¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué no puede mirarme?
Y su cerebro le susurra aquella respuesta que detesta sea verdad ante su propia verdad.
Porque no soy nadie.
Pasas toda tu vida intentando ser amada y te das cuenta de que en realidad, en esta vida estás solo y siempre lo estarás.
Mostrando en una cámara de video lo trastornada que estás, datando y datando esos absurdos pensamientos homicidas y en un diario mostrando lo que realmente piensas, tu lado triste, ese que no le muestras a nadie, ese que aún que quisieras, no sabes mostrar. Ese lado lleno de pensamientos melancólicos dónde confiesas entre líneas que deseas ser alguien.
Donde pueden darse cuenta de que aquella criatura que des membrana cuerpos solo desea ser vista, que sus crímenes sean algo memorable y también, algo reconocible.
Y no miento al decir que es algo que muchos lunáticos homicidas quieren. Es su verdadero deseo “Ser vistos” Porque así serán alguien. No pueden morir de forma dramática sin hacer nada solo para ser recordados, necesitan que el mundo arda y que todos sepan que hizo arder al mundo. Ser imparables, aunque no sean nada por dentro.
Charles Manson, en carne propia dijo ser nadie, un nadie que solo reclutaba a gente que al igual que el, decían ser nadie.