"Te considero el bien supremo, el principio y el fin de todas las cosas; la causa y el efecto de todo lo que existe".
Maanti Hu, khuda Tujh Hi Ko
Te considero el dios...
“Eres mi único maestro, el que me guía y me enseña, el que me muestra el camino de la sabiduría y la virtud”.
Tu Hi Toh Rehebar Mera
Eres mi unico lider...
“Eres mi único maestro, el que me guía y me enseña, el que me muestra el camino de la sabiduría y la virtud”.
Ab Iss Kaalipan Me Bhi Tu
Pass Mere Khada
A partir de ahora, tu también estas a mi lado en el vacío...
Plafff...
¿Puede detenerse el mundo bajo tus pies? Sí, claro que sí, nadie podría imaginar nunca como sentí aquel impacto, el choque del amor, cuando tus ojos y tu corazón se pierden en los suyos, perdiendo la capacidad de hablar, en ese instante no lo entendí, solo lo odié, mi dulce amor me tumbó sobre el charco del lodo donde "El arte de escribir de Arthur Schopenhauer" quedó hecho trizas de lo que un día fue un libro.
— Oye ¿te encuentras bien? — extendí la mano para ayudarlo a levantarse — que torpe soy como tumbe a ese pobre chico, y tal parece estar muy enojado, sus ojos brillan de ira tras esas gafas, aunque el barro sobre su ropa contrarresta la seriedad del asunto.
— ¿Qué te pasa acaso eres estúpida? Definitivamente, hay gente que tiene los ojos por gusto — me levante con dificultad entre el lodo y tomando mi libro y viendo el estado deplorable en que estaba la recriminé.
— Lo-lo si-ent-o, nunca...
— ¡Mira lo que hiciste con mi libro!, si que eres tonta, este libro es único en su colección, ¿ahora como vas arreglarlo? ¡Ay! pero que tonta eres...
— Eso ya lo dijiste — jugueteaba con los dedos nerviosa mientras lo decía. — toma, no tengo papel ahora.
—¿Y qué se supone que es esto? — la niña tonta que tenía enfrente me ofreció algo que anteriormente llevaba sobre su cuello de color blanco, blanco, pero que sarcástica que es, blanco como era mi abrigo antes de que ella lo estropee.
— Es un chunri, es muy importante para mi pero igual puedes limpiarte con este — empecé a limpiar el barro que él tenía encima.
Aquella mujer no parecía entender un no, y que no quería su ayuda, se acercó tanto a mi que la tuve que empujar, sin embargo nunca imaginé que se caería con la bicicleta con la que yo me había chocado.
Eso sí que me molestó, ahora si estoy muy enojada, los dulces que debía enviar se echaron a perder por este tipo tan engreído. ¿Quién se cree acaba de hacerme perder dinero y la paciencia? Pero va a tener que pagar cada uno de los dulces que me ha hecho perder y no será de un buen modo. ¡Anastasia Bangó va a vengarse!
Click...
Como no me di cuenta cuando aquella tonta empezaba a tomarme fotos y grabarme, ¡maldición!
— Miren todos a este pobre y lindo muchacho ¿acaso no se ve gracioso envuelto en barro, parece ummm...
— déjenme pensar.
— ¡qué hace te volviste loca!, deja de filmar, ¡no sabes con quién te estás metiendo.
— ¡Ah, ya se! El demonio de Tasmania por la vena que surca su frente de tanto apretar los puños y poner cara de perrito rabioso, jajaja...
— te juro que te voy a...
— ya lo vieron todos, (con voz afligida) este chico me esta amenazando, amenaza a esta indefensa muchachita, además de que este demonio destrozó la bicicleta de esta indefensa joven de 16 años.
Ah, pero que insoportable, Ufff... tranquilízate Arturo esta mujer es capaz de publicar ese video si la sigues provocando, publicar, no, no puedo permitirlo padre va a enfadarse, podría arruinar la imagen de nuestra familia, debo solucionar esto ahora.
— ¡Basta!
— Creo que con este video bastará.
— No lo publiqué...
— Tomaste una buena...
