Historia original.
No podía más de agotado, se duchó, colocó su pijama, lavo sus dientes y se acostó, no tardó mucho en dormirse, su día había sido agobiante, el calor y esos tontos inversionistas que querían pones sus manos sobre lo que le pertenecía y había logrado construir con ayuda de su madre.
Sintió su cara arder y su garganta dolía, no podía moverse
¿- Estoy soñando? ¿Voy a morir mientras duermo?. Eso pasó por su mente en un instante.
Abrió los ojos y vio sobre él, a aquel hombre con pasamontañas presionando su cuello, vio a su lado la laptop y un bolígrafo, con la poca fuerza que le quedaba tomó el bolígrafo y lo clavó en el cuello del desconocido.
-Regresa aquí hijo de perra. El hombre cayó al suelo, pero no se detuvo, corrió escaleras abajo y tropezó cayendo a los pies de su esposo.
- Amor. Lo abrazo con fuerza y llorando dijo.
- Hay alguien en la habitación.
El hombre del pasamontañas bajó sujetando su cuello y sangrando
- Se.. Señor
Miro a su esposo un momento y vio en sus ojos a un completo desconocido, otro hombre un poco mayor apareció
¡¡- INÚTIL, NO PUEDES HACER NADA BIEN!!. El hombre sacó un arma y apunto hacia mí. -Ya no nos sirves para nada, tenemos todo lo que te pertenecía. Una sonrisa tétrica se dibujó en su rostro
¡¡-Basta, no tienes que matarlo!!. No podía creer que mi esposo, la persona a la que más amaba y confiaba, aparte de mi madre, me iba a traicionar de una forma tan cruel y despiadada.
- Ya tenemos todo lo que poseía, vámonos.
¿- Estás loco? Te conoce, vio mi rostro, y este inútil bueno para nada.
Vi como el cuerpo de aquel hombre cayó al suelo, y no por el bolígrafo enterrado en su cuello, si no de aquel arma que segundos antes apuntaba hacia mí.
- Aun así, vámonos
¿-No me digas que te enamoraste? Jajaja no esperaba eso de ti.
¿-Estás demente? Sabes que solo estaba con él para robarle todo
-Es tu turno muchachito. Volví a escuchar la detonación del arma, un dolor agudo y profundo quemaba mi piel. Escuché como un eco lejano la voz de mi madre, abrí los ojos y la vi, sujetandome entre sus brazos, sus lágrimas caían en mi rostro como una cascada.
-Ma....
-Shh no... No hables mamá esta aquí.
Volví a escuchar la voz de ese hombre, pero esta vez llamando el nombre de mi madre
¿- Juliette? ¿Eres tú?. Ese hombre me miró sorprendido, vi esos ojos verdes, casi tan iguales a los míos
Mi madre solo se limitó a observar a aquel hombre con un odio tan profundo que jamás había visto en sus ojos.
-La ambulancia está en camino mi amor
-Ma... Te amo
- Shh, mi bebé, mi hermoso bebé, mamá también te ama, mami te va a cuidar tu solo descansa. Las lágrimas de mi madre volvían a golpear mi rostro, cerré mis ojos, sentí que el dolor desaparecía, y todo se volvía en una completa oscuridad.