Lunes, 12 de agosto del 2024, Londres, Reino Unido, 2:32 P.M:
Dos bellas mujeres de aspecto asiático se encontraban luchando bajo el sol abrasador de la tarde. Al mismo tiempo que el lugar parecía un descampado completamente abandonado. Una de ellas, la de cabello castaño, quien parecía ser la mayor de las dos, se encargaba de someter con un fuerte agarre de guillotina a la otra chica.
- Entrégate, Juri- Le dijo la de ojos cafés con seriedad
En ese momento, solo se escuchó un suave jadeo. El jadeo de una joven que luchaba desesperadamente, como si su vida dependiera de ello.
- Esto no me hará rendirme... ¡Ay! ¡Ay!- Gruñó con desagrado, mientras rápidamente era silenciada por la fuerza del agarre mortal de su contrincante
- Entrégate, dije...- Una voz profesional y de tono uniforme resonó en su oído, haciendo que el rostro de la pelinegra se sonrojara
- ¡No lo haré!- Exclamó con las pocas fuerzas que le quedaban
- Escúchame bien, Juri. Te detendré hasta que admitas tu rendición. Así que mejor sométete de una buena vez- Le exigió la mayor con un tono de voz dominante
El calor comenzaba a aumentar entre ambas. Por más que Juri pateara, mordiera, arañara y escupiera, los fuertes brazos que rodeaban su cuello no la dejaban escapar, mientras su vista se nublaba rápidamente.
- Has perdido, Juri. Deja de avergonzarnos a las dos y admite de una maldita vez tu derrota...
- ¡Como si me importara una mierda! ¡En cuanto me libere de este control, prometo que te pisotearé la cara!- Le juró la de ojos bicolores con enfado
En ese momento, el dulce aroma de las flores de verano inundó sus sentidos, cada brizna de aliento arrancada de las fauces de la derrota estaba perfumada. Estaba atrapada. Atrapada en las garras de esa bruja, Mei-Lee. Atrapada en un agarre de guillotina, agitando los brazos y las piernas bloqueadas bajo los potentes muslos de la mayor.
- No quiero hacerte daño, Juri. ¿No te han hecho ya bastante daño en la vida?- Le comentó la oficial de policía con suavidad
- 《Ella siempre es así conmigo, condescendiente, paternalista y tratándome como a una maldita bebé. No necesito que me recuerde que estoy perdiendo mientras pierdo. ¿Quién coño hace eso? ¿No se suponía que ella era la buena aquí? ¿Qué tan moralista podrías llegar a ser? ¿Por qué está pasando esto? ¿No se suponía que yo era la Alfa? Incluso cuando literalmente me está estrangulando, no puede evitar manejarme con los guantes de niña》- Pensó la menor con frustración
En ese momento, y como si se tratase
de una señal, Juri por fin vio la oportunidad para tomar otra gran bocanada de aire y contestarle a su contraria con una voz entrecortada.
- Haz lo correcto y renuncia. Por favor- Le volvió a pedir la oficial con un tono calmado
- Jmmm. Eso es RICO viniendo de ti. Si tú... ¡Grrr!- El ruido que Juri dejó escapar al final cuando el brazo alrededor de su cuello la apretó con aún más fuerza que antes, fue más parecido a un ladrido que a un estrangulamiento, sus dientes rechinaron furiosamente para que la piel de Mei sangrara- Otra vez. No... preguntes, solo... ¡Estrangula! ¡Idiota!- Las palabras salieron de su boca con un denso y arrastrado murmullo, el último aire de sus pulmones fue expulsado a través de su estrecha tráquea en chisporroteos
- Esto no es una negociación. Tienes solo dos opciones, Juri. Conservar tu dignidad o perderla. No me importa cuál elijas, pero me decepcionaría mucho verte actuar en contra de tus propios intereses otra vez- Le dijo la pelicastaña, mientras su brazo se tensaba de nuevo, provocando un agudo ruido de la boca de Juri, el cual hizo que ella misma arqueara las cejas con sorpresa
Después de un profundo ataque de tos, Juri clavó su mano en la piel del brazo de Mei, arañando con las uñas hasta que la sangre empezó a brotar de la perfecta piel de la oficial de policía. Nada hizo que esta vieja fastidiosa se tambaleara, realmente estaba empezando a volarle los nervios.
