Capítulo 11

Esta mañana, Ling acababa de regresar de su sesión de footing. Entró rápidamente en la casa, dirigiéndose directamente a su habitación para ducharse. Sin embargo, al llegar a la puerta de su habitación, se encontró al tío Qian llamando con entusiasmo, tratando de despertarlo.

“Tío Qian”, lo saludó Ling mientras le daba una suave palmada en el hombro.

El tío Qian dio un salto, sorprendido por la repentina aparición de Ling. Ling parecía ligeramente sudoroso, con una pequeña toalla sobre los hombros, y su leve sonrisa realzaba el encanto de su rostro. Se veía muy fresco esta mañana.

“¿Ya estás despierto?”, preguntó el tío Qian, todavía sorprendido. Esto era inusual. Ling no solía levantarse tan temprano, especialmente sin que lo despertaran.

“Sí. Voy a ducharme primero. Estoy un poco sudoroso después de correr”, respondió Ling mientras entraba en la habitación. Sin embargo, antes de que pudiera continuar, el tío Qian lo detuvo. “El Viejo Maestro Chen te espera abajo”, dijo el tío Qian con tono preocupado.

“De acuerdo”, respondió Ling con tono perezoso, antes de entrar finalmente en su habitación.

¿Correr? ¿Desde cuándo hace eso el Joven Maestro? pensó el tío Qian para sí mismo, antes de marcharse tras conseguir calmar su expresión.

En su habitación, Ling preparó inmediatamente un baño de hierbas gruv. No olvidó poner su antiguo colgante de jade en el agua. Ahora que el veneno había desaparecido por completo de su cuerpo, sentía la necesidad de bañarse para aumentar su fuerza. En este momento, su cultivo había alcanzado el sexto nivel. El antiguo colgante de jade que había encontrado quién sabe dónde, le estaba ayudando mucho en su proceso de cultivo.

Después de bañarse, Ling pasó un tiempo practicando. Intentó recordar algunas cosas vagas de sus recuerdos, pero, como siempre, sus esfuerzos solo le produjeron dolor de cabeza. Sintiéndose frustrado, finalmente decidió bajar a ver a su abuelo.

Cuando abrió la puerta, se encontró al tío Qian esperándolo ansioso.

“Joven Maestro, el Viejo Maestro te ha pedido que vayas a la arena de entrenamiento”, dijo el tío Qian con tono preocupado. Todavía recordaba muy bien cómo Ling había sido intimidado por su maestro y sus compañeros por ser considerado poco talentoso.

Un recuerdo repentino cruzó la mente de Ling, haciéndole sujetar su cabeza ligeramente mareada. Los recuerdos de las veces que había sido intimidado por la gente que le rodeaba comenzaron a fluir con claridad. Al cabo de un rato, el dolor de cabeza empezó a remitir lentamente.

“Tío, tranquilo”, dijo con voz relajada mientras bajaba las escaleras.

En la planta baja, Ling vio la figura de un anciano de unos 80 años. A pesar de su avanzada edad, su cuerpo todavía parecía robusto y enérgico.

Chen Qi acababa de regresar de un viaje de negocios al extranjero. Al principio, estaba furioso con Ling por sus acciones. Sin embargo, al ver el cambio en el rostro de Ling, pareció un poco sorprendido.

“No creas que voy a olvidar todas tus acciones solo porque te has teñido el pelo. Todavía voy a confiscar tu tarjeta y tu bolsa dimensional”, dijo Chen Qi con severidad.

“Sí, lo sé”, respondió Ling con indiferencia. Solo unos pocos ancianos de la familia y los guardias de Chen sabían que él tenía muchas tarjetas. Ling les había pedido que lo mantuvieran en secreto, incluso a su abuelo.

“Eres el único heredero de la familia Chen. Debes ser más cuidadoso en cada una de tus acciones. No dejes que otros te engañen fácilmente”, añadió Chen Qi con un toque de emoción en la voz. Recordar el incidente le hacía difícil contener la ira.

Sin embargo, Ling estaba confundido por la afirmación de su abuelo. ¿Qué quería decir con engañar? ¿Es que Chen Qi no pensaba que simplemente había sido arrastrado por la situación?

Chen Qi respiró hondo antes de continuar: “Bien, prepárate. Mañana irás a la arena de entrenamiento. ¡Ese tal Lu Yan! Ya está a punto de hacerse cargo de la Compañía Lu. Incluso le pidió ayuda a tu tía para arrebatarnos nuestro territorio. Si todavía no entiendes cómo gestionar un negocio, no esperes recuperar tu tarjeta pronto”.

“De acuerdo”, respondió Ling con indiferencia mientras asentía con la cabeza, tratando de demostrar que entendía su situación.

