Y lo peor es que te mentí, sí, y sí me dolió el corazón, porque yo no sé dar poco, yo doy todo. Hay días que quería decirte 'no, no puedo, no me siento bien', pero me tragaba esas palabras. Me ahogaba por las noches en mi habitación. Fui leal y lo seré por siempre, porque decir lo que llegué a hacer por ti te haría ver como el villano y a mí como la buena, y eso jamás. Aunque me hayas hecho daño, quiero verte bien y nunca oirás pronunciar de mi boca todo lo que hice por ti, porque lo que hice fue y será siempre lo que soy. Tú me diste lo que eres y me quedo con este final.
Adiós, es la palabra que duele,
la que queda en el alma,
la que recuerda lo que fue,
y lo que nunca más será.
Escrito por Escritor-Anónimo