—La conocí en la biblioteca. — Hable.
—Entonces cuéntame. — Exigío.
Sus ojos me hipnotizaban de una manera impactante. Una vez me dije a mí mismo, que hablaría contigo cuando te volviera a cruzar en la biblioteca a la que siempre vas a estudiar o al gimnasio, en donde paso cuando salgo del trabajo.
La busco durante seis meses, cuando desapareció, por algunos días, pero por algún motivo, me detuve y deje de buscarte, discretamente le preguntaba a tus amigos si te habían visto, durante los días que no estabas.
Cuando la encontré en la biblioteca, suspire tan complacido que no pude resistir el no hablarle, su voz suave resonaba en mi cabeza y le invite a cenar ese mismo día.
Verla con ese vestido verde, que le llegaba por las rodillas, la hacían ver tan dulce. Pero algo que jamás voy a olvidar fue en la manera en la que me rechazo y dejándome solo en el restaurante.
—¿Qué le dijiste? – pregunto
—Soy el chico de hoy a la mañana, en la biblioteca te hable. — Respondió confundido.
Solo quería ver tus ojos una vez más, antes de que me fuera de la ciudad y no vuelva. Nunca supe por qué no me dejabas verte o me dejabas entrar a tu casa, solo quería darte flores por tu cumpleaños.
—¿Pero sabes lo que has hecho mal? – Volvió a preguntar.
—Ella quería estar conmigo, no hacía falta que me lo dijera, yo lo sabía muy bien. — Explico alterado y nervioso. — Yo no hice nada malo. —
—Lucas, si lo has hecho. Le provocaste mucho daño y ahora ella… — adentro de una carpeta saca 4 fotos. — Mira, la encontraron así en tu casa. —
—Yo solo quería que ella me viera con sus ojos de la misma manera en la que me veía antes. — se echo a llorar, para después recordar lo que a hecho. — Yo no quise... Yo no quise... hacerle daño. Lo siento, realmente lo siento. —
—Lucas, ella está muerta porque le quitaste los ojos, al igual que a las demás chicas, de las otras ciudades. — Deja la carpeta sobre la mesa. — Me temo que volverás a tu habitación. —
Lucas se levanta para atacar al psiquiatra, que está defendiéndose. Entran dos enfermeros y agarran a Lucas para someterlo, sedarlo y llevárselo. Chico había estado prófugo por casi 10 años, dejando familias arruinadas por secuestrar chicas y solo llevarse sus ojos, como premios.