Caminaba entre una época antaño donde los varones era regular el uniforme de gala y las doncellas vestidos medievales hermosos cargando sin falta su paraguas. Extrañamente era el único con ropa totalmente negra al estilo motero, pero la gente me veía normal sin notar rareza en mí. Me la paso caminando por el lugar sin tener en mente a dónde ir, qué quiero hacer y ni al menos qué quería.
Dentro de esta época era muy común el tren de vapor como medio de transporte, me subo y me voy hasta los asientos de atrás. Por inercia volteo a mi siniestra, viendo a una ex compañera de la secundaria que conocí; ojos bellos café claro, cabello lacio castaño, estatura chaparrita, labios atractivamente algo gruesos pintados de carmesí, piel moreno claro y vistiendo su hermoso vestido azul haciendo juego con detalles blancos.
Ella en ningún momento me observa y se mantiene estática y su mirada perdida.
-¿Fanny? -Me sorprendo-
-Jaret, alguien que no tiene en mente hacia dónde ir, no tenga pensado que hacer o lo que desea en este momento, llegará a un alejado lugar. Sentirá anormalidades en el ambiente conforme se vaya acercando, cosas que ni la ciencia puede dar explicaciones.
-¿Qué dices Fanny?
-Es lo que sucederá, estate al pendiente
El tren hace su parada, yo dudosamente asustado por lo que dijo, decido bajar en ese lugar sin percatarme que la persona descrita era yo. La parada está a vista de un desierto, decido por instinto hacer la caminata.
Durante el camino; veo ráfagas de viento a una velocidad moderada que levantaban polvo pero no impedía mi visión y parecía que nunca me caía en los ojos; más adelante en pleno sol no había aire pero aún así como si no existiera el calor, porque ni siquiera sudaba; se crean tornados de polvo pero paso ileso dentro de ellos, pareciera que no tuvieran fuerza para levantarme y el sol ardía fuertemente pero no existía la deshidratación.
Llego a una casa de madera pequeña y leo una nota donde una mesa, me indica un lugar y a la dirección que está. Sin pensarlo mucho voy hacia allá hasta llegar, mientras me voy acercando, el ambiente se torna oscuro y con algo de niebla. A partir de ahí, escucho una voz en mi cabeza indicándome donde se encuentra exactamente el lugar.
Veo a un amigo que conocí desde la primaria en la entrada de un gran castillo, diciéndome solamente que me esperará afuera y que vaya a buscar lo que tenga que encontrar. Sin más, entro guiado por la voz subiendo varios pisos hasta llegar a una habitación donde se encuentra una espada ancha de color negro, donde está el filo es color gris, decorado con un ojo en detalles amarillos debajo de la empuñadura.
En el momento que la tomo, me es inexplicable que no me pesa, volteo a un espejo grande y veo que mi apariencia cambia; salen dos alas grandemente negras, un antifaz oscuro tapándome solamente un ojo y este cambiando a celeste, partes de mi son espinas que salen en mi cuerpo, una tiara con alas en los extremos, partes de armadura muy ligera decorando elegante mi cuerpo y sale una gran franja roja sobre el ojo celeste como si hubiera llorado sangre. El dominante negro hace juego con decoraciones plateadas, en un instante me ví transformado y no existía el dolor durante el proceso. Me cayó el veinte que lo que Fanny había dicho; a mí se refería.
Salgo bajando todos los pisos y veo desvivido a mi amigo junto con un mar de sangre. Cuando volteó hacia arriba, sobre un pilar está una versión demoníaca de mí, con mi mismo físico real, con la diferencia que estaba vestido de tipo comandante demoníaco. Él suelta risas calladas por unos segundos y después, se lanza contra mí y yo por instinto preparo mi espada y voy aceleradamente hacia él