En ese momento, Choi finalmente pudo sentir un poco de cesión. Una indicación. Era su turno de hablar. Así que permaneció en silencio durante lo que pareció una eternidad, sin ofrecer ninguna respuesta a la mujer que la estrangulaba, salvo el esfuerzo de sus músculos tensos contra el agarre.
- Más fuerte- Le dijo finalmente la pelinegra, con un tono de voz adulador y arrogante. Con las cejas fruncidas en nudos de frustración, Mei obedeció y obligó a Juri a levantar la barbilla tanto que apenas podía mirar fijamente, y su mirada se vio obligada a parpadear para mirar el rostro de la mujer que la dejaba sin aliento. Aunque no de la forma en que solía hacerlo
- Eres un desastre ahora mismo, Juri, ¿Lo sabías? Me has perseguido durante la mayor parte de tu vida. Sin amigos, sin amantes, sin metas, solo una vaga idea de venganza contra el Clan Cobra, la cual ya has obtenido. ¿Y todo eso para qué?- Preguntó la castaña, mientras la escarcha y la niebla se acentuaban sobre su habitual tono de verano- ¿Para perder? No me has vencido desde que éramos años más jóvenes, Juri. Yo me vuelvo cada vez más fuerte, y tú te vuelves cada vez más débil, pero nunca aprendes- Estas palabras salieron volando del cerebro de Juri, apasionadas, amargas, explícitas y crueles, pero su lengua no fue capaz de hacer la conversión. No podía hablar, joder. No con la voz estrangulada y diminuta que tenía consigo y que ni siquiera podía salir de su propia saliva- No hables. De todos modos no cooperarás. Sabía que no lo harías. Nunca lo haces- Dijo, mientras una de las piernas enganchadas alrededor de su estómago hizo que Juri resoplara, su talón se hundió con fuerza en su torso- No vale la pena escucharte a menos que vayas a darme lo que quiero. ¿Lo harás?- Eso era otra indicación clara para la interacción, pero apenas podía oírla como estaba. Le llegaba a los oídos en oleadas lentas, algunos estallidos de palabras aquí y allá. El tono se transmitía. Mirar fijamente la cara de Mei dejó en claro que estaba enojada. Como si el ahogo no lo hiciera obvio ya
Pero Juri no iba a darse por vencida por un poco de dolor. Sacudió la cabeza lo mejor que pudo en su posición actual. Mei suspiró, cerrando los ojos solemnemente mientras trataba de mantener la compostura.
- Por supuesto que no lo harás...- Le comunicó la oficial de policía con resignación
Juri podía sentir que sus venas se hinchaban, la sangre corría mientras trataba de mantenerse al día con las demandas de oxígeno de su cuerpo con su suministro actualmente menguante. Una perra como ella, una verdadera glotona del castigo, podía soportar algunas cosas desagradables y pasarlas caminando. Pero esto estaba rozando sus límites de una manera cada vez más real a cada segundo.
Sus párpados revoloteaban. Ella no podía pensar. Incluso sus movimientos se volvieron impotentes, las uñas no lograban clavarse y sus músculos colgaban sueltos a pesar de la urgencia que sentía. Si alguna vez hubo un momento para que toda la determinación que había estado cultivando durante los últimos 8 años hicieran efecto, era ahora mismo. Pero no lo hizo. Todo se volvió borroso, como el tinte sobre la leche. Los colores se mezclaron y su cabeza zumbaba. No más aliento. No más nada.