Chen Qi quiso seguir con su reprimenda, pero al ver que Ling obedecía fácilmente sus órdenes se quedó atónito. Él y Chen Lin querían mucho a este descendiente de la familia Chen, incluso más que a nadie. Debido a ese exceso de cariño, Ling se convirtió en un holgazán y a menudo causaba problemas. Chen Qi pensó que sería difícil persuadir a Ling para que fuera a la arena de entrenamiento, pero ahora había accedido en tan poco tiempo.

Ling metió la mano en el bolsillo y sonrió. “¿Qué pasa con mi escuela?”, preguntó.

¿Pregunta por la escuela? ¿Es este realmente mi estúpido nieto? pensó Chen Qi.

“El entrenador te dará el material de estudio durante el entrenamiento”, respondió Chen Qi, todavía sintiéndose extraño por la actitud de su nieto. “Practica en tu habitación. Aprende sobre negocios”, añadió con severidad.

“De acuerdo, abuelo”, respondió Ling, tratando de irse rápidamente.

Mientras se cruzaba con Chen Lin, que ya estaba de pie en las escaleras, la saludó: “Buenos días, madre”.

“Lin, ¿por qué siento que no es nuestro hijo?”, preguntó Chen Qi cuando Chen Lin se sentó a su lado. “¿Estoy alucinando?”, preguntó con incredulidad.

Chen Lin también sentía lo mismo por lo que acababa de ver. La imagen de su hijo había sido tan mala durante este tiempo, que ver a Ling así, le hizo sentir como si el mundo estuviera al revés.

Ling estaba sentado tranquilamente junto a la ventana de su habitación, jugueteando con el teléfono con aburrimiento. La idea de esos vagos recuerdos que le perseguían despertó su curiosidad. Intentó recordar una vez más, pero sin resultado alguno. Ningún recuerdo apareció en su mente.

Frustrado, Ling decidió explorar la habitación en la que había estado viviendo todo este tiempo. Desde que había renacido, ni siquiera había mirado realmente lo que había en esta habitación. Quería encontrar algo que pudiera ayudarle a refrescar su memoria, o al menos, que le proporcionara un poco de entretenimiento para aliviar su aburrimiento.

Empezó a observar todos los rincones, con la esperanza de encontrar algo que llamara su atención y le diera una pista sobre lo que podría haber olvidado.

La habitación era bastante grande para una sola persona. La familia Chen realmente había mimado al dueño original de este cuerpo. En el estante, había muchos DVD de juegos cuidadosamente colocados, e incluso tenía la última PlayStation que mucha gente deseaba. Las paredes de su habitación estaban llenas de carteles de personajes de varios juegos.

En un rincón de la habitación, también había una mini biblioteca. La mayoría de los libros que había eran sobre negocios y técnicas de entrenamiento. Ling se dio cuenta del esfuerzo que la familia Chen había hecho por él, intentando darle lo mejor para su futuro.

Echó un vistazo a algunos de los libros sobre técnicas de entrenamiento que estaban cuidadosamente colocados. La mayoría de ellos eran libros de técnicas de bajo nivel. Era comprensible, ya que los libros de técnicas de alto nivel eran muy raros y normalmente solo estaban en posesión de maestros veteranos o de grandes familias.

Sin embargo, un viejo libro en particular llamó la atención de Ling. El libro tenía una cubierta de corteza de árbol y era bastante grueso. Al sostenerlo, Ling podía sentir que se trataba de un libro de técnicas de alto nivel. Sin embargo, al hojear algunas páginas, se encontró con que no entendía el idioma en absoluto. Este libro estaba escrito en una lengua antigua, y por desgracia, no había ninguna imagen que ayudara a la explicación, solo escritura.

En la ciudad de la Fantasía, Ling había aprendido el idioma secreto utilizado durante las misiones, pero nunca había aprendido ninguna lengua antigua. A pesar de estar confundido, Ling siguió hojeando las páginas del libro con la esperanza de encontrar algo que pudiera ayudarle.

Cuando llegó a la mitad del libro, sus ojos se posaron en un trozo de papel marrón que parecía gastado. Lo miró con curiosidad, ya que el papel no parecía estar completo y parecía haber sido rasgado en cuatro partes. La imagen del papel tampoco era muy clara. Pensó que podría ser un símbolo del idioma antiguo que estaba aprendiendo.

Ling guardó el libro y el trozo de papel roto en su bolsillo, sintiendo que ambos podrían tener alguna conexión con sus recuerdos perdidos.

Tras ello, Ling volvió a la ventana, cogió su teléfono y realizó una llamada telefónica con indiferencia.

“Hola”, dijo la voz al otro lado del teléfono con vacilación.

“Soy yo, Chen Ling”, respondió con voz relajada. “¿Sabes dónde se celebra la competición de herboristas?”, continuó preguntando con curiosidad.