Esta vez a diferencia de todas las veces que he escrito vengo a contar una historia real, los sucesos que creo me atormentaran de por vida.
Era un día especial, muchas buenas noticias habían llegado y solo quedaba esperar por lo mejor, a pesar de mi ya notable problema para entenderme a mi mismo después de varios sucesos que terminaron por matar mis emociones. Alguien había jugado con mi presente, vuelto loco mi futuro y desaparecido llevándose mi lógica. Muchos dirían que eso no es la gran cosa, pero yo tengo problemas para lidiar conmigo mismo y termino por empeorar todo en mi interior, poco a poco empecé a sentirme solo, mis amistades estaban demasiado ocupadas como para consolarme y cada vez mas la herida se hizo mas profunda. Ese día todo estaba mejorando, creí que seria el inicio de una buena racha para poder sanar, un grave error haberme confiado de esa forma. En la noche justo después de bañarme me dispongo a cerrar la casa para poder irme a dormir, al llegar a la sala me percato de un aroma extraño, semejante al acido haciendo reacción. En mi mente no cabía que algo así de malo sucediera y al observar a un insecto muerto frente a la puerta confundí el olor con el que ellos desprendían al morir. Con algo de duda me retiro a mi cuerpo tras cerrarlo todo y me recuesto sobre mi cama. Mi mente trato de alértame que algo estaba mal mostrándome imágenes de la moto que había en mi sala, mas no hice caso a mi mente y me dispuse a entregarme a morreo tras un par de horas. Al fin logré cerrar mis ojos cuando siento una explosión conmocionar todo a mi alrededor y rescatándome de lo que podría haber sido un sueño eterno. Abrí los ojos preocupado y corrí a ver que había sucedido y para mi espanto vi como el fuego cobraba vida dispuesto a arrebatármelo todo. Mi primer instinto fue el de salvar a quienes eran importante para mi, por suerte la única persona que había en casa a demás de mi era mi cuñado, por lo que pude rápidamente correr hacia el para tratar de despertarle. Al parecer mi cuñado tenia un sueño profundo y varios gritos no bastaron para despertarlo pero el fue no esperaba a nadie por lo que opte por algo mas violento. Al abrir sus ojos lo único que escapaba de mis labios eran las palabras “¡Corre! ¡Se quema todo, corre!” El no acababa de caer en si pero me siguió rápidamente a la entrada de la sala donde ahora gobernaban las llamas y el humo. Rápidamente cayo en si pero antes de correr se percata de que estaba completamente desnudo y corre a ponerse algo antes de de acompañarme nuevamente. Parecía que algo en mi se rehusaba a aceptar que perdería todo haciendo que corriera a por una cubeta de agua e ignorando las brazas la aviento sobre la batería de la moto en llamas inútilmente. Mi cuñado pensando mejor comienza a llamar a mi vecino recordando que tenia una turbina y un pozo con agua, este al darle cuenta de la situación acudió a ayudarnos pasándonos la manguera para apagar el fuego, o eso quería creer yo. Al sostener la manguera tenia la esperanza de que el agua saldría a chorros y lograría a pagar o reducir las llamas, mi fe pronto fue colapsado por la desesperación que sentí en ese momento. 2 minutos, los dos peores minutos de mi existencia tardo en salir el agua, dos minutos en los que fui obligado a observar como ardía todo, no solo eran cosas materiales, eran mis recuerdos, mis buenos momentos, los logros que habíamos alcanzado y mantenido a duras penas. Fui obligad a observar desesperadamente como todo se reducía a cenizas. Los dos minutos habían pasado y el agua por fin salió de la manguera, pero mas que un chorro potente, salía agua del grosor del grifo en donde me cepillaba los dientes. Lleno de miedo mis piernas temblaban pero le euforia me consumía, la ira, el dolor; estas emociones me dispararon al rente donde me agache para poder respirar algo de aire mezclado con el humo que pasaba sobre mi, allí, con el calor en mi rostro y las llamas casi rosándome use ese pequeño chorro de agua para tratar de mitigar el fuego. No pasaron varios segundos para escuchar a mis vecinos gritándome desde afuera, al otro lado de la sala diciéndome que alejara el tanque del gas y que me mantuviera a salvo. Ellos no podían entrar ya que la reja del portal se encontraba asegurada por un buen candado, mas el calor era tanto que las ventanas de aluminio comenzaron a deformarse mientras que todo lo plástico se fundía y mis muebles ardían en llamas. Al derretirse parte de las ventanas mis vecinos pudieron meter otra manguera para tratar de apaciguar el fuego mientras que otro giro se dispuso de romper el candado par poder entrar. Mi cuñado con miedo que me sucediera algo toma un trapo mojado y lo estampa en mi rostro para que no me quemase y pudiera respirar, me forzó a dejar mi posición y tomo mi ligar desde un punto mas seguro. No podia quedarme mirando sin hacer nada por lo que salí por la puerta trasera y di la vuelta asta la entrada donde toso mis vecinos se aglomeraban gránate o de ayudar. Aún así no pude hacer nada, ese fue en el momento en que termine de romperme, el momento en que ya me había calmado del miedo de perder mi vida pero me invadía el dolor en su forma mas pura haciendo que me clave de rodillas estallando en llantos. No paso mucho para que mi padre me llamara e intentara calmarme pero no lo logró, mis madres intentaron lo mismo pero solo les mostraba mi rostro mas seguro para que ellas no se preocuparan de mas mientras moría por dentro. Los bomberos llegaron para ayudar, o eso decían ellos manando a un grupo de tres jóvenes de aproximadamente 18 o 19 años completamente inexpertos y temerosos a rematar lo que mis vecinos ya habían logrado. Las brazas habían muerto y con ellas mucho de mi. No les puedo explicar como se sentía estar allí cuando empezaron a sacar los restos carbonizados de lo que alguna vez fue mi hogar. No les puedo explicar que se sentía entrar y ver como el negro ahora manchaba las paredes y todas las cosas cercanas aún se derretían, ver la entrada de mi casa destrozada, tratar de tragar mis lagrimas para que mi cuñado no perdiera la esperanza (te adelanto que fracasé). Mi padre llego al lugar desesperado, mi cuñado se encontraba destrozado y completamente desecho y yo todavía tenia que ocultar mi dolor para que los que me rodeaban no sufrieran de mas. Esa noche dormimos allí mismo cubiertos de cenizas y hollín por todos lados. Asta el día de hoy todavía estamos tratando de limpiar y pintarlo todo para después tratar de salvar algo de los que quedó.
Antes me sentía vacío, por cosas que para alguien mas seguro era costumbre o algo pequeño, ahora preferiría estar vacío nuevamente que sentir este dolor, sentir que lo he perdido todo y que no hay forma de recuperar aquello que perdí y no me refiero a lo material. Ahora al caminar solo puedo observar las marcas dejadas por fuego, Al cerrar mis ojos solo puedo ver el humo y si antes dormía poco por mis problemas ahora me es casi imposible dormir, me quedo horas y horas llorando sobre la cama pensado que habría sido de mi, que habría podido ser.
