El sol había salido y Joe y yo todavía seguíamos recordando todo lo que había pasado la noche anterior.
—Nunca pensé que el chico zanahoria fabricara figurillas de Teletubbies. ¿A quién no le dan miedo esas cosas?
—Su nombre es Charles... pero creo que el chico zanahoria es un mejor nombre. A partir de ahora lo nombraremos así.
—¿Tú sabías que le gustaban los Teletubbies?
—No. Siempre ha sido un imbécil pero no creía que tendría gustos tan macabros, disfruté asustar a esos imbéciles aunque aún no puedo saciar mi sed de venganza. Supongo que ahorita deben estar el la hora del almuerzo.
—¿De verdad seguirás asustandolos?
—Claro que sí. No viviré de nuevo si me voy con ganas de tomar venganza. Nos vemos luego Sam, no asustes a Gina.
—Es Jia.
—Como sea. Te veo luego.—Joe se esfumó y yo me dirigí a los dormitorios de chicas.
Entré a la habitación de Jia, eran las 8:46 de la mañana y ella seguía durmiendo. Debería despertarla si no quiere terminar en la dirección por llegar tarde.
—JIA DESPIERTA YA—Ella dió un brinco y se paró de golpe. Me vió con los ojos aún adormilados pero después se dió cuenta que era yo y sonrío.
—Llegaste Sam. No sabes cuanto extrañé hablar contigo.
—Ya estoy aquí así que muéstrame a una Jia diferente.—Ella lucía confundida así que sólo le sonreí señalando el ropero donde estaba la ropa que habíamos ido a comprar hace unos días. Ella pareció entender y se levantó eufóricamente dirigiéndose al baño.
Cuando salió no pude creer que ella era Jia, lucía tan diferente solo con cambiar las prendas que usaba.
—Jia ¿De verdad eres tú? Luces...
—Lo sabía, luzco ridícula ¿Verdad?
—Para nada. Estás espectacular, ahora mantén la cabeza en alto porque has dado un gran paso al no seguir con tu actitud sumisa al ponerte la ropa que tus padres crean que es la correcta.—Ella sonreía y sus ojos tenían un brillo especial, fue a ondular un poco su cabello y lo dejo suelto. Después estaba dispuesta a dejar la habitación pero se detuvo en seco y volteó a verme.
—¿No vas conmigo?—Definitivamente iba a ir con ella así que asentí y la seguí. Cuando caminaba podía notar que cada uno de sus pasos transmitía seguridad. No cabe duda de que los cambios siempre sacan algo mejor de ti.
Entramos al salón y ahí estaba el idiota de Zack. Viendo con los ojos bastante abiertos a Jia pero con el mismo tono burlón.
—¿Por qué no me dijiste que ese pendejo entraba contigo?—Le dije a Jia en un susurro.
—¿Tenía que decírtelo? Tú no me lo preguntaste.—Dijo ella en un susurro muy bajo. Nos dirigimos a la parte de en medio, ella se sentó y esperó a que yo lo hiciera. Escribió algo en su cuaderno y lo leí. "¿Por qué no te sientas? Nadie se quiere sentar a lado de mí así que éste asiento está desocupado."
Sonreí y cuando me iba a sentar llegó el idiota de Zack y se sentó a lado de ella. Ella cerró rápidamente la libreta y trató de evitar a Zack. Antes de buscar otro lugar le dije en un susurro a Jia.
—No dejes que te intimide Jia. Solo recuerda aquel día en el que lo pusiste en su lugar.
Me fui a sentar en una esquina mientras veía como ese idiota trataba de acercarse a Jia.
...****************...
...(Jia)...
—¿Qué quieres, Zack?—Dije con un tono seco sin verlo a los ojos. Éste tipo estaba invadiendo mi espacio así que rodé los ojos y me cambié de lugar pero el me siguió. Es insoportable.
—¿Acaso no puedo sentarme aquí? Vaya, ahora todo lo que hay aquí tiene dueño.
—¿Puedes irte de aquí? Tú presencia me molesta. —Vi que ese sujeto se acercaba mucho ¿Qué le pasa a éste pendejo?—Y por favor aléjate de mí.
