(Basado en hechos reales)
Había una vez una pareja de águilas, estas querían tener sus polluelo y formar una familia y ser felices, cuando se unieron dieron a luz un huevo pero el huevo se cayó haciendo que la vida de adentro se perdiera, cuando pasó el tiempo tuvieron otro huevo, con el tiempo el huevo se desarrolló y comenzó a romperse dando así la bienvenida al primer polluelo de la pareja
Las aguilas tuvieron otro huevo pero este no se desarrolló bien haciendo que el segundo polluelo fuera un poco más pequeño y débil que el anterior.
Un día el polluelo estaba aprendiendo a cazar con sus padres pero escucho la voz de un animal pequeño, el cual apenas se veía, ambos llegaron al término de que cada cosa que el polluelo cazara se lo diera a cambio de ver a ese pequeño animal, el polluelo feliz aceptó y comenzó a lanzarle de su comida cada que cazaba hasta que ese animal le pidió algo inimaginable, planear y traerle por sí misma la comida
El polluelo no sabía planear hacia abajo aún pero por ese animalito lo haría y aún en contra de sus padres se lanzó al precipicio con su caza y comenzó a planear a gran velocidad al suelo, sin imaginarse que iba a toparse con la boca abierta de un zorro.
El zorro lo sostuvo fuertemente de sus patas y comenzó a quitarle con sus patas las plumas de sus alas evitando que pueda moverse o comenzar a aletear hacia arriba.
Moraleja? No escuches la voz de un zorro