Siempre he tratado de permanecer invisible ante los ojos de los demás, la vida se vive mejor así.
Mi aspecto físico, no es de lo más impresionante, cabello negro, estatura baja y piel blanca como la leche, así que era prácticamente invisiblei y me gustaba eso, menos miradas, menos problemas.
Ese día fatídico estaba haciendo unos cálculos sobre conversión de unidades en fisica, cuando escucho a Leo cuchichear con sus amigos, mirándome directamente.
“Qué me trague la tierra”, pensé, mientras trataba de concentrarme en los cálculos, buscando ignorar su mirada intensa hacia mi.
— Oye Mateo, se que te gusto, no te hagas, me dijo con su sonrisa burlona, invadiendo mi espacio personal, con su postura erguida de macho alfa.
— El mundo no gira alrededor tuyo Leo, se que te percibes como una especie de Dios griego o algún personaje de vídeo juegos, pero eso no te da derecho a molestar a otros, dije elevando la voz.
— Tranquilo, solo quiero que seas feliz, dijo acercándose aún más.
Lo empujé, pues ya me estaba agobiando, que se cree este personaje pensé.
— Oye, no me toques, espetó con cierta ira. Mientras se sacudía su campera de cuero.
— No dejaré que me intimides Leo, no sé cuál sea tu problema, ya estamos en la Universidad, es hora que madures.
Se alejó y sentí que triunfé, estos matones hay que confrontarlos o seguirán molestando.
—Buenos días chicos, perdón por la tardanza dijo el profesor de Física y comenzó a escribir en la pizarra, la fecha y el contenido a desarrollar,
— Las conversiones de unidades serán importantes para entender las otras unidades que vienen, así que trabajarán en grupos para resolver los problemas.
Ni siquiera procesé lo que el profe estaba diciendo, cuando Leo alzó la mano —quiero trabajar con Mateo— el profesor directamente anotó su nombre con el mío en la pizarra.
Lo miré y el sonrió.
Mi cara debió ser un poema, pues sentí que la sangre invadía mi cara, seguro estaba rojo como un tomate, que tipo más detestable.
Al terminar la clase, tuve que ir a coordinar con él, estaba asustado, seguramente su madre y familiares eran homofóbicos y estaba temblando de miedo, en mi mente varios escenarios posibles veía, incluso active la función de rastreo para que mi mejor amiga lo vea, por si algo me pasa.
— No muerdo Mateo, solo haremos el trabajo y ya está.
— Okey Leo.
Luego comenzamos a conversar y decidimos reunirnos el fin de semana.
Llegué a su casa, la misma era sencilla, sin adornos excesivos, muy sobria, hasta el color era equilibrado, un tono blanco impoluto, parecía más un hospital que una casa, no se que esperaba tal vez una casa de estilo gótico o que se yo, pero no esto.
Su madre me recibió, la misma tenía su pelo rubio ondulado y una sonrisa encantadora, su cálida presencia calmó mis nervios, realmente era una mujer atractiva, en mi imaginación ella servía a Frodo agua vertiendo con elegancia agua desde una jarra de plata resplandeciente.
— Pasa, les preparé desayuno.
Una enorme bandeja, con chocolatada, pan tostado, manteca, dulces y varias termos con agua, leche y cocido estaban dispuestos sobre la mesa
Llamó a Leo con insistencia, el ya estaba bañado con una camisa negra de Metálica y un shorts que dejaba ver sus gruesas piernas, bajé la vista para disimular que me gustaba lo que veía.
Éll se dio cuenta que lo miraba y sonrió.
— Mateo, por qué me tienes miedo?
—Pues fíjate que no
—Entonces puedo quitarme la remera, es un día muy caluroso espetó y me devolvió una sonrisa pícara.
— Si no te comportas, me voy, se cómo hacer estos ejercicios y tú no. Eso pareció golpear su orgullo y desvío su mirada de mi, agachó la cabeza y su largo cabello rubio, cubrió uno de sus ojos.
