Kohachi consiguió un pequeño departamento con sus ahorros, era lúgubre, polvoriento, olía a viejo, pero al menos ahora tenía donde dormir.
Tuvo que conseguir un trabajo para poder pagar la renta, y aunque quiso mantenerse optimista su moral se desplomó gradualmente, como si aquel lugar en el que ahora vivía mermara su energía.
Es así como después de un tiempo ya ni siquiera asistió a su trabajo y entonces en esa situación con el señor Tomogi (dueño del complejo de apartamentos) tocando la puerta cada cierto tiempo para avisarle sobre el depósito de la renta la hizo buscar un trabajo en línea.
Era difícil, el dinero que pagaban no era suficiente para cubrir la luz, la comida y el arriendo, hasta que un usuario con el @Hakaba le comentó sobre una propuesta de trabajo que no pudo ignorar.
Hola, buenas tardes disculpe las molestias, pero he visto que busca trabajo y por ello tengo el atrevimiento de informarle que tengo un puesto disponible con un suedo ******** ******* si está interesado por favor contácteme en éste link.
...Ah? Este tipo cree que soy estúpida... Pero... El sueldo se ve llamativo...
Kohachi no pudo ignorar tal oferta, así que buscó su celular viejo entre sus cosas y accedió desde ahí en el link.
Al entrar se abrió una página llamada Hakaba.net en la que había una barra de buscador y un número de teléfono.
Un poco confundida y dudosa marcó al número, sin éxito las primeras 2 llamadas, notó que el sol ya se había puesto y el interior de la casa se veía obscuro, entonces marcó de nuevo.
*Click* *estática* Ah- ¿Hola? *Tsssch*
Nadie respondió del otro lado, sin embargo Kohachi pudo escuchar lo que parecían sonidos lejanos y metálicos, la atmósfera del ruido era profundo y hueco, semejante a un túnel de metal.
Kohachi se puso nerviosa, pensando en que solo era una broma y se acercó a la computadora de nuevo mientras el interior de la casa seguia a obscuras ya que el dueño del carro edificio había apagado el switch pero este no sabía que una de las habitaciones era independiente del resto de habitaciones, probablemente conectado al departamento de al lado, es así como se mantenía conectada.
Mientras se acomodaba en la silla y se deslizaba en la barra de Inter el sonido del celular la hizo brincar, era un mensaje del número del usuario @Hakaba quien la saludaba cordialmente.