En ese momento, un jadeo entrecortado hizo que Juri volviera a la realidad. Sus sentidos volvieron a fluir uno a uno, parpadeando y volviéndola a sumergir en una neblina de color y sonido. Instintivamente, sus dedos fueron a revisar su cuello, donde se encontró todavía constreñida bajo el agarre de Mei, quien todavía continuaba restringiendo su movimiento y evitando que huyera.
- ¿Qué demonios...?- Se preguntó a sí misma con una voz ronca, apenas manteniendo su tono mientras trataba de averiguar por qué todavía estaba despierta. Luego, una mirada hacia Mei la confundió aún más. El rostro de la vieja perra estaba retorcido en algo que oscilaba entre la sorpresa y la confusión. Su mirada estaba fija en el cuerpo de Juri y solo descendió cuando se dio cuenta de que ella por fin se había despertado de nuevo
- Vaya. Sabía que estabas enamorada de mí, pero… Dios mío- Dijo la mujer mayor, irónica y críptica.
- Déjate de tonterías, ¿De qué estás...?- Intentó preguntar Juri, cuando de repente, una suave tos interrumpió su oración- ¿Hablando de ti, zorra arrugada...?- Inquirió la menor, sintiéndose ofendida
Pero, antes de que pudiera volver la mirada hacia ella, Mei inclinó su cabeza, aún sin soltarla. Después, encogió su cuerpo notablemente y luego se apretó contra la espalda de Juri para mirar junto con ella.
- ¿Ves eso?- Le preguntó la oficial suavemente, mientras ambas miraban los pantalones de Juri, polvorientos y salpicados de la grava de la pelea que las había llevado al suelo en primer lugar. Nada sobresalía. ¿Acaso, la vieja zorra estaba perdiendo su toque?
- No veo nada- Le respondió la criminal con una expresión de fastidio
- Hmmm. Déjame ayudarte a averiguarlo
En ese momento, uno de los brazos de Mei, el que no estaba torcido bajo el cuello de Juri y el que no estaba haciendo la mayor parte del estrangulamiento, se inclinó para presionar un punto en sus pantalones. Luego, cuando sus dedos se apartaron, estaban pegajosos, un rastro delgado y húmedo se aferraba a las puntas mientras repetía el suave movimiento una y otra vez. El hormigueo en su piel no se había desvanecido por completo, pero cada golpecito en la zona húmeda hacía que todo el cuerpo de Juri vibrara como un transformador eléctrico mientras la humedad comenzaba a registrarse.
- Oh. Eso no es... no significa...- Habló con un tono más alto, luego de sentir como los dedos de Mei se apretaban y se separaban, formándose una red viscosa de de los jugos de Juri entre ellas mientras sostenía su mano frente la cara de Choi- ...
Su cabeza intentó girarse hacia un lado, mientras intentaba mirar hacia otro sitio, al mismo tiempo que pensaba, pero, para su mala suerte, Mei apretó aún más el codo, obligando así a la cabeza de Juri a mirar hacia donde ella apuntaba.
- Ah-ah. Adelante- Le dijo la oficial en una voz baja
La voz detrás de la cabeza de Juri se convirtió en un susurro, pero era más fuerte que nunca cuando se movió hacia adelante para descansar justo contra su oído. Un aliento cálido y suave rozaba su oreja, haciendo que el calor en su rostro se sintiera insoportable.
- Tenías muchas cosas que decirme hace un momento. Sigue. Usa esa lengua afilada que tienes para cortarme, si te atreves- La retó con un tono de voz calmado
- No, no tengo nada a lo que responder...
- Pues la verdad, yo creo que sí- Refutó Mei con bastante rapidez
Al mirar hacia arriba, los labios de Juri se curvaron en una sonrisa característica de ella. Todo dientes y malas intenciones.
