Un día un gato bastante mañoso y muy guapo se coló por una de las ventanas de mi vida, no le dí importancia, solo lo ví como uno más que por ella pasaría...
Cómo es de graciosa en ocasiones la vida...
Los días transcurrían ese gato venía de vez en cuando y cada que lo hacía era lo mismo, entraba por la ventana, maullaba dejando en claro su presencia y se sentía y actuaba como dueño del espacio...
Canijo gato... Arrogante, altanero y vanidoso el desgraciado... Sabedor de su galanura y gracia... Dejando en claro que su presencia significaba darle toda la atención y alabanza...
Si me agarraba sentada... ¿Qué creen? El canijo se acostaba en mi regazo, ronroneaba, se frotaba contra mí, pero hasta eso era educado y bastante lindo el desgraciado...
Al inicio lo corría, pero era necio y volvía, luego ya siendo habituales sus visitas, cariño le tenía, le contaba mis cosas, le acariciaba completito, sobre todo las orejas, le daba comida, con fuerza lo acogía...
Yo sabía que no era solo mío, lo presentía, como todos los gatos un solo dueño no tenía, pero en determinado momento pensaba que solo mío sería... Deseaba con todas mis fuerzas que me perteneciera, mal de mi parte... Porque seamos sinceros, no era un objeto, estaba vivo y decidía...
Debo reconocer que antes de que él llegara, me hacía compañía un guapo perro, que decir que era mío tampoco es lo correcto, parecía un majestuoso lobo, en fin, el caso es que lo amaba al pendejo y por eso estaba renuente a querer al gato en ese momento, sin embargo, el lobo se fue, hizo su vida, lo dejé ir, retenerlo no debía, yo lo sabía que no se quedaría, fue doloroso y a cada rato lo decía, el gato no era tonto, sabía por qué al inicio no lo quería, además siendo sinceros no podía reclamar nada, él tampoco era completamente mío, alguien más tenía su corazón y su tiempo...
Pero el idiota se metió en mi corazón, terminó por ganarse mi amor, terminé, contra todas las banderitas rojas que tenía cómo aviso, dándole todo... Un grave error...
Y pasó un día, el gato no volvió, en serio que también dolió sobre todo porque lo veía como frecuentaba esa otra casa, la misma dónde el lobo decidió hacer su vida... En serio que como dolía... Pensaba tanto en ese hecho ¿Acaso yo no había sido una buena compañía? ¿Ella era mejor que yo? ¿Qué es lo que me faltaba? ¿Acaso no era lo que daba y hacía suficiente? ¿Porque los dos que me habían robado literal el corazón estaban en la misma casa con otra que no era yo?
Lo quería un montón; sin embargo, también sabía que debía soltarlo, me resigné a qué ya no regresaría, que mío no sería... Ya estaba haciendo de nuevo mi vida sin él... Pero se le ocurrió regresar al cabrón... Y yo volví a aceptarlo como la tonta que soy...
El final de esta historia aún no está claro, todo es en presente aún sigue pasando, solo puedo decirles que parecía que el gato estaba a gusto conmigo, que parece soy de su agrado, pero quedarse y ser solo mío no creo que quiera aceptarlo...
Total, que mejor dejo esto aquí, sinceramente es demasiado para mí...
Les aseguro si de verdad hubiera un deseo que me pudieran cumplir, pediría que ese gato sea solo mío, que solo me vea, que quiera quedarse para siempre junto a mí...
Es que en serio lo amo, pero también tengo claro que no puedes obligar a nadie a quedarse y que lo quiero ver feliz aunque no sea junto a mí...
Podrá irse lejos, tener otra que lo ame, él ame y que cuide de él, ser feliz... Solo dejo claro que a pesar de ello, yo siempre amaré, pensaré, cuidaré y lo atenderé si llega a regresar otra vez por aquí...
Porque como la tonta que soy le prometí estar siempre para él... Y claro que hasta que termine mi vida lo voy a cumplir...