Capítulo 3

Thiago Adams

La verdad no tengo mucho que decir sobre mi. Mi nombre es Thiago Adams tengo treinta años, me uni al FBI hace más de ocho años.

Mi madre la mataron hace unos meses y mi padre murió hace años, hermanos no sé si tenga aunque mi padre dijo que había uno o dos pero no me dio mayor información ya que falleció.

En mi último año he trabajado solo, no siempre fue así, mi compañera murió haciendo su trabajo. El ver cómo la habían dejado me trastorno mucho, no hemos parado de buscar al culpable pero nada ha salido.

Se que puedo llegar a ser una mierda y parecer que mantengo de mal genio a toda hora, cómo está mañana con la mujer que estaba en el ascensor no es que tuviera nada contra ella si no que así me volví y al parecer a ella no le gusto tampoco y me respondió en el mismo tono.

- Thiago la capitana te necesita de carácter urgente. - Alexandra va hasta mi escritorio aunque se sabe mi extensión, siempre hace lo mismo.

- Ya mismo voy.

Y como me dijeron que de urgencia no me tomé la molestia de golpear y no me esperaba que me apuntarán con un arma.

Solo pude mostrar mi lado sarcástico y la capitana me regaño, pude notar que la mujer se había reído.

Cuando me senté y la mire me quedé de piedra, mi cuerpo temblaba era como ver a un fantasma.

- Thiago te sientes bien.

- Quien es ella. - Mi voz temblaba.

- Tu nueva compañera, porque la miras como si hubieras visto un fantasma.

- No lo ve capitana, mi antigua compañera cuando la encontramos tenía el mismo rostro que ella, nunca hemos encontrado a la dueña. - Al terminar pude ver qué ella se puso pálida también.

- Hace cuanto.

- Hace un año.

Veo como ella comienza a hiperventilar, su cuerpo está temblando y de la nada se desmaya.

- Acuestala en el sofá y ve a traer un vaso de agua.

Hago lo que me dice y voy rápido en el camino me encuentro con Sebastián.

- Ya terminó la capitana contigo.

- No. - Respondo duro.

- Pero desarma tu corazón que pasó. - mi único amigo.

- Pronto lo verás. - No digo más y vuelvo a la oficina de la capitana.

A los pocos minutos ella comienza a abrir los ojos, y yo respiro más tranquilamente, pero la verdad no puedo quedarme ahí al verla a ella me acuerda de mí compañera, esto tiene que ser un maldito chiste.

- Capitana no creo que pueda hacer pareja con ella.

- Puede que ella sepa el porque tu compañera tenía la misma cara.

- No creo. - Del mismo nerviosismo me río.

- Nunca te rías de mis decisiones te guste o no, ella va a trabajar contigo. Así que por favor muestrales las instalaciones para que se vayan familiarizando.

Furioso me levanto y salgo de la oficina golpeando la puerta, me importa una mierda lo que haya dicho no pienso trabajar con esa niña, que ni siquiera se debe de saber limpiar los mocos.

Voy directo a las duchas en cuanto el agua fría toca mi cuerpo, mis músculos comienzan a relajarse, me quedo por más de 20 minutos, es una buena terapia.

- Maldita sea. - Grito golpeando fuertemente la pared, no importa el dolor de mi mano

En todo este año he tratado de buscar pistas de la persona que hizo eso no había encontrado nada y ahora aparece ella, de la nada.

Al llegar a la sala principal nuevamente, después de que logré calmarme veo que ella está mirando la pared en donde tengo lo de mi compañera.

Para evitar enfadarme nuevamente le hago una señal a Sebastián para que se acerque a mi.

- Ya se lo que pasó. - Me dice el.

- Por eso la gran mayoría de los de acá la están viendo.

- Eso parece, es como ver aún fantasma.

- Sabes cómo se llama. - Le pregunto ya que lo vi hablando con ella antes de que hablara conmigo.

- Se llama Martina.

- Muy bien enséñale las instalaciones no voy a ser capaz de esto y háblale del caso en el que estamos trabajando.

- El de microtrafico.

- Ese mismo.

- Vas a hablarle del caso de tu compañera. - Sebastián me señala mi pared.

- Nunca, solo espero que se aburra y se vaya.

Me giro y veo que ella me está mirando y tiene una pequeña sonrisa en sus labios, menos mal estamos lejos y no pudo escuchar lo que dije.

- Nos vemos mañana.

Salgo sin decirle ni una palabra más a Sebastián, tengo pereza de llegar a la casa así que voy al bar de siempre.