- ¿Qué? ¿Nunca antes habías visto a una chica Alfa correrse?- Le preguntó con arrogancia
- Bueno… nunca sin que la toquen. Joder. Y mucho, además. Debo haber hecho algo realmente especial por ti. Mierda. Quiero decir, mira esto- Se burló la oficial con ironía
- ¡Suéltame ya, perra…!- Intentó exclamar Juri, siendo interrumpida cuando el brazo que rodeaba su garganta se apretó, cortando así bruscamente la queja que estaba haciendo
- Basta. Realmente estarías mucho mejor si me hablaras con un poco más de cortesía, ¿Eh?- Le dijo Lee, mientras sus dedos rodeaban el contorno de algo grueso y rígido, presionando una línea insignificante en los pliegues de los gruesos pantalones de Juri, los cuales solo sobresalían con la ayuda de su propio desorden que lo anunciaba. La hizo sisear involuntariamente, cada terminación nerviosa de su cuerpo se conectó como electricidad viva- No fui más que amable contigo. Te di tantas oportunidades, Juri, y solo me enojé cuando tú… - Hizo una pausa en ese momento- ¿Es por eso que no pudiste controlarte cuando me viste?
Esa pregunta fue más dura que un golpe directo en el esternón. Juri se encontró apartando la mirada de la imagen de su clítoris transformado siendo jugueteado, invadida por una oleada de algo punzante como hielo en sus venas. Su estómago se sintió como si se desplomara.
- ¿Te gustó que perdiera la paciencia contigo?- Le preguntó, mientras comenzaba a jugar con el bulto de Choi a través de sus pantalones, frotándolo entre dos dedos. Las piernas enganchadas a su torso bajaron lentamente, usando su palanca para abrirlas. Mostrándola al mundo, sin ningún lugar donde esconderse
- Al diablo- Espetó Juri enojada, retorciéndose mientras intentaba quitarse la mano de Mei de encima de su entrepierna
- ¡Le diste en el clavo!- Se rió con naturalidad la otra mujer , aparentemente pasándoselo de maravilla, lo que hizo que Juri se estremeciera y se sobresaltara- Has estado pisándome los talones durante tanto tiempo... ¿Solo para que te regañe aún más?- Le preguntó la Jefa de Policía con mucha picardía
- 《Oh, diablos ¿Esto podría ser aún más vergonzoso de lo que es ahora?. Una vieja de 33 años está arrullándome al oído, riéndose de mí. ¡Riéndose de mi clítoris! ¿Y la peor parte? Ella está jodidamente sólida como una roca. Ella era la más dura que había sido en todos estos 8 años》 *Pensó la menor para sí misma con mucha frustración*
Si Juri no se hubiera corrido a través de sus bragas, lo estaría haciendo otra vez.
- ¡Qué descubrimiento! Pensé que estabas dolida y molesta. Quizás, buscando la ayuda de alguien que comprendiera tus dificultades- Le confesó la policía con una sonrisa burlona
Su palma estaba apoyada sobre la punta, frotándola de un lado a otro como si la estuviera amasando.
- Pero no. Tú solo querías que te disciplinaran. ¡Debería haberlo sabido antes!- Se rió en un tono divertido
Cuando la respuesta de Juri no llegó, el brazo de Mei se apretó aún más alrededor de su cuello.
- ¿Está bien lo que te estoy diciendo?- Le preguntó, mientras seguía poniendo presión alrededor de su tráquea
- ¡T-tal vez!- Jadeó- ¡No! No lo sé. ¡Ya déjame en paz!- Le suplicó con fastidio y cansancio
En ese momento, la mujer mayor suspiró teatralmente.
- Bueno, eso no es lo que esperaba oír...
Luego de eso sus pantalones holgados volaron hacia abajo, deslizándose en una asombrosa traición a su sentido del estilo y su último bastión de decencia.
A pesar de la perdida de una capa de ropa gruesa, todavía no era muy impresionante a la vista. Sus bragas luchaban por subirse, incluso más que nunca en su vida. Pero nunca en la vida de Juri se había sentido más avergonzada que cuando Mei soltó un encantador y chillón "~Awwww~" como si fuera una tía orgullosa.
- ¡Míralo!- Exclamó dramáticamente la oficial de policía, mientras dos de sus dedos y su pulgar se cerraban sobre él, las uñas pintadas de color azul presionaron la vena que recorría todo el largo de su miembro. Saltó por la repentina atención, haciendo que Juri arqueara la espalda por el placer y su visión se nublara aún más.
