Desde que nos mudamos a este nuevo hogar siento el aire pesado y una presencia extraña. Sobre todo en mi habilidad que es la última del pasillo en el segundo piso. Mi habitación es relativamente grande. Tiene un clóset vestidor y baño. Soy la mayor de tres hermanas.
Acabo de cumplir diecisiete y mi padre decidió mudarse acá, al fin del mundo. Todo por un nuevo trabajo y la opción de una casa propia,ya que está nos salio relativamente barata comparada con las ofertas actuales. Mi padre es el único que trabaja de todas en casa.
Mi madre es ama de casa,se encarga de que todo este listo en el hogar, nos cuida y a pesar de ser un trabajo agitador no es remunerado, por eso nadie se opuso a la idea de mudarse,ya que sería un alivio para nuestro padre en las finanzas.
Mis hermanas son más pequeñas,de doce y quince. A ellas no le afectó tanto el cambio como a mí. Ya que tuve que dejar a mi novio de más de seis meses de relación por esto. Mi nuevo cuarto no me gustaba para nada, estaba falta de pintura y tenía una gran mancha de moho en el clóset.
Me obsecione con la mancha y por más que limpiara no se quitaba. Mis padres decían que me estaba obsesionando y mi inconformidad la estaba reflejando en ese dilema. Con los meses y mil fracaso lo olvidé algo, al final mi ropa no estaba comprometida con el moho.
Entonces conocí a Carlos, mi atención fue solo para él. Comencé a tomarle el gusto a mi nuevo lugar, estaba feliz. De vez en cuando re recordaba la mancha, pero ya no era como antes. Carlos comenzó a visitar mi hogar y de vez en cuando se quedaba conmigo.
El vivía a dos manzanas de nuestra casa. Pero no llegaba a casa caminando, ni tampoco me dejaba ir sola a la suya, ya que a veces era yo quien me quedaba con él. Resulta que antes de mudarnos habían ocurre varios casos de desapariciones de chicos y chicas en la zona y no era seguro .
Aunque hacia algún tiempo no ocurría un nuevo caso de desaparición, las personas temían que volviera a ocurrir, era mejor no arriesgarse. Una mañana mientras estaba en mi casa Carlos fue si closets y vio la mancha. El sabía algo de construcción y se ofreció a ayudarme.
Mis padres estaban felices de que por fin
se diera fin a mi drama de la mancha. Me dieron dinero suficiente a Carlos para comparar los material para obra, así como para pintura. Lo acompañe a la tienda y elegí un color salmón para las paredes y así cambiar el rosa que había allí de años.
Llegamos a casa y comenzó todo. Yo comencé a pintar las paredes que no iban a estar comprometidas mientras el golpeaba la pared del clóset para buscar la fuente del moho y ver de dónde provenía la mancha. Un grito aterrador invadió la casa, mis padres en menos de dos segundos estaban allí.
Fuimos corriendo hasta donde estaba Carlos. Se encontraba si poder hablar y señalando con su mano el agujero en la pared. Al mirar dentro se podía apreciar varios cuerpos humanos perfectamente momificados con el cemento, uno de ellos era el causante de la mancha al descomponer.
La policía arribó en el lugar, los cuerpos eran de los chicos y chicas desaparecidos. El antiguo dueño resultó ser un asesino en serie y mi nuevo cuarto el sementerio privado de él. Luego de esas escena, necesite mucha terapia para asimilar mi ocurrido. Por suerte fuimos recompensados con un nuevo hogar, yo jamás volveré a ser la misma.
