Vacaciones de verano

Al día siguiente de haber terminado las clases me levante más temprano que lo habitual para salir a correr y luego ir al gimnasio. Me vestí con una sudadera y unos shorts  deportivos que siempre usaba para hacer gimnasia, agarre el celular y los auriculares y me los puse para reproducir la playlist de Spotify de la lista que tenía . La primera canción sonó y cuando lo hizo salí a la calle y empece a correr hacia el seminario ya que es el lugar que me gusta para empezar ya que me da una gran paz porque es un edificio antiguo como si fuera sacado de un libro de ficción como la escuela de Harry Potter, de J. K Rowlling.

Luego de ir ahí y quedarme un rato sentado observando la vista de la ciudad que me brindaba este lugar, me encamine a la ruta para correr por ahí, la canción que sonaba ahora era Runaway de Sebastián Yatra, Jonas Brothers, Nati Natasha y otro cantante el cual no recuerdo su nombre.

Luego de haber corrido por una hora y media fui al gimnasio, ya que estaba en la zona, para realizar mi rutina. Mientras iba caminando hasta dicho lugar, me puse a pensar en Ana y en su sonrisa, en su pelo largo que le vuela por detrás cuando camina, ella es tan... tan ella, es alta de ojos cafés, de tez morena tanto de piel como el color de su pelo, ella es tan espontánea, atenta, Es todo lo que un chico podría imaginar en una chica para tenerla al lado de por vida.

Si bien tuve miles de oportunidades de decirle que me gustaba más que como una compañera de clase, una simple conocida o una amiga, nunca pude decírselo por culpa de mi timidez. Mientras pensaba en esto termine de estirar y me dirigí a mi casa corriendo, para este entonces, eran las once de la mañana, después de quince minutos llegué a casa y apague la música.

Cuando entre estaban mi mamá  y mi papá tomando mates, Mía y Matías estaban tomando tereré y comiendo facturas, parecian que todos se habian levantado recién, lo cual no me sorprendía ya que anoche todos nos acostamos tarde por haber ido a comer y a pasear para celebrar que todos habíamos pasado de año sin llevarnos ninguna materia.

-Hola familia- los salude.

-Se ve que madrugaste- comento mi mamá.

-Ni pienses en acercarte a mi sin antes bañarte- comentó Mía.

-¿Con qué así estamos, eh?- sonreí con malicia y me le acerque juguetonamente- pues ya verás.

Me acerque más y la abrace dejándole una parte de mi sudor en ella y entonces Matías y mis padres se empezaron a reír y Mía se empezó a quejar diciendo que no era gracioso, pero sabíamos que se estaba equivocando.

-Me la pagarás- dijo con mala cara- ¿ lo sabes No?

-Si, aja como digas- y agarre una factura y me mande a comerla ya que estaba hambriento. Cuando termine la segunda pregunte que íbamos a almorzar más tarde.

-Vamos a hacer asado con Matías-dijo mi padre.

-Ve a bañarte, apestas- dijo Mía mientras señalaba el baño que estaba escaleras arriba.

-Voy a tomar eso como un "te quiero hermanito", además hice ejercicio no como otras personitas que conizco - la mire y le sonreí- ¿ necesitan ayuda en algo o me puedo ir a bañar?-pregunte proporcionandole un golpecito a mi hermana en el hombro.

-Por parte de mí no necesito ayuda-soltó mi padre- me va a ayudar Matías para hacer el fuego mientras voy a comprar la carne. Ve tranquilo a bañarte.

-Hijo, cuando termines de bañarte acompaña a Mía a la verdulería para comprar lechuga y tomate para la ensalada- se apresuró a decir mi mamá antes de que subiera por las escaleras.

-De acuerdo ma.

Me dirigí a mi habitación por un pantalón corto y medias, para luego ir a bañarme. Revisé los mensajes que me habían llegado al whatsapp mientras estaba afuera. Los mensajes eran del grupo que tenía con mis amigos "Los tres pendejos" estos mensajes decian que está noche se querian juntar esta noche en la Costanera para ir al parque, boludear y quizás a comer algo en el patito siriri. Era lo mismo que hacíamos desde que empezamos la secundaria los fines de semana que no teníamos examenes para la semana siguiente durante las clases. Les conteste que si podía ir si alguno de ellos me pasaba a buscar y luego me acercaban a casa; al toque me contestó Marcos diciendo que él buscaba a Adriel y luego me buscaba a mi para luego ir a la Costanera porque se llegaba mas rápido por mi casa, le respondí con un simple "OK." y me fui al baño mientras ponia la misma playlist que estaba escuchando hace un rato.

Salí de la ducha veinte minutos después de que me había metido, me puse el boxer, luego el pantalón y me calse. Cuando baje las escaleras no la encontraba a Mía en la mesa, donde estaba cuando fui a mi habitación un rato antes, pero supuse que estaría en el mismo lugar que estaba siempre, en el sillón mirando la televisión, tipico de Mía.