- Perfecto- Emitió con una sonrisa complacida
Después de unos cuantos movimientos burlones, su mano abandonó su lugar y luego migró hacia arriba.
Y ahí estaban esos dedos, pegajosos, húmedos y cubiertos de sus propios jugos sostenidos insistentemente frente al rostro de Juri.
- Haz que se mojen aún más- La retó la criminal, mientras rápidamente se arrepentía de sus recientes palabras
- A ver, Juri. Di "~Aaaah~"- Le pidió la mujer mayor con una sonrisa burlona
- No me jod…- Intentó quejarse Choi, cuando rápidamente, en su impaciencia, los dedos húmedos se presionaron en su boca, atrapando así a su lengua debajo de ellos
Por un lado, era quizás la jugada más obvia del mundo. Pero, por otro lado, apenas podía creer que todavía estuviera despierta. Apretó la mandíbula y se dispuso a morder los dedos de Mei con toda la fuerza humana posible, pero un ruido agudo y regañón la interrumpió y le hizo dar sacudidas a sus caderas.
- Si muerdes, te arrepentirás. Si quieres conservar tu lengua, lamerás todo lo que te estoy dando hasta que estés completamente satisfecha- Le ordenó la mujer mayor con un tono de voz dominante
Juri en ese momento sintió muchas ganas de tentar a su suerte. Antes de poder darse conscientemente la orden, se dio cuenta de que sus dedos ya se estaban moviendo. De forma descuidada, temblorosa, pero minuciosa. Cuando los dedos de Mei se separaron con un chasquido, dejaron un rastro de saliva que siguió hasta los labios de Juri.
- Buena chica- La felicitó en un tono de burla
En este punto, parecía que era difícil escandalizarse por el hecho de que eso la hiciera feliz. Pero realmente la complació bastante. Su miembro se balanceó como si estuviera luchando contra sí misma, animada por una suave risita que le calentó la oreja.
- Te daré lo que quieres. Te daré atención- Le dijo Mei cariñosamente, mientras sus dedos luchaban por el espacio alrededor de la la longitud de Juri, cubriéndola casi por completo- Te daré elogios. Te daré mimos y te daré todo el amor que no tuviste en tu infancia- Le dijo con suavidad, mientras su pulgar presionaba contra la cabeza, masajeándola con un suave movimiento de arriba a abajo que siguió a través de todos sus venas- Y realmente dolerá, pero también te gustará...- Le dijo con un tono seductor
En ese momento, cada caricia por sí sola era como la totalidad de todo lo que Juri amaba de la vida. Fue como fuegos artificiales, adrenalina, el primer chorro de sangre caliente en una pelea callejera. En conjunto, fue una sobrecarga sensorial. Cualquier intento de alejarse se vio frustrado; los muslos fuertes y las pantorrillas entrenadas que enganchaban sus piernas la mantuvieron tendida como un pájaro tallado. Su brazo libre ya no era útil sin ninguna palanca para contraatacar. Incluso sus desesperados arañazos, sus uñas arañando para desgarrar la piel y arrojar sangre, parecían envalentonar a su captor. Nada detenía el ritmo de su muñeca.
No podía ver con claridad. La sensibilidad posorgásmica tenía su forma de joder con sus sentidos, y no ayudaba que la estuvieran estrangulando de nuevo. Siseos, jadeos, gemidos, gritos, todo en silencio mientras sus pulmones se aplanaban lentamente en su pecho. El vicio se apoderó de ella a un ritmo constante, haciendo que el borde de su visión se viñeteara como si estuviera sumergida en estática.
- No te precipites- Le dijo la menor con una voz entrecortada.
- No necesito precipitarme. Tu cuerpo admite la derrota por ti- La provocó con un tono de voz burlesco
Entre el breve respiro en el que Mei le hablaba al oído, todo lo que Juri podía oír era el sonido de piel mojada sobre piel mojada. Si pudiera pensar con claridad, tal vez se hubiera sentido provocada por eso.
