Capitulo-2

Mujo como vaca, no puedo hablar y eso me asfixia, el hombre acerca su mano a mi boca y retira la cinta con brusquedad y es hay donde empiezo hablar como loro.

—Señor le daré todo el dinero que necesite, mi padre es muy rico por favor no desaproveche está oportunidad—el suelta una enorme carcajada que hace vibrar el auto. ¿que acaso no quiere dinero?

—¡Ostras deja de decir tonterías!

Ya me han engañado así, sabes una vez una tonta como tú me dijo exactamente lo mismo y para mí sorpresa era una agente de la DEA y casi caigo tras las rejas, bueno gracias a mi jefe Carlos todo salió bien, bueno bien porque trajo a toda su manada de panteras y les caímos a esos gringos e instantáneamente acabamos con ellos de un dos por tres, y te preguntaras que pasó con la perra que me engaño?

El detiene sus palabras y mete su mano derecha debajo de su suerte y saca un arma, dios santos nunca antes había visto una.

—Con está misma que vez aqui—acerca el arma justo en mi cabeza—le pegue dos plomasos y calló al piso como una guanabana. así que quédate quieta si no quieres que vuele tu maldita cabeza al igual que esa perra.

hago silencio y el me mira riéndose para después guardar su arma y colocarme la cinta nuevamente.

—Tendre que ponerte la otra vez ya que hablas mucha mierda y eso me irrita.

En todo el camino me la pasé asustada y con el corazón en la boca ya que este tipo tiene la mente muy sucia con respecto asesinatos y extorsión, lo se ya que me contó toda su historia mientras conducía. lo único que faltaba eran las palomitas de maíz.

—Mmm,mm—mujo como vaca para tratar de avisarle a este cerdo que tengo ganas de ir al baño pero...como explicarle, el me mira de costado y esboza una sonrisa.

—Que acaso te pica el culo?—niego con mi cabeza una y otra vez mientras el sigue adivinado lo que quiero.

—Tienes hambre?—quien querría tener hambre con Tigo al lado, sigo negando mientras el adivina, pero ya me cansé me rindo, no le insistiré más.

—Si es para orinar, ven y te ayudo pero con una condición, tienes que dejarte lamer esas tetas.

Niego en forma intermitente y esto lo hace enojar tanto que me toma del cuello con una mano y con la otra conduce, me quedo quieta aguantando el dolor para que no cometa una trágica locura, (osea pegarme un tiro) pero su mano es liberada ya que su celular suena.

—Te salvaste mal nacida—saca el celular y contesta enojado—Si señor ya le dije que aquí llevo a su próxima perra, que acaso las otras perras no están atendiendo bien a los hombres?

Dios mío, papi ayúdame, papi...me van a vender o prostituir no, no...

Luego el cuelga la llamada y acelera su auto a toda marcha, hasta que llegamos a un club o prostíbulo (creo), en general no conozco mucho las raíces de esta cuidad me lo imagino ya que veo afuera muchas chicas vestidas cortito abrazadas con hombres, además en mi país las chicas que visten así son prepago.

—Ven baja—abre la puerta y sale luego habré la mía y de un brusco jalón me saca del auto, las personas que habitan aquí me ven como si nada, como si traer chicas obligadas fuera el pan de cada día...

Al entrar el primer sonido que impacta mis oídos es una música electrónica que de partía por todo el lugar

acompañado de risas y gritos, este entorno no me gusta tengo miedo, mientras soy arrastrada del antebrazo para donde no se. me detengo luego de ver lo que tanto imaginé que harían con Migo...quede en shock y una sensación de ganas de vomitar rodeo mi estómago.



¡Por la madre de dios! que es esto? Que asco, nada más mira esas mujeres deslizar su tracero por ese tubo me dan náuseas, pero lo más repugnante son los hombres morbosos que acarician su cuerpo.

Soy sacada de mis pensamientos tras oír la estruenda voz del hombre cerca de mi tímpano.

—¡Que haces hay parada como estatua, ven y andate que el señor te quiere ver...rápido hija perra!

Me jala y me lleva hasta un cuartito pequeño, me parece que es esto una oficina.

Al entrar completamente veo un señor ya de edad sentado en un sillón cruzado de piernas.

—Señor aquí está la puti puerca—dice el cerdo.

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