Capítulo 4

El plan se llevó a cabo justo como se planeó. Mientras se escuchaba por la radio como se acercaron de la entrada y empezaron a ser atacados en cuestión de segundos, dimos paso a salir del bosque y atacar la puerta trasera, que efectivamente, de encontraba custodiada por tres hombres.

Corrí rápidamente mientras los demás me seguían y entre al gran almacén, dónde me detuve repentinamente e incité a qué los demás siguieran mi ejemplo.

Miré como ocho hombres se encontraban custodiando la puerta delantera desde dentro y otros tres apuntaban hacia dónde yo estaba.

Me mantuve escondido detrás del montón de cajas de cartón y barriles de metal. Visualice el mejor ataque antes de que se dieran cuenta que estaba aquí. Miré a los cinco hombres que me acompañaban, mientras los demás se quedaron con Víctor internos en el bosque y terminando con los de afuera.

Entonces lo hice, les dispare a dos de los hombres más cercanos directo a la cabeza, porque era el único lugar que sabía sería letal si llevaban un chaleco antibalas.

Los disparos se volvieron estridentes, pero estaba acostumbrado, por lo que corrí a esconderme y volví a disparar dándole a otro.

Cuando los 11 hombres estaba en el suelo me levanté y fue cuando sentí el ardor abrasador en mi hombro. Una jodida bala había entrado en mi cuerpo, por lo que me giré rápidamente y le disparé a mi atacante, el cuál cayó al suelo. Me sorprendió un poco darme cuenta de que era un chico alrededor de sus 15 años. Nunca había matado a alguien tan joven, pero eso era el porqué de su tiro tan errante. Tal vez se había mantenido escondido desde que escucho la balacera afuera.

—Es un niño —Dijo alguien a mi espalda.

—La edad no lo vuelve inocente —murmuré antes de caminar hacia la puerta delantera que ya estaba abierta por los demás.

—¿Te dispararon? —Pregunto asombrado Víctor.

Lo miré un segundo dándole a entender qué era una estúpida pregunta, entonces miré a los demás.

—Suban toda la mercancía a los camiones de carga. En 20 salimos de aquí —asintieron, pero no se movieron rápidamente para mi gusto —¡Ahora! —Esta vez desparecieron de mi vista y empezaron a moverse.

Me asegure de que todo estuviera arriba antes de subirme a una de las todo terreno de la entrada. Deje que Víctor conducirá porque mi brazo empezaba a sentirse dormido. No me gustaba ser débil, pero dar un paso empezaba a costarme cada vez más.

—¿Aguantaras despierto dos horas? —Preguntó mirando al frente.

—Solo enfócate en conducir.

No volvió a hablar, ningún hombre en el auto lo hizo y lo agradecí internamente. Porque odiaba el ruido y más cuando era innecesario.

Me desmayé en alguna parte del trayecto, por lo que fui despierto por Víctor cuando estábamos en la finca. Logré caminar hasta mi departamento, pero después necesité su ayuda para subir los escalones. Para cuando entré el doctor ya estaba ahí. Yo conocía de medicina básica, yo mismo pude haber sacado la bala, me había preparado y estudiado mucho para estas situaciones porque odiaba que alguien más manipulara mi cuerpo, pero no llevé conmigo las herramientas necesarias y ahora estaba débil. El doctor haría un mejor trabajo y tal vez me salvaba de una cicatriz, de las cuales tenía demasiadas.

Cuando volví a despertar me encontraba solo y mi cuerpo dolía. Así que me enderecé y busqué una pastilla para el dolor, entonces volví a dormir.

Me sentía mucho mejor la segunda vez, era de noche en esta ocasión, así que tomé un baño y me vestí como siempre, aunque el vendaje lo complicó un poco.

Caminé hasta la finca. Sabía que el jefe se iba a su habitación después de las 10:00 p.m. así qué podría hablar con él y darle mi reporte. Pero para mi sorpresa, Leo no estaba en su lugar, así que me situé en su lugar a esperarlo, entonces lo escuché, detrás de la puerta, con el jefe.

—Vamos, Leo, pásame esa botella de whisky. Necesito celebrar con mi buen amigo Ander por su gran trabajo.

Mi padre, mi padre estaba ahí también.

—Solo hice lo que se me encomendó, jefe —Dijo divertido mi padre.

—¿Deshacerte de la puta? —El jefe se burló —Definitivamente mi querido Mantis no pudo criarse en mejores manos. Quedármelo fue la mejor decisión. Mira solamente en el gran mercenario que es hoy en día.

Sentí algo raro en mi pecho, porque sabía que hablaban de mí, pero lo que decían era algo que desconocía y no me estaba agradando en lo absoluto. ¿Quién era la puta?

—Fantasma es único —Concordó mi padre —Definitivamente debe llevar sus genes.

El jefe se rio y ese fue el momento en el que mis piernas fallaron un segundo, pero solo uno, porque no me permitía flaquear ante nada.

—Esa puta de Sonia sirvió para darme un buen hijo, lástima que sea un bastardo, en definitiva, es mejor que el estúpido de Mateu.

—Mateu aún es joven y no recibió la misma educación que Mantis —Dijo mi padre.

—Si, tal vez debí dártelo también para que lo sometieras igual que mi querido Mantis —Un segundo de silencio —Vamos, tomen los dos conmigo para celebrar esta gran victoria. Tengo en mis manos más de 80 millones de dólares en mercancía —Se rio contento.

Mi sangre estaba hirviendo y sentía la necesidad de golpear algo, duro, necesitaba la sangre correr por mis manos, así que saqué el arma de mi funda y cuando estaba a punto de entrar para matar a los tres hombres me detuve. Porque ellos merecían morir, pero una muerta larga y dolorosa y yo era el mejor en ese trabajo. Respire varias veces entonces di media vuelta y me aleje. Llegue a mi habitación y contemple las paredes grises. Asimile con la sangre empezando a enfriarse que había sido engañado y realmente mi padre era Silvano , el jefe. Me reí sin humor entonces camine hacia mi mesita de noche y tome la fotografía que ahí guardaba. Había llamado a mi madre una puta y ella era el ser más hermoso que alguna vez había pisado esta porquería de planeta. Contemple su sonrisa mientras se encontraba sentada un pintoresco parque. Podría notar por su ropa que ella llevo una vida humilde, pero de alguna forma se involucró con alguien como Silvano . Ella era la chica de la limpieza, eso dijo Rito, así que fue fácil engatusarla, entonces cuando quedo embarazada de mi simplemente esperaron a que diera a luz para matarla y ese había sido Ander, mi supuesto padre.

Un sabor extraño y salado llego a mis labios, fue cuando me di cuenta que unas escasas lagrimas corrían por mis mejillas. Ellos iban a pagar por hacerme creer que ella había muerto por accidente, iban a pagar por quitarme la oportunidad de elegir una vida distinta, ellos iban a pagar con creces por quitarme a mi madre.

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