- Hola amor. - Me saluda Trina. - A que debemos el honor de verte tan temprano el día de hoy.

- Tuve un mal día y quiero saber si me tienes alguna información. -Ella es una de mis informantes en el caso del microtráfico.

- Lástima que hoy solo vengas por negocios, me hubiera gustado divertirme contigo.

- Créeme hoy no estoy de humor para tus juegos.

- Si, de eso me doy cuenta, al parecer te paso algo verdaderamente malo. Estás de un humor de perros, bueno no es que siempre llegues con una sonrisa en los labios.

A parte de ser mi informante ella es muy buena en la cama, aunque solo la tengo para el sexo no más, los juegos son muy divertidos. El amor no es lo mío.

Trina se aleja y yo la sigo hasta una de la habitaciones.

- Me tienes algo.

- Nada nuevo. - Eso no tiene mucho sentido ya que ella fue la que me habló en un principio sobre la nueva droga que estaban vendiendo y en las últimas semanas no tiene nada que decirme. - Ya no vienen acá.

- Eso solo puede significar que saben que tú me estás informando.

- ¿Estoy en peligro?.

- No te preocupes por nada, todo está bien, solo mantén un perfil bajo y nada te pasará.

Ella da un suspiro y puedo ver claramente que está preocupada, solo había una manera de que se relajara y la tomo en aquella habitación, aunque no venía para eso, me sirvió mucho para terminar de relajarme.

Al terminar en su cara hay una gran sonrisa, yo no digo nada recojo mis cosas me visto y salgo del bar. Al llegar a casa y en mi soledad solo hay una persona en la que no puedo dejar de pensar.

Me ducho y me acuesto pensado en ella en su rostro, a pesa de que me recuerda algo difícil el saber que ella si existe me pone nervioso, que putas me pasa con eso no lo sé.

Trato de dejar estos pensamientos lejos para poder dormir y poco a poco lo voy logrando. A la mañana siguiente llegó como si nada y directo al gimnasio.

Hago mi rutina y vuelvo al escritorio, solo me encuentro con Sebastián.

- Ya se aburrió y se fue. - quería escuchar una respuesta positiva.

- Buenos días y estás hablando de tu compañera.

- De quien más.

- Yo no diría eso. - El hace un gesto hacia donde queda el polígono y ella sale de ahí.

- Va a tocar hacerle la vida miserable para que se largué y no verle su cara. - me irritaba mirarla, por ella mi compañera está muerta.

- Porque la quieres fuera, hasta ahorita es su segundo día es muy agradable.

- No quiero ver ese rostro, sabe lo que me recuerda.

- Solo por eso la quieres fuera, no deberías de darle una oportunidad. - Sebastián solo sonríe.

- No, ella debe de tener la culpa de lo que le pasó a mi compañera.

- Y que tal que ella también sea una víctima. - Sebastián pone su mano en mi hombro- Te deseo lo mejor si llegas a sacarla de acá.

Doy un golpe en la mesa cuando veo que ella se va acercando a Sebastián, salgo de ese lugar, me siento asfixiado, tengo bastantes sentimientos me imagino que por ella me quitaron lo que yo amaba, pero al mismo tiempo me encuentro algo atraído.

Salgo sin decir una sola palabra a nadie, los días pasan y las semanas también, hace más de un mes que no la veo, y el caso de tráfico de drogas no avanza.

Así que para ahogar mis penas, voy al gimnasio después salgo para el polígono después de un rato alguien llega.

- Tenemos noticias del caso.

- De que me hablas Sebastián.

- La nueva acaba de arrestar Alejandro Santorini. - No puede ser eso cierto.

- Con que pruebas. Ya sabes que siempre sale libre.

- Está vez no, la capitana te está esperando en la sala de interrogatorio con Martina.

- Ella va a estar hay.

- Claro que sí, que esperabas ella tiene las pruebas.

Dejo el campo de tiro y salgo para la sala de interrogatorio en la cual efectivamente está la capitana y Martina.

Y por educación golpeó, no me quiero ganar otro regaño y menos delante de este hombre.

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Comments

Jahzara Zafra & Kotaro!!

Jahzara Zafra & Kotaro!!

esto no lo entiendo, 😅las palabras están incongruentes

2022-11-07

0

Mary Leny Gutierrez León

Mary Leny Gutierrez León

disculpa, pero hay párrafos que no sé quién habla ya que aparece otra persona pero no sé quién puede ser

2022-08-10

1

Rosa María Corrales Pèrez

Rosa María Corrales Pèrez

Martina está resolviendo y demostrando que puede

2022-07-21

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