— Aún
— ¿Qué?... ¡Déjate de tonterías, borrálo, ahora O juro que te arrepentirás!
— ¡Bla, bla, bla! — si sigues amenazandome e insultandome lo publicaré — me acerco sigilosamente para revelarle mi trato mientras el me mira atónito — Como hiciste que mis dulces se echaran a perder, tendrás que ayudarme a repartir otros nuevos que prepararemos, y si no lo haces, entonces, lo publicaré. — trato de sonar decidida e inquebrantable pero por dentro estoy temblando.
— ¿te volviste... (me lanzó una mirada desafiante) puedo pagarte por esto con tal de no verte y además tu me debes un libro, ¡Mira lo que hiciste!... y aún no lo había terminado (afligido).
— Eso lo la-a... mento-o — un momento me está manipulando, debo mostrarme firme — fue culpa de ambos chocamos — y ya no te quejes que se hace tarde ¡a trabajar! — la expresión que pone es graciosa — ¿o eres un debilucho que no puede hacerlo?
Esa mujer se estaba burlándose de mi, ajjj.
— ¿cómo te atreves a decir que no puedo? — que insolente es — no hay nada que yo no pueda hacer.
— bien entonces, apúrate... Ah y por cierto mi nombre es Anastasia.
— No te lo pregunte, no volveré a verte...
En la dulcería
A pesar de su pequeño tamaño y modesta decoración, la dulcería era muy acogedora, tenía el exquisito olor a hogar, felicidad y confianza la sensación de que todo estará bien envuelto en el amor. Para Arturo era simple y nada espaciosa pero para Anastasia era toda su vida, se había encargado de decorar el lugar con flores y lámparas que le daban un toque mágico e infantil y un escenario para artistas pero eso aún no pasaba pero ella mantenía la esperanza en que un día su dulcería sea una de las más visitadas de París.
— deberías hacerme caso o vas a enfermarte, además así no vas a cocinar conmigo. — pero que terco era este chico, chico que se negaba a darme su nombre.
— ¿por qué tendría que ponerme algo tan ridículo y viejo como esto... y huele raro...
—¡cuidado con tus palabras! — no iba a permitir que hable así de la ropa de mi padre, no quería hablar de esto es... — esa ropa le pertenecia a mi padre.
— ¿pertenecía?... — Anastasia me dio la espalda pero que grosera — este vejes.... ¡como sea! Quiero irme dime lo que haré, no seguiré perdiendo el tiempo contigo.
Tuve que ponerme esto encima no estaba nada mal pero jamas le diría esto a Anastasia, así como decirle que nunca en mi vida he cocinado, no puedo quedar en ridículo con nadie.
Pero que hace ¿esta...? Bueno no es tonto intentar hacer un pequeño agujero en el huevo para separar solo las yemas y claras. Con cada huevo parecía perder más la paciencia y eso me daba. Ummm... no... Anastasia, controlate...
— ummm.... jajaja...
— ¡pero que carcajada es esa! — se está burlando de mi — ¡estúpido huevo!
— ¡relájate! Es sólo un huevo — la altura entre el y yo no era abismal, el era más alto que yo pero la diferencia no era demasiado, por lo que fácilmente le estreche el hombre para que se calmara pero el no lo notó seguía con la mirada desafiante con el pobre huevo.
— es inútil, no-o...
Aunque quería escuchar las palabras de derrota no me gusta ver ese lado de las personas, además el parecía un chico excepcional así que le impulse con una explicación fácil.
— Imagina que el huevo es una nuez, y que quieres abrirla para comerla. Primero, tienes que golpear la nuez con el borde de un vaso, para hacerle una pequeña rajadura. Luego, tienes que sostener la nuez con las dos manos, y abrirla en dos partes, como si fueran dos cáscaras. Después, tienes que pasar la yema, que es el fruto amarillo, de una cáscara a otra, dejando que la clara, que es el jugo transparente, caiga en el vaso. Finalmente, tienes que poner la yema en otro vaso, y ya tienes las claras y las yemas separadas.
— ¡waow!, pero ya lo sabía y tu explicación me parece muy infantil.