Tragué saliva, definitivamente es de mi tipo, a pesar de ser un desgraciado.
— Puedo hacerte una pregunta Mateo? por qué te molestas cuando te trato como lo que eres—pero esta vez el tono de su voz no era de burla era una pregunta genuina.
— Pensé que odiabas a los gays.
— No, pero si a mí hermano, quién dejó a su mujer por un tipo y se olvidó hasta de pasar la manutención de sus hijos, es una porquería de persona
— Estás consciente que no soy tu hermano verdad ? No puedes tirarme tu mierda a mi
— Se que no lo eres, pero por qué lo hizo?
—mejor hagamos la tarea, si?
A Leo, le costaba mucho entender el algoritmo de las conversaciones, quería hacerlo de manera simple, como se hacen en los colegios,pero estabos en otro nivel, frecuentemente se impacientaba y amenazaba en dejarlo todo.
— Debes ponerte las pilas Leo, una vez que entiendas su lógica te saldrá sin esfuerzo.
Luego mientras, le ayudaba a entender llegó su abuela, que habló a gritos con la mamá de Leo, era una mujer ponzoñosa, le reclamaba por su otro hijo y también por Leo, porque no le va bien en la facultad como sus otros primos, el apretó los puños conteniendo su rabia.
Decidí entonces guardar silencio, en ese momento el no aprendería nada y esperaría que se calmara.
Al tranquilizarse el ambiente, continuamos, por fin después de muchos intentos lo logró.
Me dió una cálida sonrisa y se lanzó a abrazarme, no sabía si era parte de sus extraños juegos o algo genuino, así que quede congelado.
Lo admito, me gustó, se veía muy varonil, pero a la vez vulnerable y a pesar del calor, despedía un agradable olor a jabón y shampoo.
— No hagas eso por favor Leo, me confundes.
— Chicos, ya está la merienda, espetó su madre. Cerramos los apuntes y libros, distribui los ejercicios confiando en que Leo podrá resolverlos al conocer su lógica.
Me servi un café negro bien fuerte con pan tostado, él prefirió tomar un jugo de naranja natural con galletita integral, su madre comentó sonriendo, que su hijo no quiere subir de peso y es un obsesivo por la alimentación.
— Sabes mamá, suelo ver a Mateo comiendo alfajores, medialunas y toda clase de chatarras y no sube de peso, no es justo eso.
Sentí un trato cordial de Leo y su madre, pensé que estaba alucinando o en un universo alterno, como en las películas de dimensión desconocida.
Como aún era temprano, Leo me invitó a jugar videojuegos, la verdad yo no tenía idea, así que el me tomó de las manos y me mostró como usar el control.
Nuevamente me sentí nervioso, el era mucho más grande que yo físicamente y parecía cubrirme por completo cuando se ponía detrás de mi con las piernas abiertas rodeando mi silla y él sentado en un sillón.
Al terminar una partida, salí de su casa y me despidieron con una sonrisa cordial, preguntandome su madre cuándo volvería.
Llegué a casa y me tire en la cama.
“qué fue eso, me dije a mí mismo?”
Entonces cerré los ojos para descansar y el timbre de casa sonó insistentemente, era Leo, con mi calculadora en la mano.
— Lo dejaste en casa para que como los príncipes te busque no? Diijo sonriendo en forma pícara.
— Si que eres un narcisista Leo, pero como me encontraste ?
—:Publicas mucho en instagram y una amiga en común me dijo dónde encontrarte, además no desactivaste la opción de ubicación, deberías tener más cuidado.
Dicho esto se dió la vuelta y pude apreciar sus anchos hombros y figura atlética,
definitivamente estaba enganchado a él.
“Maldito superficial’ me dije a mí mismo, un mínimo de atención de un chico lindo y ya pierdes la cabeza
Palabras del autor: Es la primera vez que narro en primera persona, cualquier comentario será bienvenido para or mejorando, perdón si hay errores ortográficos, solo escribí lo que me vino en la cabeza jaja