Sin hacer caso de la noche, el sentimiento de aflicción prevalece en mí... como cascada de lamentos.
Mirad, amor mío, ¿acaso ya no me amas?, me odias por sobre encima de todas las cosas...
Arrogante a mis súplicas, ¿cariño santo, ya no escuchas mi voz?...
Voz que su plica por ti, entre desvelos y ensoñaciones, voz que no hace más que entonar para ti, la melodía más bella.
Más sin embargo yo si escucho tu voz, susurrando mi nombre, ¿habrá acaso, voz más bella que la tuya?.
¡ho!,¡pequeño talud de rosas,sigo escuchando tu bello canto!. Miradme,decidme,reclamadme... abriré para ti mi pecho anhelante, aún que ya no me ames...
Te esperaré bajo los preciosos Palmares, recordando con el mar, el precioso azul de tus ojos, pero por favor vida mía, ¡quiero volver a oír tu voz!.