Narrador: Increíble cómo se nos va la vida en un segundo. Esa noche llena de caos en mi mente, oré a Dios por una segunda oportunidad. Ya no quería morir. El hecho de ver a mi madre llorar y pedirle a Dios que por favor no me llevara me hizo sentirme el ser más malvado del mundo.
Pero primero les contaré el inicio de mi historia, la cual es casi muy común. Mi madre, una jovencita de 17 años, se enteró de que no podría continuar con sus estudios porque estaba embarazada. Ella me contó que tuvo miedo, pero que por su mente jamás pasó deshacerse de mí. En cambio, mi padre pensó: 'No podemos tener un bebé, somos muy jóvenes', y le sugirió un aborto, al que mi madre se negó rotundamente.
Con el tiempo, mi padre, que no estaba preparado para mi llegada y no se tomó bien la noticia, se enamoró de mí. Me esperaba ansioso, sin saber si sería niña o niño, y le hablaba a la pancita de mi mamá. Hasta ese punto, todo iba perfecto. Mamá y papá eran felices y me amaban.
A los 5 meses, les dijeron en una cita médica que serían padres de una niña. Papá estaba más que feliz porque sería padre de una niña. Y así transcurrió el tiempo. Llegó mi nacimiento en la clínica donde nací, y todo era un caos ese día. Mi madre cuenta que papá era el hombre más feliz del mundo y que llegó junto a ella y jamás la dejó sola. En cambio, ella estaba muerta de miedo porque el 15 de agosto era un día súper lluvioso y ella tenía mucho miedo 😱. La tormenta era tan fuerte que parte del centro de salud se inundó. Mamá dice que en medio de ese día lleno de lluvia, yo nací, y que con ese enorme dolor solo sonrió y se dijo a sí misma: 'Mi pequeña milagro, serás mi calma en medio de la tormenta'.
Y bueno, así pasaron los primeros meses de vida. Papá me miraba mientras mamá hacía las labores del hogar. Pero de la noche a la mañana, el tiempo pasó y ya no era esa bebé que entraba en los brazos de papá. Ya era una niña de 3 años y iba al kínder, y con esa corta edad ya era una niña muy madura, cosa que también me jugó en contra, y luego les diré por qué!