capitulo 8

Y aquí estoy. Escondida tras unos arbustos viendo a mi siguiente presa desde su ventana.

Martín Nulchest

Un viejo de 67 años aproximadamente. Tiene una esposa, un hijo enfermo de cáncer de 8 años y una hija de 12 sana de salud.

Pidió un prestamo a una mafia aliada nuestra y no pago su deuda.

Le queda morir.

Lo peor es que cuando la familia se entere en las circunstancias que murió le tendrán un odio profundo. Pobre de ellos.

Y ahí está, rodeado de putas, drogas y alcohol, mientras que su esposa derrama lágrimas en una camilla por su hijo el ríe, bebé y droga con putas bailando y ofreciendoseles a el.

Me dirijo a la puerta trasera y tras hacer unas técnicas forzó la cerradura y entro a la mansión, porque la palabra casa le queda corta.

Me dirijo a la sala de estar sin preocuparme del ruido que haga, ya que la música está tan fuerte que no se escucha nada. Al llegar a la sala lo primero que veo es al maldito viejo sentado en un sillón y a una de las putas arriba de el teniendo sexo. Estas situaciones me dan asco. Su familia sufriendo y el cogiendo con una puta.

En eso se me ocurre una manera para su muerte. Veo por el piso del pasillo por el cual vine, hay ropa de las putas, la levanto y en el mismo pasillo me descambio, me pongo la ropa que encontré y la siento un poco apretada pero beneficia a mis atributos. Entro a la sala, la puta que tiene sexo con el viejo me mira al igual que las otras tres que tomaban y bailaban sensualmente,  el viejo gira su cabeza y me ve, pongo mi mejor sonrisa coqueta y camino a el moviendo mis caderas sensualmente.

Al llegar al lado de el agarro unos de los porros que hay encendido en el cenicero, lo llevo hacia mi boca y después de dar una gran calada tiró todo el humo en la cara del viejo mostrando así mis senos.

Le doy una mirada a la chica que está arriba del viejo dandole asi una indicación para que se retire, está se levanta  bufando  y se pone a bailar, tomar y drogar con las otras tres.

Yo me siento en el y lo empiezo a besar mientras me remuevo en su ya creciente erección.

Aprovecha...

No lo are.

Aprovecha... se que quieres quitarte el calentón que te dejo esto y eso que sientes Ahí...

No.

.

Se que quieres... dale lo mejor antes de morir, aunque no lo merezca...

No lose, no creo que sea bueno.

No lo sabrás si no lo intentas...

Maldita Perra, odio cuando tienes razón.

Lo beso desenfrenadamente y el viejo lleva sus manos a mi culo apretandolo a su gusto y resfregandolo en su gran, GRAN, erección.

Algo bueno había...

Calla...

El viejo empieza a meter su mano dentro de la mini falda de alguna de las putas y tira de las bragas rompiendolas. Lo bueno sabía que esto iba a pasar y me puse una que estaba tirada en el pasillo.

...(por políticas de seguridad estos renglones están descartados)...

"Siento su pérdida familia Nulchest, pero su esposo y padre, Debía bastante y se negó a pagar. También lamento señora Nulchest, en las circunstancias que van a encontrar a su esposo, pero le di su merecido al maldito desgraciado, por a ver cometido el delito de engañarla mientras ustedes sufrían por su hijo. Aquí le dejo la plata suficiente para pagar los estudios, cirugías y demás de sus hijo aparte de también comprar una buena vivienda."

Me subo a la moto y me dirijo un parque antes de hacer mi cuarto y último encargo. Estaciono y empiezo a caminar hasta encontrar un lugar donde no transcurre ninguna persona, me siento en un banco, prendo un cigarrillo mientras sacó el celular y le marcó a Nikola.

- Ya está hecho el tercer encargo puedes ir a limpiar todo tipo de evidencia, en está ocasión deje una nota en la frente del viejo, limpia bien el cuchillo que lo otro lo hice con guantes.

- Esta bien señora.

Corto y guardo el teléfono. Me quedo mirando el paisaje mientras pienso en lo que nos hemos enterado todos hoy. No puedo creer como esos malditos hijos de puta son capaces de hacer tanto daño por una simple deuda que fue pagada y querían mandar a cobrarla de vuelta.

Lo que en realidad pasó fue que mi abuelo, el padre de sangre de mi madre, Debía plata a la mafia Rusa, estos mandaron a un hombre de "Confianza" a cobrar la deuda y resulta ser que este hombre de "confianza" para ellos se llevó la plata y había dicho que no se la entregamos, así desde entonces esta está guerra sin sentido entre nosotros. Por un simple mal entendido.

Le doy una seca al cigarrillo disfrutando de la sensación que este provoca en mi, mi cuerpo se relaja mientras sacó el humo de mi sistema, mis ojos se cierran por un instante y es cuando siento como alguien posa su mano en mi hombro. Abro los ojos encontrándome con unos hermosos ojos celestes.

- Hola / Le digo con una leve sonrisa.

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