capitulo 2 en la casa de mi tía

Hoy me levanto temprano más temprano de lo normal, mientras la luz se va aclarando a través de mis ojos cansados, veo hacia todos lados, el lugar me parece un lugar extraño.

El techo es blanco, muy blanco, mi cama es gigante, enfrente de mi cama hay un armario de esos que parecen antiguos, me veo en el reflejo del espejo que está empotrado en ese antigüo armario, ni yo me reconozco.

Mis ojos que una vez fueron azules hoy están rojos, el vestido negro que utilice en el velorio de mi madre está muy arrugado, mi cabello está todo enredado.

Aquí estoy en una casa nueva, ayer en el velorio de mi madre decidieron que me quedaría a vivir con mi tía Lorelei y mi primo Antuan.

Mi tía Lorelei es muy parecida a mi mamá es 1 año y medio más chica que mamá, ella es pelirroja, ojos azules como los míos, tez blanca como la nieve, yo casi no tenía mucha comunicación con ella, ya que gracias al trabajo de mi tío Frederick ellos viajan mucho o por lomenos eso decía mamá.

Mi primo es de mi edad ambos tenemos 5 años, él no es pelirrojo como mi tía, su cabello es negro, tez blanca no tan blanca como la de mi tia, sus ojos son hermosos tiene un ojo verde y otro gris, es un niño muy alegre las veces que lo he visto siempre está riendo o bromeando.

Solo les contaré de ellos porque a mi tío casi no lo he visto no sé cómo decirles cómo es...

Antuan: ¿Prima ya has despertado?

Me llama mi primo sacándome de mi trance con el espejo, no sé porque razón no me reconozco.

Samanta: Si Antuan, pasa

Y hay está mi primo trae un short color negro y una camisa azul celeste y sus zapatos siempre limpios color gris. Entra con una sonrisa en el rostro.

Antuan: ¿Como has amanecido!?

Samanta: Bien primo, pero oye me podrías decir ¿quién es la que se refleja en el espejo?

Antuan: Prima si eres tú!

No lo puedo creer esa niña no soy yo, me reconozco muy bien.

Vuelvo a ver el espejo y veo a una niña, cabello castaño rizado, ojos grises y está sonriendo una expresión que yo no tengo en este momento.

Antuan: Prima no te veas mucho en el espejo, eso no es bueno!

Volteo a ver a mi primo y sonrió.

Antuan: Vamos a desayunar mamá ha preparado el desayuno!

Me decido a bajar, pero antes vuelvo a ver el espejo y esa si soy yo.

No sé que está pasando, quizá solo fue producto de mi imaginación, no lo sé, solía ser una niña de 5 años a la cual se le acababa de morir su madre, quizá solo alucinaba...

Bajo a desayunar, con mi primo y veo a mi tía vistiendo un hermoso vestido estilo victoriano, blusa blanca con falda gris y un moñote en el pecho, realmente se ve hermosa parece una princesa sacada de un cuento, siempre he pensado que la familia de mi mamá es un poco extraña o se equivocaron de época...

Tía Lorelei: Samantha mi amor vamos come, panqueque para desayunar

Samanta: Gracias tía!

Mi primo y yo tomamos asiento, en esa mesa enorme donde caben como 12 sillas, no podemos evitar sonreír por qué nos separan como 5 sillas.

Tía Lorelei: Ya basta de juegos y pónganse a comer!

Mi tía cambió su estado de ánimo parece molesta.

Samanta: Lo siento tía

Me disculpo con ella, pero su mirada asía mi no cambia...

Antuan: Ya basta Lorelei

Le grita mi primo, porque la llama por su nombre...

Veo como el rostro de mi tía se va aclarando, el miedo que me provocaba poco a poco se va desapareciendo...

Mi primo toma su plato y se acerca a mí.

Antuan: Descuida mamá a veces pierde el control, pero no te haría daño...

Veo a mi primo hablar de una forma muy centrada que no parece un niño.

Antuan: ¿Verdad mamá?

Después de decir eso mi tía voltea y nos dedica una enorme sonrisa y vuelve a hacer lo que hacía…

Antuan: ¿Prima quieres ir al campo, terminado de desayunar?

Samanta: Claro primo

Nos ponemos a desayunar el panque está delicioso, pero no sé comparan a los de mamá, no puedo evitar sentirme triste al recordarla…

Samanta: Primo ya terminé!

Antuan: ¡Entonces vamos!

Salimos de la casa, cuando yo llegue a la casa de mis tíos dormía por esa razón no la había visto bien.

Es enorme a la vista de una niña parece un palacio, tiene bastantes ventanas, que perdí la cuenta después de 15.

La casa si volteas al rededor está rodeada de muchos árboles enormes, no sé cómo se llaman, pero a la vista es enorme.

Samanta: Primo tu casa es hermosa

Antuan: ¿te gusta prima?-

Samanta: Sí, parece un palacio

Antuan: ¿Vamos al campo!?

Samanta: Si vamos.

Él me lleva a un lugar un poco lejano de la casa, puedo darme cuenta de que no había rastros de otra casa al rededor.

En este lugar no hay árboles, solo hay una banca que parece antigua y un pozo aún lado de la banca, el lugar es hermoso está tapizado de pasto y se logran escuchar pajaritos.

Antuan:¿Te gusta?

Samanta: Si es hermoso! Gracias por traerme aquí me encanta!

Antuan: Sabía que le gustaría. Alice!

Samanta: ¿Como me llamaste? primo yo no me llamó Alice!-

Antuan: Yo no te dije a sí, ¿quieres jugar?-

Samanta: ok creo escuché mal, ¿juguemos a qué?-

Antuan: A las atrapadas!-

Y así dos niños se ponen a correr por ese hermoso y maravilloso campo.

Dos niños que solíamos ser, hoy las cosas son muy distintas.

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