—¿Por qué? ¿Te pongo nerviosa?—¡Ja! ¿Nerviosa? qué narcisista. Necesitaba que se largara lo más pronto posible.
—No.
—Entonces ¿Por qué quieres que me alejé?
—Porque tu aliento huele horrible ¿Comiste mierda?— Zack se alejó rápidamente con el rostro rojo y yo sonreí con satisfacción. Volteé a ver dónde estaba Sam y la ví sentada en el pupitre que estaba en la esquina.
Las clases empezaron y yo puse toda mi atención... Casi toda ya que el idiota de Zack no dejaba de lanzarme notas en el pupitre. Por supuesto nunca tome ninguna y tan pronto terminó la clase salí de ahí. Sentía que todos susurraban a mis espaldas. Decidí no ir al comedor o sería aún peor. Fuí a la máquina de refrescos y tomé un jugo de fresa. Cuando volteé el pasillo estaba vacío. Eso estaba aún mejor.
Caminé tranquilamente y de pronto alguien me acorrala en la pared haciendo que mi jugo cayera al suelo.
—¡¿Qué te pasa?! ¡Sueltame!—Zack parecía nunca cansarse. De nuevo acercó su rostro al mío y yo por instinto desvíe mi rostro a otro lado. Qué cínico.
—¿Crees que por cambiarte de ropa vas a poder ser más linda? Tal vez si pero eso no te quita a tí lo estúpida ¿Quién te crees que eres para rechazarme?
—Yo sé que soy más linda si me visto diferente. ¿Te pregunté si te gusta como me visto?
—¿Solo por eso crees que me puedes rechazar?
—¿De que hablas?
—De las notas. ¿Acaso no las leíste?
—¿Por qué querría leer las mierdas que le escribes a todas? ¡Ya sueltame!—Ese imbécil no pensaba soltarme. Estaba acercándose mucho que el miedo invadió mi cuerpo. No pude contener las lágrimas.
—¿No te dijo que la soltarás? ¿Acaso eres sordo?—Pude ver el rostro de Colin frente a nosotros, Zack me soltó de golpe y yo estaba temblando. No podía decir nada.
—¿Tú quién te crees que eres?
—Soy su amigo. Déjala en paz.—Su tono frío me hizo estremecer, el tomó mi muñeca y me sacó de ahí. Cuando estuvimos afuera el soltó mi mano.
—Gracias por ayudarme.
—No es nada, si necesitas mi ayuda no dudes en avisarme. — El me sonrió y mi corazón empezó a palpitar con fuerza ¿Qué me pasa? No hagas una idiotez Jia.
—¿No tenías clase?
—No. ya terminaron así que me dirigía a la biblioteca.
—¡Qué bien! Yo también iba para allá.
Ambos caminamos hasta la biblioteca y el silencio volvía el ambiente un poco tenso.
—Veo que ahora vistes diferente.
—Si... ¿Se ve muy mal?
—No, te queda muy bien el cambio—Su comentario hizo que me sonrojara. ¡Contrólate Jia!
—G-Gracias. Un momento ¿Cómo sabes de mí existencia?
—Has aparecido en el cuadro de honor todo éste tiempo. Es obvió que iba a reconocerte.
—Oh.
—Por cierto, me llamo...
—Colin, ya sabía tu nombre.
—¿Cómo sabes mi nombre?
—Eras el novio de Samay ¿Quién no lo sabría?—Su semblante cambió repentinamente a uno más duro. El sólo asintió y siguió su camino con paso apresurado. No debí decirle ésto, la he cagado horrible.
...****************...
...(Samay)...
—¿Qué fue lo que pasó?— Dijo Joe en voz baja.
—Supongo que Jia dijo algo sobre mí— Colin parecía una persona diferente en el momento que escuchaba mi nombre. El seguía dolido y lo peor es que yo no podía hacer nada para arreglarlo, solo el tiempo podía ayudarlo a aceptar mi partida.
—Entonces ¿El es tu novio?
—Si... el en algún momento fue el amor más puro que tuve en vida.
—¿Entonces ya no lo es?
—Claro que lo es. Pero debo dejarlo ir. Cada quien debe continuar con lo que el destino le depare.
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