Era una noche de invierno, creo que era la más fría de todas. Mis recuerdos son algo borrosos. Recuerdo que desperté en la madrugada buscando a mi madre, tengo la costumbre de buscarla cuando tengo una pesadilla o cuando no logro dormir bien. Me dirigí a su habitación pero no estaba así que me preocupé, pero al salir de la habitación se escuchó un ruido en la cocina... había una silueta y la luz estaba apagada. Me acerqué sigilosamente despacio, tratando de no hacer ruido y cuando mi mano llegó a la perilla de la luz la escuché.
- Que haces en la oscuridad?
Su voz tan cálida, logré soltar el aire y sonreír. Prendí la luz y me acerqué.
- Madre. ¿Que haces?
- Supuse que tendrías una pesadilla, así que me adelanté.
Me senté en la silla esperando. Había un olor dulce. El susto de la pesadilla no me dejaba pensar con claridad, así que no presté mucha atención.
-Dime hijo... ¿Que soñaste esta vez?
-Pues... Fue algo diferente y raro. Había alguien, no pude notarlo y se acercaba a ti, iba a tu habitación y era de noche. Te atacaba, te lastimaba y.....
Mi madre en ese momento se acercó a mi con un café y unas galletas, no la vi, mis ojos estaban aguados al recordar ese sueño.
- Ten cariño, come... sigue contando.... ¿Cómo termina el sueño?
Me sorprendió que me lo preguntará tan calmada. Pero le conté.
-Estaba ahí, y tú.... tú.... no gritabas, no te defendías..... no hacías nada...
- Y dime.... ¿Cómo te sientes con eso?
Dejé mi taza de café, solté las galletas que tenía.... tomé aire..... suspiré..... Y respondí....
- La verdad.... Muy bien....
Mi sonrisa se iba formando de a poco inconscientemente, justo ahí me di cuenta y reaccioné.
Desde que "desperté" no había visto el rostro de mi madre, y ella "sabía" que iba a tener una pesadilla, lo dijo: [Supuse que ibas a tener una pesadilla] no se sorprendió al oir mi "sueño" y al final..... Sonreí....
Yo.....yo.... Sonreí.
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- Cariño.... Mirame......
-......
- Hijo..... Mirame.....
- yo......yo...... no puedo...
- QUE ME MIRES....
Giré mi cara hacia ella y lo que vi me paralizó. Estaba lastimada, sangrando, desfigurada.
- Ma-madre- dije con la voz quebrada.
- Mira bien mi rostro y no olvides jamás..... jamás...... siempre estaré contigo mi pequeño niño..... siempre....
Di un grito desgarrador... Y justo en ese momento se escucharon voces y pasos corriendo, detrás mío una puerta se abrió. Y para cuando pude reaccionar, sólo logré escuchar...
- Inyectenlo -