-Mía apresurate- le tire un almohadon que encontré en uno de los sillones libres- salvo que quieras no comer y estés haciendo algo más importante.

- Ya voy ya voy- renego como siempre que la apuraba- oye ¿piensas ir sin remera?- señaló mi torso.

-Obvio, hace calor como para ponerme una remera- le dije y sonreí.

Sabía que a ella le molestaba que anduviera así por la calle desde que comencé a ejercitarse todos los días y ella sabia que lo sabía asi que puso los ojos en blanco y fue a buscar a mamá para pedirle plata y lo que necesitaba que compraramos en la verduleria, minutos después volvió con una lista en mano y la plata que le habían dado.

-¿Puedes apurarte Mía?- bromee- pareces una tortuga- se hecho a reír y me golpeó con el codo en el brazo.

-Vamos idiota- y me saco la lengua.

Mientras ibamos a la verdulería varias personas se acercaban a nosotros y me pedían el celular y mi instagram, pero mientras yo no sabía que hacer mi hermana se reía de mi por mi torpeza y por mi timidez. Creo que sólo le di mi insta a un par de chicas y luego apresure mi paso para llevar a nuestro destino y así poder volver lo antes posible a nuestra casa y acabar con todo esto de una vez por todas.

-Tenias razón debí haberte hecho caso y ponerme una remera- le dije a Mía- y no creas que decirte que tienes razón me resulta fácil porque no lo es- ella puso su cara de satisfacción que ponía cuando le dábamos la razón e hizo una nueva de sonrisa.

-Jaja, esto te pasa por haber puesto en forma durante todo el año- dijo - voy a entrar a comprar la lechuga y los tomates que pidió mamá, ya por hoy sufriste mucho y además me incomoda que todas las chicas se baboseen  por mi hermano neerd, ya vuelvo- entró rápido a la verdulería y por lo que se vio la atendieron rápido porque a los diez minutos ya estaba devuelta.

-¿Qué esperas? Muévete rápido y no lo digo porque no me guste verte así de sufrido, es sólo porque tengo hambre y ya debe de estar casi listo el asado- aclaro esto por la cara de ternura que puse al escucharle decir que no aguantaba verme sufrir.

-OK vámonos ya.

Cuando llegamos a casa fui corriendo hacia adentro y me busque una remera mientras Mía dejaba las cosas arriba de la mesa y le contaba a los demas lo que habia pasado hace un rato, riéndose de mi. Cuando volví a bajar ya estaba la comida y mi mamá se habia adelantado a hacer la ensalada y ya la habia llevado a la mesa, me senté y las bromas no cesaron hasta después de haber almorzado.

-Hoy salgo con Marcos y Adriel- solté- dentro de unas horas me vienen a buscar y probablemente llegue tarde.

-De acuerdo- dijo mi padre.

-Cuidate y no llegues muy de madrugada- pronunció mi madre.

-No prometo nada, pero lo intentaré.

Pasaron las horas y oí que tocaban la bocina en la puerta, salude a mi familia y me fui. Cuando entre al auto de Marcos, Adriel y él me empezaron a gastar porque mi hermano les dijo lo que me paso hoy en la calle.

-Oye, mira una chica viene a pedirte tu instagram no te pongas rojo- dijeron y se echaron a reír.

- ¿ Y ustedes como sab...? Matías ese miserable- dije.

Llegamos a la Costanera y nos sentamos debajo de unos árboles y les conté mi versión de la historia que me había pasado pero prefirieron  la versión de mi hermano porque supuestamente era más divertida.

-¿A cuántas le diste tu número?- dijo Adriel.

-A ninguna- conteste.

-¿ Y a cuantas les diste tu instagram?- dijo Marcos- dejame adivinar... A ninguna.

- Ahi es donde te equivocas- cuando dije esto se atragantaron ambos- se lo di  a dos chicas.

-¿Les preguntaste como se llamaban?- dijo Adriel.

-¿Eran lindas?- siguió Marcos.

-No lo sé y no me interesa- respondí y cambie de tema por lo tanto seguimos boludeando toda la tarde y nos fuimos al patito siriri para comer porque se hicieron las diez de la noche.

Los chicos pidieron pizza y unas gaseosas y yo me pedí unos vetos y papas fritas más la gaseosa al igual que ellos. Terminamos de comer y nos fuimos enfrente donde estaba el letrero de Paraná o "Ánarap"  y nos quedamos hablando mientras mirábamos al río y lo que se podía del paisaje de la ciudad y de la provincia vecina, nos quedamos hablando hasta las una de la mañana y tuve que decirles a los chicos que me lleven a casa ya que se me hacía tarde para llegar a casa. A regañadientes se subieron  al auto y me llevaron a mi casa y luego se fueron a sus casas.

Esa noche me sentí diferente a los otros días y fue ahi cuando reafirma que está semana y el año próximo iban a ser diferentes.

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