Siento el placer recorrer mi cuerpo, mientras mi secretaria se mueve sobre mi. No me importaba su nombre, ni siquiera su cara. Solo me importa lo que pueda hacerme sentir. ¿Por qué tenías que arruinarlo todo Alexandra? Habías cumplido un récord, no me llamaste Arturo por casi un día entero, pero tuviste que hacerlo hoy luego de besarte para venir al trabajo, tuve que salir rápidamente por que te juro que si no lo hacía, ahora mismo ni siquiera podrías pararte y yo no podía hacer eso, lo prometí por el día más importante de mi vida, cuando supe que te amaba. ¡Maldición, Alex!
El plan que idee hace más de cuatro años no era perfecto. Había momentos en los que Alexandra me llamaba Arturo, y sentía un pinchazo en el corazón. Momentos en los que tenía que fingir ser alguien que no era, y que odiaba.
Como hoy. Hoy era la cena familiar, y tenía que asistir con Alexandra. Pero también estaría Arturo, y el riesgo de que se descubriera todo era muy alto. No quiero perder a Alexandra e impulsarla a irse con el bastardo de mi hermano gemelo. Quiero seguir con mi doble vida, aunque fuera insostenible.
Por eso, me refugio en los brazos de otras mujeres. Como mi secretaria, quien gime de placer mientras la beso y manoseo. La aprieto contra mí, tratando de olvidarme de todo. Hasta que la voz de mi madre me interrumpe.
—Alexandra... — Mi piel se hiela de temor hasta apartar a la secretaria fuera de mi campo de visión de un empujón tosco, saliendo de ella, hasta que reconozco la voz de mi madre — ¿Qué diría esa mujer tonta si viera esto? ¿Algún día sabrá que es tan estúpida que su marido le es infi....?
— ¡Cállate madre..! — grité sin ganas de seguir escuchándola, ella se cayó pero veía como aún salía veneno de su lengua afilada.
— ¿Qué haces aquí? — me acomodé la camisa y traté de parecer tranquilo.
—No me importa con quién te acuestes, hijo. Tú sabes lo que te conviene. Lo que me importa es lo que vamos a hacer esta noche — Madre ordenó a la secretaria irse con una mirada y esta salió despavorida a la par que ella se acercaba hasta mí.
—¿Qué pasa esta noche? — fingí no saber de qué hablaba.
—No te hagas el tonto, Dereck. Sabes muy bien que hoy es la cena familiar. Y no puedes llevar a Alexandra, tu supuesta esposa. Si lo haces, Arturo se dará cuenta de que es la misma mujer de la que por error estuvo enamorado hace años. Y ella se dará cuenta de que tú no eres Arturo, sino su hermano gemelo. ¿Quieres que se descubra toda la verdad?
—No, claro que no. Jamás lo permitiré...
— Bueno..., — sonrió venenosa — aunque viéndolo objetivamente, tu hermano dejo ese capricho por esa mujer hace tiempo, decir la verdad y llevarla no sumaría más problema, no creo que sea un riesgo para Arturo, aunque...
— ¿Pero qué estás diciendo?¿Acaso alguna vez mides tus palabras? — me dio su mirada agria y confundida — Alexandra, ¿has pensado en ella?¿si ella asiste, sabrá la verdad y...? — me dio una crisis mental.
— ¿No entiendo cual es el problema? — sonó más engreída que de costumbre, con su acento de mujer rica, suspiró — ya arreglé todo como siempre, le dirás a todos que estuviste casado con la muchachita esa, y que te divorciaste de ella, al darte cuenta de lo incompetente que es...
— ¡Cállate!¡Cállate!¡Cállate!.. — repetí sin concebir tal idea y mientras señalaba a mi madre — ¡deja de decir estupideces, no lo haré, nunca..!
—¿Cuál es el problema? — decía indiferente — sacrificaste tu vida para salvar a esta familia como te correspondía, solo debías engañar por un tiempo a esa mujer y luego divorciarte, no entiendo por qué aplazaste tanto eso es... seguir engañando a tu hermano y a esa mujer.. Es una locura, Dereck….
— ¿Qué por qué lo hago..? Por amor, mamá. Por amor. Me enamoré de Alexandra desde el primer momento que la vi. Y cuando supe que se iba a casar con Arturo, no pude soportarlo. Así que ideé un plan para suplantar a mi hermano el día de la boda. Y desde entonces, he estado viviendo una doble vida. Con Alexandra soy Arturo, y con el resto soy Dereck. Hasta hice eso contigo, te seguí el juego tomando el puesto de tu adorado hijo y cuando volvió me desechaste, sabes que, eso no me importa, solo te pido que me devuelvas ese favor que te hice...
— Eso es tu deber... — me contestó grosera.
— Bien... — sonreí y caminé hasta servirme una copa de whisky y la dejé a un lado — ... llevaré a mi esposa, se sabrá la verdad, y tu hijo... — sonreí con fastidio ante la idea que surgía en mi mente — ¿quién te asegura que tu hijo ya no sienta nada por mí esposa? — me deleite al ver a mi madre gruñir — Quién sabe, hasta quizás nos mintió a todos y volvió por Alexandra…
— No, no... digas tonterías, el tuvo un desliz, pero no cometerá nuevamente ese error..
— Más le vale que sea así, por que yo nunca permitiré que se acerque a ella — me acerque por encima de mi escritorio y la mire fijamente — así como he sido capaz de mantener una mentira por años, engañando a la persona que amó, no tienes idea de lo que soy capaz de hacer por mi Alexandra. MI AMOR NO TIENE LÍMITES....