En ese momento, ella estaba luchando por evitar que la saliva le corriera por la boca.
El placer era intenso y el dolor era exquisito. Incluso estar dura era una agonía en este punto, punzando e irradiando a través de sus nervios para hacer que sus músculos bailaran involuntariamente.
- La próxima vez que nos veamos- Su voz sonó exquisitamente espesa en los oídos de Juri, la única experiencia sensorial concreta en un mar de ruido blanco- Me tratarás con más respeto. Me llamarás por mi nombre de pila y, cuando te derrote, te tumbarás en el suelo y aceptarás tu fracaso. ¿Entendido?
Ella estaba a la deriva otra vez. No más rabia impotente. No más frustración. No más pelea. No más patadas. Solo dos palabras graznaron, como a las puertas de la muerte en su cabeza: “Sí… señora…”
Fin.
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Información de las protagonistas:
Nombre: Mei Lee
Edad: 33 años
Altura: 1,79Cm
Peso: 126 libras
Medidas 😏: 95Cm (Busto), 60Cm (Cintura), 102Cm (Cadera)
Fecha de nacimiento: 1ro de marzo del 1991
Lugar de nacimiento: China, Shanghái
Lugar donde vive actualmente: New York, Estados Unidos
Trabajo: Jefa del Departamento de Policía (Ahora), Teniente Coronel del Ejército Estadounidense (Antes)
Gustos: El café, los días lluviosos, el té, las velas aromáticas, comer duraznos, el sushi, pelear, leer, la paz, los dulces, que todo esté siempre, la arepa, que todo esté bajo control, la justicia
Disgustos: Las faltas de respeto, los idiotas, las personas malas, las injusticias, el calamar, las personas abusivas, la ropa informal
Alergias: Camarón
Miedos: Aracnofobia (Miedo a las arañas), Claustrofobia (Miedo a estar encerrado), Vértigo (Miedo a las alturas)
Color de pelo: Castaño
Color de ojos: Cafés
Clase natural: Omega Dominante
Arte marcial que practica: Kung-Fu
Dato curioso: Tiene a una hija de 12 años, llamada: "Mai Lee", fruto de una relación acurrida luego de emborracharse
Nombre: Choi Juri
Edad: 19 años
Altura: 1,71Cm
Peso: 115 libras
Medidas 😏: 90Cm (Busto), 56Cm (Cintura), 100Cm (Cadera)
Fecha de nacimiento: 4 de enero del 2005
Lugar de nacimiento: Busan, Corea del Sur
Lugar donde vive actualmente: Los Ángeles, California, Estados Unidos
Trabajo: Jefa de la Organización Criminal SOMC (Ahora), Campeona Mundial Infantil de Taekwondo (Antes)
Gustos: Las arañas, la comida picante, las motos, el crimen, matar, pelear, la leche de chocolate, el chocolate blanco, nadar, ver películas, los gatos
Disgustos: Las personas abusivas y aburridas, las cursilerías, los nerds, los cobardes, las personas que maltratan a los niños, la Organización Cobra, los idiotas, las personas justicieras y moralistas, la justicia, la pizza hawaiana, la ropa formal, las personas muy exigentes tanto física como mentalmente, verse vulnerable ante otras personas
Alergias: Polen y Narcisos
Miedos: Talasofobia (Miedo a verse pérdido en el mar), Ligirofobia (Miedo a los truenos o relámpagos)
Color de pelo: Negro con betas rosadas
Color de ojos: Verde (Izquierdo) y Rosado (Derecho)
Clase natural: Alfa Recesiva
Arte marcial que practica: Taekwondo
Dato curioso: Su ojo verde es biónico
Despedida:
Muchas gracias a todos los que llegaron hasta aquí. Quiero decirles que esto es una nueva idea que tengo. Así que si veo que les gustó y le veo resultado, podría crear una novela a partir a ella