Nostalgia y amargura.

Suena el despertador como siempre a las 5:30 de la madrugada, hecho la mano y me levanto media dormida voy al baño y a los 15 minutos salgo lista para comenzar la rutina en lo que se ha convertido mi vida desde que me casé con Fabián.

Levanté a los muchachos para ir al colegio. Entre a la cocina y comencé hacer el desayuno, arreglar las viandas y mochilas; me asomo por la escalera a llamar a Eduardo y Sofía mis hijos dos jóvenes de 17 y 15 años respectivamente. Eduardo salió a mi con ese cabello negro azabache y esos ojos verdes grandes con un cuerpo bien definido por los ejercicios que hace junto a su padre en el gimnasio; Sofía salió más a la familia de Fabián de tez delicada blanca y con ese cabello castaño claro de unos ojazos azules como el mar. No es porque sea su madre pero son hermosos mis hijos.

Fabián bien gruñendo como siempre, abonando la camisa.

Todos están en la mesa desayunando con carreras como siempre saliendo con la boca llena de comida. Fabián enciende el auto para llevar a los chicos al colegio que le quedaba de camino al trabajo; se marcharon mientras lavo la loza del desayuno como siempre para luego hacer mis quehaceres doméstico de toda ama de casa pero en este día me sentía nostálgica de mi pasado.

20 años de matrimonio que cada vez se hacen más pesados y aburridos. Limpiando las repisas de la biblioteca me cae en los pies el álbum de fotografias de nuestra boda; me siento un momento y comienzo a ojear las fotos que felices y llenos de proyectos estábamos en ese tiempo. Fabián era uno de los chicos más atractivos de la universidad, un hombre de buen cuerpo y lo sigue teniendo porque nunca dejo de cuidarse; con ese cabello liso de color castaño claro y unos ojos azules profundos, una nariz no muy grande perfilada y una gran sonrisa. Yo era delgada de buenas curvas y de cabellos largos y negros azabache y ojos verdes grandes con una piel ligeramente bronceada parecia una diosa así me decía Fabián que era su diosa griega pero ya no escucho esas palabras desde hace mucho tiempo ya ni sé cuánto.

Veo el reloj y me levanto atareada porque se me hizo tarde para el almuerzo volví a poner el álbum en su sitio y salí del estudio hacia la cocina empecé a picar las legumbres y verduras para echarlas en la olla y mientras picaba el pollo pare un momento solo extrañando una caricia o un beso de buenos días que existía en los primeros años de casados que no se en qué momento desapareció de nuestras vidas pero en cambio fue apareciendo los viernes de cerveza, partidos y amigos que al comienzo aceptaba porque pensaba que Fabián se distraía de su rutina así pero después se me hizo una carga porque tenía que preparar todo para sus amigotes me dejaban la sala un asco que tenía que limpiar. Huy me corté .........

con eso salí de mis pensamientos me cure con alcohol y una curita del botiquín que tenía en el baño; seguí cocinando.

Llegaron Eduardo y Sofía peleando como siempre:

- Mamá dile a la princesa que deje de estar burlándose de mí novia.

- No mamá no me burló de ese esperpento que es Elena Dioooossss que cosa tan fea no sé que le vio este tonto a esa gorda.

- Cállate porque esa gorda como tú la llamas es el mejor índice académico.

- Ya sabía que tú no estabas con la bola de manteca por nada.

- Ya basta hijos; Eduardo deja a Cinthya si no tienes buenas intenciones con esa chica, por favor no busque problemas grátis, ok.

- Vayan asearse para sentarse almorzar.

- Mamá!!!!!

- Que quieres Sofía, que pasa ahora??

- Mami yo quedé con mis amigas para comer helado a las 4:00 pm en el centro comercial y quisiera que me dês dinero para aprovechar de comprar unos pantalones nuevos por favor siiiiiii.....!!!!!

- Sofía la semana pasada te compraste 2 y hoy vas por otro, no señorita ..... más bien deberías quedarte en casa hacer tareas y estudiar porque tienes muy bajas las calificaciones, ahora sube a lavarte ...... Ella subió protestando y desde arriba me dice: aunque me dejaras ir un rato con mis amigas al centro comercial????

le respondo en tono bajo: Hay veremos.

Ya eran las 7:00 pm y Fabián no había llegado ni siquiera vino almorzar.

Sofía me pasa por un lado enojada porque no la deje ir con sus amigas a comer helado.

Eduardo esta con Cinthya toda la tarde encerrados en su recámara. Se que no es solo estudiando el ya sabe que tiene que cuidarse de las sorpresitas.

Ya son las 7:30 Cinthya se despide se va para su casa que queda a 5 casas más abajo de nosotros. Es una chica muy adorable de cabellos de un castaño rojizo, de cuerpo grande o curvas bien definidas pero su forma de vestir la hacen ver gorda pero no lo es.

- Hasta mañana sra Amanda, si me llamo Amanda Collins.

- Hasta mañana, saludame a Carla tu madre..

- Con gusto.

Cinthya saliendo y Fabián entrando muy enojado pero no dijo nada; subió a la recámara y cerro con un portazo.

Subí y entre, me senté en la orilla de la cama

- Que pasa Fabián, porque esa aptitud?

- Te pasó algo malo en el trabajo?

Con su voz ronca y sonora me responde:

- Me despidieron del trabajo, ahora que vamos hacer?

- No desesperes ya encontrarás otra cosa mejor

- Claro tu nunca entiendes nada porque nunca sales de tu palácio.

- No comiences a ofenderme otra vez.

- Amanda no me saques de mis casillas porque sabes lo que te puede pasar.

- Si ya lo sé Fabián ya se cómo son tus puños...

y salí de la recámara hacia el cuarto de invitados a llorar amargamente y me pasaba por la mente en que momento nos dejamos de amar para comenzarnos a odiar

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