Todos los días de mi existencia solo quisiera cerrar los ojos y no despertar; es agotador, cansado y angustiante, que terrible cosa va a suceder hoy día, que ha preparado la vida para golpearme contra la pared una vez más, que experiencia dolorosa se encargará de lanzarme para ver si su experimento de volverme loca funciona; como si no se diera cuenta que ya ha logrado causarme una herida mortal, que ya quebrantó mi espíritu y destruyó mi alma, que la herida sangra cada día, dándome una muerte lenta y dolorosa.
Desde que recuerdo, he vivido en constante angustia, tenía seis años cuando me despertaron en la madrugada, para ir a buscar a mi madre que no llegaba a casa, en pijama, con una frazada encima, con el cabello desordenado, con los ojos cargados de sueño, y un frío desolador en los huesos, subí al vehículo que nos llevaría a buscarla, y que me dejaría marcado el primer nivel angustiante de vida que me cubre con un abrazo desolador y terrorífico.
Estaba en una peña bailando, de donde mi abuelo la sacó a rastras, que se supone debe pensar una niña de seis años sobre eso, solo crecer y cuidar tu alma lo mejor que puedas antes que se consuma de dolor, aunque en el fondo sepas que eso es imposible.Esa fue la primera vez que recuerdo en que mi sueño fue interrumpido para vivir un evento traumatizante.
Esa ha sido mi vida, día tras día de experiencias angustiantes envueltas en un aura de miedo, sin que nadie viniese a rescatarte, rogando a un cielo que no escucha, tu desesperado pedido de ayuda. Cuando llegaba un poco de consuelo y podía decir que tenía cierta paz, aunque pequeña; ella aparecía para arruinarlo todo, para vivir en una angustia del alma y del espíritu, sí hay parejas tóxicas, pero también hay madres tóxicas, solo que están envueltas en esa sagrada palabra "madre" que se supone no se debe deshonrar.
De alguna manera, todos afuera de las cuatro paredes de mi tormentosa casa, creen que ella es amable, dulce, sacrificada y agregada; porque hasta parece una luchadora social, que protege a todo el mundo, pero me atormenta,me destruye y me sofoca. No tengo cadenas, pero vivo encadenada.
Nunca mide el peligro, pero siempre quiere albergarlo todo, mientras que yo tengo que encontrar los medios para lograrlo. Ella arma el lío y yo tengo que solucionarlo, realmente no sé que es ser niña, porque he tenido que ser adulta toda la vida.
Ella armaba marchas, destrozaba casas, castigaba al "criminal", mientras yo vivía el infierno por dentro; pero si yo huyo o me voy, seré para todos la malvada de la historia, y terminarán quitándome lo que más quiero, ya lo ha hecho más antes con otras personas, porque no lo haría conmigo, solo para que ella calme su furia trasladando su maldad hacia otro, sin que importen las consecuencias. Ya he visto la destrucción que causa los huracanes que ella crea, forma y hace crecer.
Alguna vez creí que iba a ser rescatada, pero todo fue un espejismo, todo aquel que lo intenta termina terriblemente perjudicado, porque ella siempre jugará su papel de heroína, mientras todos los demás serán los villanos, y se llevará a todo con ella, así sea yo y todos los que quiero.
Intenté muchas veces acabar con todo, y nadie se dio cuenta de ello, y no ha cambiado mucho, a través de los años, aún me duermo cada noche con el ruego insensante de mañana no despertar, pero ya no intento ser yo la que acabe con mi propia existencia, solo espero que un día llegue, que un día acabe.
Nadie entiende el miedo que uno siente de escapar porque sabe por experiencia que cada vez que se intenta, el resultado termina siendo peor, más doloroso, más terrible, más escándaloso y más fatal.
Dime vida que un día te cansarás y descansaré; no espero alegría, felicidad, jolgorio y cumplimiento de sueños. La verdad solo quiero paz, aquella que me quite el hecho de estar viviendo en angustia cada día de mi vida.