— (Risilla) que puedo decirte adoro a los niños — el debe estar pensando seguramente en algo como me consideras un niño y eso me hace reírme un poco más pero luego recuperó la compostura y algo más comprensiva añado — es muy fácil perder la paciencia pero como dijo *** que se lo dijo a mi padre y que me lo dijo a mi... si lo haces con amor todo saldrá bien.
Sonreía tan tranquila nada parecia perturbarla, que afortunada hay otros que no tenemos esa paz y optimista que ella desprende.
Incrédulo observé a Anastasia mostrando mi desagrado pero su hostigante sonrisa volvió a posarse sobre sus mejillas ligeramente sonrosadas.
Pero ¿qué? Una que trata de ser amable y el se muestra más altivo y orgulloso, este chico definitivamente no tiene remedio, además creído, ¡que intolerante!.. ¡No! No seguiré pensando en todos sus defectos o sino nunca terminaré... solo pienso que quizá en el fondo no sea tan grosero y malcriado y solo quizás hayga un chico tierno.
— ¡Demonios!.. Eh niña tonta — no quiero preguntarle pero debo hacerlo — no es que necesite tu ayuda pero como se usa esta batidora.
Ok, olvidalo es un niño engreído.
— Voy a ayudarte pero no vuelvas a maldecir, esta prohibido cualquier maldición en mi casa sobre todo en mis negocios.
— ¡Maldición..!
— ¡Te dije que no maldigas..!
...
Ambos jóvenes cocinaban por un lado había la concentración por aprender y hacerlo bien y por el otro alguien que mostraba maestría y gozo al hacerlo, entre ambos campos opuestos solo podía ganar uno y ganó el gozo, Anastasia era muy agradable para cualquier persona y podría decirse que no había nadie quien no caiga en la complacencia de estar a su lado, un trabajo separado se volvió un trabajo en equipo que tornó siendo placentero para ambos. Sus manos y sus caras estaban llenas de harina si bien Anastasia empezó Arturo respondió ensuciando la cara de Anastasia y así empezó una guerra con la harina que les hizo sentirse libres de sus vidas, no había nada, ni nadie más que ellos.
Suelo ser muy atento y disciplinado para aprender y aunque no lo admitiría frente a mi ahora maes...tra de co‐ocina estaba disfrutando cocinar a su lado. A pesar de que aún pienso que es tonta es... una chica in-te..restante, ella desprende un calor abrasador que te envuelve en el y te da ganas de llegar más al fondo quizás a su corazón o aquel lugar misterio que oculta lo bello de su sonrisa... sin entender y controlar el funcionamiento de mi cuerpo me reí como un completo tonto a la par de su melodiosa risa, cuando ella ríe el sol brilla más fuerte y el mundo parece detenerse..., ¿pero que me pasa? No entiendo..., ella es... ella es...
Idiota, ¡pero que idiota soy! Me tiré harina yo mismo en los ojos, me saqué las gafas por porque ¡Anastasia me ensució con harina, la extrangularé pero antes de hacer lo que pensaba su aroma a dulces inundó mis sentidos, la tenia tan cerca que podía tocarla, nunca ninguna mujer estuvo tan cerca de mi, generalmente huían, hasta mi madre pero ella se acercó sin temor sin prejuicios y toco mis ojo izquierdo, su piel era tan suave, que extraño, como puede alguien como yo saber de la suavidad de la piel si nunca toque una, al menos no desde que yo recuerde. Dice **** que cuando el aire sopla sobre ti es una bendición, Anastasia bendijo mi ojo y no fue molesto, me dio un alivio que nunca en mi vida en sentido, su intento era limpiar la harina que cayó en mi vista para darme claridad eso que hace mucho necesito en mi vida. Cuando mi ojo izquierdo por fin ve la luz, bueno la luz fue Anastasia o mejor dicho aún sus ojos color marrones, son comunes pero si te fijas bien en medio de ellos sus iris tienen un destello verde y no cualquier verde un verde esmeralda. Sus ojos galopan los míos nuestras miradas se unen y son incapaces de soltarse pero la duda y el miedo me invaden en el momento de que ella sube su mano delicadamente y trata de tocarme la mejilla y si ¿está jugando conmigo?¿si sd esta burlando de mi?¿Y si miente y yo estoy cayendo en sus engaños? Me apartó y voy a ver si los croissants ya están listos.
