diagnosticada con cáncer de seno hace tres años, sin hermanos ni más parientes.

Vida laboral: trabaja como secretaria de Emilia Acevedo y en el hotel "Placeres", es el único sostén ya que con estos trabajos mantiene su casa y los insumos médicos de su madre

Vida personal: sólo posee una amiga, Lola Acosta, sin novios ni amantes. Generalmente no sale, va de la casa al trabajo y del trabajo a la casa y sus fines de semanas la pasa con su madre

Información crediticia: en su cuenta bancaria posee x mil dólares, posee una deuda de ××.××× y una hipoteca sobre su casa, la cual siempre se atrasa en pagar".

Bueno era una vida triste sin duda, pero que hago ahora con esto? Bueno podría presentarme y decirle... qué? ¿Qué le digo?. Espera, yo puedo.... ¿Qué diablos estoy pensando? Qué carajos te pasa Christopher? ¿Cómo se te ocurre una idea así? Me levanté y caminé por mi oficina, levanté la carpeta, vi la foto de Loreley ahí, era una dónde salía de su casa con uniforme de secretaria. Joder! Se veía tan sexi que mi miembro reaccionó al instante, no lo dudé más, tomé mi celular y marqué el número de mi abogado.

📲Doctor Fernández soy Christopher Matiz, necesito de sus servicios

📲Señor Matiz claro ¿en qué lo puedo ayudar?

📲Necesito un contrato para hoy mismo, voy para allá

📲Está bien lo espero

Salí de mi empresa, algo extraño porque nunca me iba temprano, y fuí hasta la oficina de mi abogado, cuando le expliqué lo que quería me miró algo extrañado pero al final lo aceptó, mañana en la mañana ya tendría mi contrato.

Loreley

El lunes llegué al hotel y tomé mi lugar como siempre, pero está vez era diferente, aunque Emilia me hizo el día imposible, yo me sentía muy feliz después de esa noche maravillosa con ese hombre de mis sueños, y digo de mis sueños porque cuando duermo solo sueño con él.

-Mmm esa cara la he visto antes

-¿Qué cara?

-Esa, la que tienes tú, la de enamorada

-Enamorada? No, pero podría decir que encantada

-Ujum y de quién estás encantada? ¿Es el chico del club del otro día verdad?

-Bueno si

-¿Y qué pasó? No me contaste nada

-Bueno, eso que te estás imaginando

-Que? ¿Tú? La puritana Loreley

-Bueno, si, sólo fue una noche, nada más, sólo eso

-Y qué tal fue?

-Haws- suspiré- fue maravilloso, espectacular y grand… ioso

-Jaja- ella rió entendiendo la referencia- eso es genial me alegro por ti

- y a ti qué tal te fué?

-Pues regular, el chico estaba lindo pero aburrido, así que terminé yéndome a casa

-¿Y quién sería divertido para ti?

-Ya sabes, alguien rudo, apuesto. No sé cómo los de las novelas

-¿Los mafiosos?

-Jaja bueno podría ser ja pero sabes que no soporto que me den órdenes

-¡Muy bien! Así que no tienen nada mejor que hacer que quedarse a chismosear

Lola volteo los ojos al escuchar a nuestro jefe a sus espaldas, puso la gran sonrisa falsa de vete a la mierda que sólo los que la conocíamos bien sabíamos cómo era y volteo.

-Claro señor, ahora mismo voy a mi trabajo, adiós Lore

-Nos vemos Lola

Caminó hasta el ascensor y subió al piso superior dónde estaba el salón de eventos y seguí mi día normal.

Durante dos semanas sólo pensaba en ese hombre, esa noche, sus caricias y besos. Christopher no salía de mi mente, todas las noches soñaba con él, parecía una adolescente enamorada, pero yo sabía que no iba a pasar, ni yo iría a buscarlo cómo se lo prometí, ni él vendría por mí o eso pensé hasta que el timbre de casa sonó temprano esa mañana. Era sábado, estaba sola con mamá así que yo atendí, cuando abrí la puerta no podía creer lo que veía.

-Uhm hola- dijo él después de un largo rato en silencio haciéndome reaccionar

-Ehm hola, qué haces aquí?

-¿No te da gusto verme?

-Bueno… yo… estoy algo confundida

-Tal vez si me dejas pasar podría explicártelo

-Claro- me hice a un lado y lo dejé pasar- quieres algo?

-No, estoy bien

-Y bien?- pregunté después de sentarnos en el sofá

-Vine a ofrecerte firmar un contrato

-Que tipo de contrato?- pregunté aún más confundida

-Bueno verás....

-Loreley hija?- mi madre me llamaba