La primera vez que fui a verlo tocar, me quedé sin palabras.
El Emil que conocía —desordenado, bromista, un desastre con los números— se transformaba en el escenario. Su voz llenaba el bar, su presencia exigía atención. Era imposible apartar la mirada.
Cuando terminó su presentación, se acercó a donde yo estaba y se dejó caer en la silla con una sonrisa satisfecha.
—¿Qué te pareció?
—Eres increíble —admití.
Su sonrisa se amplió.
—Lo sé.
Rodé los ojos, pero en el fondo, lo admiraba.
—¿Y tú? —preguntó de repente.
—¿Yo qué?
—¿Qué te apasiona?
Pensé en ello por un momento.
—La astronomía.
—Eso explica tu sudadera de la NASA.
Reí.
—Siempre me han fascinado las estrellas. Me recuerdan lo pequeños que somos.
Emil me miró con curiosidad.
—Llévame a verlas alguna vez.
—¿Las estrellas?
—Sí. Quiero verlas como tú las ves.
(Historias extraídas de mi novela "Historias Cortas De Romance BL" contiene más Historias como está, tanto las publicadas aquí como nuevas).