— teni-aas harina en la mejilla solo quería limpiarte — mentir estaba mal pero no puedo justificar mi acto.
Sus ojos aquellos que vi solo en mis sueños, los ojos de mi príncipe eran azules como los de el, pero no era el color era el brillo que desprendía especialmente los ojos de aquel príncipe que solo existen en mis sueños, no son simplemente azules eran brillante tan brillantes que te quita la razón y te hace ser capaz de acercarte a alguien a quien solo le desagradas, quería tocar su rostro por curiosidad por estar más cerca del príncipe soñado y sea palpable ese sueño en el que soy feliz al lado del amor al lado de alguien al menos alguien que vive y me ame.
— esta‐a bien, ahora... debemos empaquetar ¿verdad? — mi voz suena desesperada pero no puedo controlarlo.
— Sí, puede-ees ir a limpiarte yo me encargaré.
— tu también estas sucia
— no te preocupes... lo haré después rápidamente.
— bueno no es que me importe — me aclaro la garganta me he olvidado de a quien tengo frente, ella destrozó a ***
— bueno, sí... sigues aquí cambiar de decisión y te daré más trabajo — y en el instante en que dije esto último el ya había desaparecido pero no sabia donde, ¿cómo pretendía encontrar el baño si no lo conocía? Que tierno... (risita) Nooooo... volverá en...
— cinco, cuatro, tres dos, uno-o
— ¿y dónde se supone esta el baño?
— en el segundo piso a la mano derecha.
...
— ¡NO!.. ¡Me niego definitivamente! No voy a subirme ahí. — pero que pensaba Anastasia que pondría mi vida en riesgo.
—Solo es una bicicleta — no podía creer sus palabras, ¿un atentado público la bicicleta? Debo respirar y tratar de lidiar con el — Bien, te enseñaré...
— te dije que no, y no es no
— no te **
— ** ¿cómo sabes esa frase? — me mostraba sorprendido hasta interesado en sus palabras pero su arrogancia me desconcertó.
— bueno... (aclarando la garganta) es que hay muchas cosas que no sabes de mí. — insolente se burlo de mi... pero su sonrisa tan amplia y tierna me contagió la risa, cuando reía lo hacía con elegancia, con diversión y curioso por conocer más de este mundo.
— escúchame... así como la frase de ese filósofo, que por cierto es la única que me la sé, puedo tolerar que personas cobardes y despiadados se rindan pero personas tan excepcionales como tú, nunca, se que puedes hacerlo yo creo en tí, tus límites son inalcanzables.
Anastasia pese a llevar las cosas con gracia es capaz tambien de decir las cosas seriamente como ahora, sus ojos miraban fijos los míos y tan abiertos y decididos que sentía un dominio sobre los mios, sus palabras, sus halagos, se que cualquier chico hubiera dejado pasar tal situación como un par de halagos más en la lista hasta olvidarlo, pero yo nunca lo haría, nunca nadie me había visto como alguien realmente excepcional, asi como nunca nadie me había dicho algo tan bonito, el ser humano siempre busca la aceptación y alza su ego yo no era la excepción a ese comportamiento pero yo quería conservar ese momento por la eternidad, juro que en ese instante quería quedarme clavado a sus ojos por la eternidad pero ella con amabilidad y parpadeo ligero voltio su cabeza con sigilo y tomo una de las bicicletas y me indicó que hacer y yo solo asenti y seguí sus instrucciones si era una táctica de manipulación falsa era muy buena pero aún solo quería agarrarme incluso si era mentira a ese atisbo de esperanza y de ser visto como alguien especial.
...
Domine la bicicleta y en cuestión de minutos ya podía manejar yo solo, Anastasia me dio la mitad de los envíos y me dijo que iríamos por la calle *** de paris. Cuando abordamos una de las casas Anastasia tocó el timbre y dio un ademán muy cortés.
"Chocolate y bombones para aquella chica que roba muchos corazones. "
"Dulce indio para dos parisinos con corazón indio".
