Los elfos tienen prohibido amar a humanos, pero Ilian amo muchísimo a uno, el era un elfo arrogante y fue esa arrogancia la que lo hizo caer, pues Ilian tuvo un hijo con una humana.
Un niño precioso que reía, jugaba, amaba con todo su corazón y fue solo entonces que comprendio qué no era una simple regla, pero ya era tarde, ya lo amaba, ya no podía vivir sin él.
Pues Rezza era perfecto, salvo por su mortalidad, por el desgarraria el mundo.
Por ello se paso toda la vida de su hijo buscando un remedio para algo que no tiene cura, para cuando quiso darse cuenta la llama se había apagado y de su hijo ya solo quedaba la tumba.
Solo entonces se dio cuenta que no era un ser perfecto, su inmortalidad ya no era un don, apartir de ese momento el sufrimiento fue su mortaja, y la arrogancia su verdugo.