Como mirarte si aún no encuentro mi propio mirar, esa mirada que antes solías disfrutar se ha esfumado, está perdida, ya no existe. No hay un comienzo para esta oscuridad solo resignarse a este lógico final. Solo me queda la dura realidad de no volver a ver, sentirme cada vez más inútil, menos capaz de hacer por mí. Lo he perdido todo, la soledad se apodera de mí, cada vez más mi sentir se enfurece, crece esa ira que está acabando con mi ser pero que me hace sobrecargarme de odio, de rencor y mantenerme con vida junto a este resentimiento que se esparce como veneno sin cura por cada parte de mi cuerpo absorbiendo todo a su paso.
He acabado así porque una sombra negra se apodero de mí, añoraba mi vivir, envidiaba mi éxito y el día más feliz de mi existir acabo con cada gota de felicidad, con cada chispa de esperanza, todo era un caos, mi maldita cabeza no podía pensar solo venían pensamientos de agonía de desesperación:
- acaba contigo, pon fin a tu inservible vida.
Solo eso llegaba a mi mente y me hacía enloquecer, ya había tomado la decisión que tanto hablaba mi pensar. Comencé a caminar sobre fibras de acero tan resistentes pero iguales de estrechas, mis pies solo podían bailar mientras mi boca tarareaba la última melodía que alguna vez había sido mi placidez y ahora se había convertido en mi peor pesadilla, en mi más triste recuerdo. Solo me deje llevar y salte al vacío por un segundo sentí q podría volar, que mis alas que con tanto esfuerzo había creado no estaban rotas que seguían intactas y con más ganas que nunca de batir y conquistar el cielo y al otro segundo estaba apagándose mi aura en las más oscuras, en las más profundas y frías aguas. Ya todo había llegado a su fin pero algo seguía latente no estaba conforme con acabar así pedía vivir, pedía sonreír, pedía ser feliz y fue ahí cuando llego una bendición a mi vida la menos inesperada sentí a ese ángel que escucho mí voz:
- quiero vivir
Fue así como rompió con toda regla sin importar que se volviera cenizas detuvo el tiempo sin yo saberlo y me regreso a la vida. No supe nada de mí solo sé que abrí mis ojos y me encontraba en las cuatro paredes que habían sido mi cárcel, mis recuerdos más dolorosos y donde había perdido a mis padres, solo quedaba resignarme en seguir adelante porque la muerte no había sido suficiente para sentirme bien, para sentirme plena y en tranquilidad conmigo misma, me mantenía en deuda y aferrada a una vida de mierda con las inimaginables cifras en mis cuentas bancarias, con los más grandes lujos pero infeliz , infeliz de perder a alguien querido por un simple trasplante de córnea que me regreso mi visión y apago su luz por mi existir. Aunque lo tenía todo seguía desgarrada, destrozada, cada cosa que quería una a una la había ido perdiendo como una maldición de que todo lo que toco muere pero ya no tenía más opción solo la de avanzar sin esperar nada, sin sentir amor y alejar de mi a todo el mundo, aislarme sin importar si fuera la noche o el día.
Con el paso del tiempo he logrado fortalecerme crear mis propias rutinas con el fin de sobrevivir pese a todo y con la brisa del viento, bajo un árbol mientras cerraba mis ojos volví a sentir su presencia era ese ángel que aún se mantenía cobarde y en las sombras:
- Sé que estás ahí, porque no te dignas a aparecer, ¿qué quieres de mí?
L e pregunte pero jamás obtuve una respuesta todo permanecía en silencio y nuevamente había desaparecido sin dejar rastro. Un día se avizoraba y pues llego a mi vida después de largas entrevistas una persona que cambio mi perspectiva, sus palabras fueron las mismas que una vez escuche de mi persona favorita esa quien me había entregado sus ojos para ser feliz:
- Deje de ser tan amargada, tome fuerzas de donde no las hay y brille, brille intensamente.