"Es un croissant que te mereces Por ser tan buena y tan bonita Y que disfrutes con creces Porque eres mi princesa favorita".
Esto último le dijo a una niña que parecía conocerla y la abrazaba al verla. Anastasia correspondió su abrazo pero también de un modo juguetón le acarició el cabello, se mostraba tan transparente y no parecía conocer de mentiras ni de engaños, la niña de nombre Anjali tomó en sus manos los croissant y agradecio a Anastasia luego me observo a mí, su mirada no me parecía extraña pues todos me miraban así y ya estaba acostumbrado.
— ¿El es tu novio Ana-aastasia? — dijo preocupada la niña pero antes de que Anastasia responda lo hice yo.
— nunca le daría ese honor. — la niña me miró extraña y le susurró algo a Anastasia o como ella le llamaba "Nasia".
Su sonrisa fueron con esta 41 veces que sonríe así desde que partimos de la dulceria, esta como las anteriores era una sonrisa juguetona y de ingenuidad, conté cada sonrisa por puro instinto por que cuando ella sonreía yo sonreia con ella y eso nunca pasaba para mi no es normal sonreír más que gritar, ordenar y desafiar a quien me fastidie pero hoy sonreí, podría ser para mi la primera vez que sonrío por que después de ella no hay un antes solo un después.
Ya era tarde y ya habíamos terminado de entregar todos los deliverys debía ir a casa y no perder el tiempo, aunque haya nadie me espere.
— bueno debo irme ... — se adelantó la niña — ¿vendrás a mi fiesta cierto?
— Lo haré, luego de terminar algo, cuídate — su voz sonaba armoniosa a la par del viento que agitaba su cabello atado en un suave lazo celeste de seda fina.
— bueno, yo también debería irme... — su rostro parecía desencajarse.
— sí... graciaa-s — dijo tímidamente Anastasia.
— No agradezca... lo hice por el video, ¿recuerdas? ¡ahora bórralo! — le ordené al recordar la razón de todo esto que por cierto me había dejado muy agotado.
— Ya lo hice — respondió serenamente.
Como es posible, ella siempre me sorprende y parece ser ella quien controla toda la situación y eso me enoja mucho.
— Bien... entonces me voy, ¡Adiós! — estaba volteando para irme cuando ella me detuvo.
— ¡Alto! No deberías devolverme la ropa de mi padre y tomar la tuya. — podía sentir a lejos su tono burlón.
—¡no volveré a tu casa! Debo irme ahora, puedes hacer lo que quieras con esa ropa — avancé un poco más pero ella parecía seguir con ganas de discutir.
— la tuya, pero la de mi padre la quiero de vuelta — tan importante era esta ropa para ella su padre podía comprar otro, quiere acaso que me desvista aquí.
— ¡acaso enloqueciste! No pretenderás que me quite la ropa aquí.
— No... no, me refiero a... que te la lleves y me la devuelvas... lavado o yo ir por ella, solo eso.. — anastasia sacaba una seguridad sorprendente pero así de rápido la perdía.
— yo iré a buscarte, ¡Ah! Así que tendré que seguir viéndote — pero por alguna extraña razón la situación no me pareció tan mala, de hecho sentí en alguna parte de mi un cosquilleo y eso era vergonzoso así que me di la vuelta sin voltear a verla, estaba incómodo por esta sensación — ¡Hasta mañana!
Hasta mañana respondí en un ademán de pronto nos volveremos a ver, diciendo aquí te espero y viendo cómo desaparecía en la lejanía aquel que tanto brillaba como príncipe, quería por alguna extraña razón verlo, el era diferente a todos los chicos con los que he tenido que entablar conversación, mientras ellos coquetean conmigo el es el mismo y no tiene malas intenciones, por lo contrario es admirable, su valor, lo inteligente y listo que se ve al hablar, al caminar o incluso solo cuando hace una mueca, todo en el es interesante, por eso hice que volviera por que por alguna extraña razón el hace que me sienta fuera de este mundo cuando nuestros ojos se cruzan al igual que en mis sueños..., me pregunto si ¿será el mi príncipe?