En el aula brilla Yenly, suave y callada,
con amigas a su lado, siempre encantada.
Un rostro común en su andar cotidiano,
prefiere las sombras, es su estilo humano.
Jime es un chico de encanto superficial,
con mirada seductora, todo un especial.
Mas en su interior, la verdad se conjura,
no juega a serlo, su alma es más pura.
Alejandra, brillante, estrella sin par,
en deportes y notas, siempre a destacar.
Con su aire posesivo, protege lo que ama,
aunque en el amor, no ve el alma que llama.
Yenly, al principio, a Jime no le agradaba,
su actitud de galán le parecía manada.
Pero un pacto hicieron, entre risas y tips,
que él intentaría conquistarla, ¡sería un buen guiño en sus trips!
Así juntos forjaron una nueva unión,
de rivales a aliados, en una extraña misión.
Yenly lo ayuda, ve más allá de lo superficial,
descubriendo en Jime un corazón sincero y real.
Las bromas persisten, Alejandra en su nube,
sin notar que a Jime, su amiga lo cubre.
Yenly disfruta, riendo a su lado,
mientras el juego de amor queda bien enmarcado.
Pero al acercarse, algo oscuro asomó,
una sombra de envidia que en su pecho creció.
No solo por Jime, ni por el vínculo tan puro,
sino por el lazo profundo que entre ellas se hizo duro.
Alejandra se da cuenta, la chispa entre ambas,
se transforma en tormenta, su paz se desarma.
El miedo la atrapa, la imagen se desvanece,
en el eco de risas, su corazón perece.
“¿Por qué sonríen tanto?” se pregunta en silencio,
la amistad floreciendo es su único desprecio.
La conexión, un refugio, donde no puede entrar,
y en la penumbra, su inseguridad empieza a reinar.
Con cada mirada, con cada susurro,
la envidia la ahoga, su juicio es oscuro.
Se siente desplazada, aunque nadie lo busca,
es un juego de almas donde la suerte le ajusta.
Yenly y Jime brillan, y ella, desconectada,
un triángulo extraño, su mente enredada.
No comprende que el amor nunca es de familia,
que en esta amistad hay belleza sencilla.
Así se entrelazan sus vidas, en luces y sombras,
en un mundo común, donde la vida deslumbra.
Y aunque Alejandra lucha contra su inquietud,
las verdades del corazón siempre buscan su virtud.
Tal vez un día entienda que no todo se pierde,
que en la amistad profunda, el amor se concede.
Y aunque el camino sea duro y lleno de espinas,
las almas conectadas hallarán sus propias líneas.