Esas palabras ablandaron cada poro de mi piel no sabía cómo eran idénticas sus palabras pero algo me llevaba a confiar en él aunque seguía llevándome la contraria, queriéndome enseñar lo bonito de mi entorno cuando lo que menos deseaba era ver no después de haber perdido a mi salvador por el simple hecho de que quería verme feliz una vez más. Los días pasaban cada vez una prueba nueva, más exigente y más difícil para que renunciara y me dejara en paz pero sin embargo seguía ahí, firme, sin flaquear demostrándome que no hay imposibles, que puedo volver a resplandecer el cielo como antes y ser quien quiero ser. Entre estrellas fugaces lo escuche en el jardín estaba ebrio, al verme me hizo bailar entre sus brazo aunque no quería logro que me deja llevar a tal punto que nuestras miradas conectaron , la respiración se cortaba y sin pensarlo me robo un beso , un beso que removió cada parte de mí, despertó lo que tanto había encerrado bajo llaves sin pensarlo ya era demasiado tarde estaba floreciendo lo bonito en mi interior que no tenía explicación, sin embargo al amanecer esa magia desapareció al darme cuenta que no se acordaba de lo sucedido y eso enfureció a mi ser a tal punto que lo evadía a toda hora, en cualquier circunstancia, no lo quería ver. Insistía en buscar mi presencia, en saber de mí, hasta que sin más recordó y se abrió pese a mi terquedad grito:
- me he enamorado de ti entiéndelo, no huyas de mí, soy yo quien te quiere hacer feliz, quien te quiere a morir.
No me salían las palabras solo me aferre a su voz, corrí como si no existiera un mañana solo el hoy y sin más lo abrace tan fuerte que no quisiera soltarme jamás. Estaba completa no creía lo que había vivido pero era inmensamente feliz, cada momento a su lado era único, era maravilloso, era tan auténtico que solo podía ansiar bailar para él, volver a subirme a un escenario y que fuera solo él ese público, ese público que sonreía al mírame, que me acariciaba sin tocarme, que me hacía vibrar de emoción hasta que llego la dura verdad a acabar con todo. Esa persona era el ángel que tanto había sentido y que se había convertido en humano solo para volverme a hacer creer en el maldito amor , sus días estaban contado pero aun así no solté su mano, cada atardecer pedía al cielo que lo dejaran junto a mi sin embargo el cielo ya había decidido que su lugar no era allí , solo había una manera era morir por él, por esa persona que me ha amado a pesar de no poder hacerlo, de ir contra todo pronóstico, no podía permitir que la persona que más amaba se fuera , así que lo arriesgue todo comencé a bailar mientras mi vientre sangraba pero no podía detenerme era ese regalo la ofrenda que decidí dar a cambio de su vida mi último baile, lo entregue todo hasta mi último aliento y al caer me sostuvieron esas manos que me hicieron alegrarme de verlo en mi último mirar, acaricie su rostro mientras aun me quedaban fuerzas y sonreí de saber que seguía ahí para mí. Desperté y no estaba junto a mi había decidido regresar al lugar que pertenecía con tal de que siguiera con vida , eso acabo conmigo , acabo de tal manera que cada minuto que pasaba era una tortura solo lo podía ver en todas partes , no quería tener conciencia , mi adentro ardía , se hacía pedazos , solo habían destrozos y ahí seguía, seguía sin él y con este vivir que me hacía aclamar al cielo reprochar el porqué de llevártelo , el porqué de hacerme sentir amor y arrebatármelo, estaba enfadada con lo injusto de vivir perdiendo a quienes amaba , ahogada entre lágrimas sin cesar y con el duro recordar de verlo en todas partes ya hasta le hablaba a los rincones , le decía a las personas que estaba ahí junto a mí y solo veían a una loca incapaz de dejarte ir, incapaz de aceptar que ya no estabas. Solo el tiempo me demostró que el esperar abría esa puerta de esperanza por la cual ansiaba pasar y pues fue así como a pesar de mi locura estabas a mi lado a milímetros de mí y logre volver a tocarte y fue así como tu sonrisa decía
- he regresado para nunca volverme a ir.
Fue ahí que encontré mi propio mirar.