Llegaron una hora después a casa de sus padres, puesto que el tráfico era terrible. Los ánimos se calmaron y todos disfrutaron del recorrido en el auto.
—Baja despacio, Kang.
El pequeño quería ver con ansias a sus abuelos, se apresuró a tocar la puerta. Fue recibido por las personas que quería, Kang estaba tan feliz que saltó sobre ellos.
Tuvieron un almuerzo tranquilo, estaba prohibido hablar mientras comen. Incluso el pequeño Kang conocía aquella regla, le parecía aburrido no conversar, pero se resignaba haciendo un puchero.
Después de que todos terminaron, Kang decidió alegrar el ambiente en casa. Todos participaron, no le podían negar nada al pequeño. Pasaron dos horas y él se sentía tan cansado que se durmió en las piernas de su papá, era su lugar favorito para conciliar el sueño. Parecía un pequeño gatito.
Zhanzheng acostó a su hijo en una pequeña cama improvisada en la sala. El ambiente estaba tranquilo hasta que el hijo menor decidió hablar. Todos se pararon y se dirigieron hasta el estudio en silencio. El ama de llaves se dedicó a velar los sueños del pequeño.
—¿Qué sucede, hijo?
—Has estado muy raro desde que llegaste —dijo Ling.
Como toda madre tenía un instinto enorme, para conocer que algo no andaba bien con solo una mirada. Todos guardaron silencio. Sabían que algo grave pasaba y no querían presionar al menor, para que hablara.
—¿Son consiente del daño que me hicieron hace 6 años? —preguntó mientras miraba a sus padres.
Ellos se asustaron. Había solo una cosa que hicieron en aquel tiempo “por el bien de su hijo”, estaban seguros de que Zhanzheng lo había descubierto, pero querían estar seguros, así que fingieron no entender de lo que hablaba.
—¿De qué hablas?
Las gemelas no sabían nada de lo ocurrido, en aquel tiempo ellas se fueron al extranjero a estudiar por petición de sus padres. Ellas sintieron que algo no andaba bien desde que su hermanito le dijo que adelantó su viaje, pero no querían sacar conclusiones apresuradas. Debían pensar con la cabeza fría y actuar dependiendo de la situación.
Se escuchó una pequeña risa. Ambos padres estaban preocupados por lo que diría su hijo.
—No puedo creer que sigan fingiendo —dijo mientras trataba de tranquilizarse.
Como todo hijo no quería ofender a sus padres, después de todo ellos le dieron la vida, pero eso no quería decir que aquellas personas tengan el control de esta y hagan todo a su antojo.
—Kang no es mi hijo biológico —dijo sin titubear, se sentía mal por conocer aquella triste realidad.
Todos se quedaron estupefactos, no comprendían las palabras de Zhanzheng. Incluso sus padres estaban en shock después de escucharlo.
—¿Cómo se te ocurre decir eso? —agregó enojado— Violaste a una chica y ahora quieres librarte de todos tus pecados negando la existencia de mi nieto.
Zhanzheng nunca tuvo aquella intención, amaba con todo su ser a su pequeño Kang. Incluso si no compartían la misma sangre, él lo había criado durante todo este tiempo. Ahora sabía la verdad y no permitiría que sus padres lo siguieran negando por nada del mundo.
......................
—¿¡Tú eres-¡?
No terminó de completar la frase, fue callado por la mujer que tenía en frente.
—Hablemos en otro lugar, por favor —suplicó susurrando.
—Está bien.
El turno de la chica aún no comenzaba, tenía una hora libre y debía aprovecharla para aclarar el malentendido que se había originado años atrás. Quería liberarse del tormento que estaba soportando hasta ahora.
Fueron a la cafetería del hospital, estaba casi vacía por lo que se sentaron en una esquina donde las personas no los escucharan. Kang se había quedado en la sala de juegos junto con un amigo que había conocido cuando visitaba el hospital.
Los dos adultos ya sentados frente a frente no sabían por donde comenzar. Tenían tanto que decir, tanto que reclamar. Antes de que Zhanzheng pudiera decir algo, la chica lo interrumpió.
—En verdad lo siento —dijo inclinando su cuerpo.
Su cuerpo se relajó, sus lágrimas se hicieron presentes, ya no podía contener lo que sentía. Zhanzheng no dijo nada, le pasó un pañuelo que tenía y esperó a que la chica terminara de hablar.
—Yo te engañé. Tus padres me contrataron —las últimas palabras que añadió lo dijo viendo al hombre que tenía enfrente.
—¿Qué? ¿De qué hablas, Li?
—Ten.
Li sacó de su bolsa una carta y un teléfono. Zhanzheng tenía miedo por la información que contenía aquellos dos objetos. Tragó en seco y comenzó primero abriendo la carta. En esta había mucho dinero y un cheque a nombre de Xiao Yu para Li, sin una determinada cantidad. Luego encendió el teléfono y en este solo había una aplicación en la pantalla principal.
Sacó sus audífonos y se los colocó, cualquier información que habría allí, estaba seguro de que no debía ser escuchado por otros. Tomó un respiro y presionó “reproducir”.
Era una conversación entre su padre y Li. Se sentía decepcionado, todo este tiempo se había culpado por lo que había ocurrido en el pasado, pero él era el único inocente.
—Gracias y lo siento.
—No. Soy yo la que te pide perdón. Te dejé con un niño que no era tu hijo, hui en de vez de aclarar las cosas —suspiró y dijo— Lo hice por mis padres, ellos estaban enfermos y yo no tenía el dinero suficiente para salvarlos. Conocí a tu padre y… bueno, ya sabes el resto de la historia.
—Entiendo, ¿y cómo están ellos ahora?
—Fallecieron el mismo día que te inculparon.
—Lo siento.
—No lo sientas, mis padres de seguro se hubieran decepcionados si se enteraban de lo que había hecho. “Destruir la felicidad de otros para tu beneficio, es la peor manera de condenarte”, decía mi padre. Al final aquella frase es verdad.
Zhanzheng solo asintió, se compadeció de la mujer con la que hablaba. Li solo deseaba la felicidad de Zhanzheng y su hijo, lo que decida hacer el padre de su hijo para ella estaba bien. Ya sea contarle la verdad u ocultárselo, no se molestaría por la elección que eligiera él.
......................
—Ella me pidió que te diera esto. Cuéntalo, está completo todo el dinero que le ofreciste. No puedo creer que llegaran a tanto solo porque no me gustan las mujeres —dijo burlándose para luego apartar el cabello que tenía en frente y seguir hablando—. Ella estaba embarazada cuando la contrataste y yo nunca la toqué, simplemente dormimos en la misma cama. Fue mi culpa también, no debí confiar a ciegas en las personas que tengo en frente.
—Hermano, ¿tú…? —ambas gemelas dijeron unísono.
—Estoy bien —comentó sonriendo mientras volteaba a verlas.
Fijó su vista en sus padres y le dijo que le den tiempo, que no trataran de excusarse diciendo “lo hice por tu bien”, además de que no hicieran nada en contra de Li o no los perdonaría.
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