Sebastián y Alan eran la pareja perfecta, al menos eso creían sus amigos y conocidos. Vivían en un departamento moderno en el centro de la ciudad, donde compartían las responsabilidades del hogar y sus vidas profesionales. Sebastián trabajaba como diseñador gráfico en una agencia creativa, mientras que Alan era profesor de literatura en una universidad local. Ambos tenían una relación sólida y cariñosa, y aunque sus vidas parecían tranquilas, en Sebastián se empezaba a gestar una insatisfacción que no sabía cómo expresar.
Una tarde, después de una larga jornada laboral, Sebastián decidió salir a caminar para despejarse. Mientras recorría las calles iluminadas por los escaparates de las tiendas, se encontró con un bar que nunca había visto antes. Movido por la curiosidad, decidió entrar.
El lugar tenía un ambiente cálido y acogedor, y mientras se sentaba en la barra, pidió una bebida. Fue entonces cuando la vio: una mujer con una presencia cautivadora. Tenía el pelo largo y oscuro, y una sonrisa que irradiaba confianza. Se presentó como Carla.
Sebastián y Carla comenzaron a conversar, y pronto se sintió atraído por su energía y su manera de ver el mundo. Carla era una mujer transgénero que trabajaba como artista y activista, y su pasión por la vida inspiró a Sebastián. Se sentía comprendido y escuchado como nunca antes.
Los encuentros se volvieron frecuentes. Cada vez que tenía un momento libre, Sebastián buscaba a Carla. Compartían historias, sueños y miedos. En Carla, Sebastián encontró un espacio donde podía ser él mismo sin temor a ser juzgado.
Mientras tanto, Alan notaba que algo había cambiado en Sebastián. Su pareja estaba distante, absorto en sus pensamientos y a menudo desaparecía sin dar explicaciones. Aunque Alan intentaba acercarse y entender qué sucedía, Sebastián se cerraba aún más.
Sebastián se encontraba dividido. Amaba a Alan, pero no podía negar la conexión especial que sentía con Carla. Sentía que estaba viviendo dos vidas: una con Alan, llena de cariño y estabilidad, y otra con Carta, repleta de pasión y descubrimiento.
Un día, mientras Sebastián estaba con Carla, Alan decidió confrontarlo. Esperó a que Sebastián llegara a casa y, al verlo entrar, le preguntó directamente qué estaba pasando. Sebastián, atrapado entre la culpa y el deseo, le confesó la verdad sobre su relación con Carla.
Alan se quedó sin palabras, herido por la traición. No podía comprender cómo alguien que amaba podía hacerle eso. Sin embargo, detrás de su dolor, Alan sabía que tenía que luchar por lo que amaba.
Sebastián, sintiéndose culpable, decidió que era hora de hablar con Carla sobre lo que estaba sucediendo. La buscó en su estudio y le contó sobre la confrontación con Alan. Carla lo escuchó atentamente, sin juzgarlo, pero con una tristeza en sus ojos.
Carla le explicó que no quería ser la causa de la ruptura de su relación, y que lo que más deseaba era que Sebastián fuera feliz, ya fuera con ella o con Alan. Sebastián se dio cuenta de que debía tomar una decisión, una que no sólo afectaría su vida, sino también las de Alan y Carla.
Esa noche, Sebastián y Alan tuvieron una larga conversación. Alan expresó su dolor y su decepción, pero también su disposición a trabajar juntos para reconstruir su relación. Sebastián, por su parte, prometió ser honesto y abierto en el futuro.
Después de reflexionar profundamente sobre sus sentimientos, Sebastián decidió que lo más importante era ser fiel a sí mismo y a quienes lo rodeaban. Sabía que no podía seguir dividiendo su corazón entre dos amores.
Con una mezcla de tristeza y alivio, se despidió de Carla, agradeciéndole por todo lo que le había enseñado. Carla lo abrazó y le deseó lo mejor, sabiendo que su camino juntos había llegado a su fin.
Sebastián volvió a casa y, con la ayuda de Alan, comenzó el proceso de sanar su relación. Fue un camino difícil, lleno de altibajos, pero ambos estaban comprometidos a superarlos juntos.
Con el tiempo, Sebastián y Alan encontraron una nueva forma de estar juntos. Aprendieron a comunicarse mejor, a entender las necesidades del otro y a apoyarse mutuamente. Aunque la sombra de la infidelidad seguía ahí, la utilizaron como una oportunidad para fortalecer su vínculo.
Carla, por su parte, siguió su propio camino, dedicándose a su arte y a su activismo. Aunque extrañaba a Sebastián, estaba orgullosa de haber sido una parte importante de su vida y de haber contribuido a su crecimiento personal.
Cada quien siguió su camino y el tiempo paso hasta que todo fue sanado y olvidado.
Fin xd ♡.