Mi esposo murió y yo quise seguirlo. Lo intenté de mil maneras posibles. Ninguna sin éxito. El era mi fiel compañero desde hacía veinte años. Nos conocimos en la secundaria y desde entonces no nos separamos jamás. Nos casamos al terminar la universidad y aunque aún no teníamos hijos lo deseábamos.
Yo me dediqué a la casa y él a trabajar fuera. Viajaba muy seguido, pero nos manteníamos al tanto el uno al otro siempre. No había un día en el que no me escribiera o llamara. Cuando regresaba de sus viajes, siempre salíamos a pasar unos días juntos, como de luna de miel. Por eso lo extraño tanto, fue injusto que muriera.
A pesar de mis treinta y cinco años no deseo estar en un mundo sin él. Hoy tuve suerte y por fin pude lograr reunirme con él. Estoy de camino al cielo, los ángeles me indican el camino. Al fin llegué y comencé a buscarlo. El cielo era inmenso. Todo blanco y puro.
Las casas eran de hechas de nubes, los pisos igual. Pero a diferencia de una nube común estás eran más densas, casi sólidas. Se me asignó una casa para descansar, pequeña, hasta que lograra encontrar a mi esposo. Estaba segura de que debía estar acá, el era un santo en la tierra y ni podría merecer menos.
Llevaba varios días y nada, nadie lo había visto, nadie lo conocía. So buscar los registros sobre su caso quedó probado que no se encontraba en el cielo, por varios pecados que no podían decirme. Entonces decidí ir al infierno. Quería estar a su lado aun si era allí. Luego de un gran papeleo y dejar mi firma pude bajar al infierno.
Al llegar todo era rojo, las casas hechas de fuego, increíblemente no quemaban. Si había un poco de calor, pero se podía soportar. Un demonio de ojos saltones me indicó mi nueva casa. Allí las personas se comportaban diferente a las del cielo.
Muchos estaban en grandes banquetes, otros bebían sin cesar,, varios practicaban sexi en orgías a la vista de todos, o sea, un sin fin de mandamientos rotos, diría que todos ellos. Me concentré en mis asuntos y comencé a buscarlo. No podía creer que estuviese acá y lo peor, cuál habría sido el motivo para ello.
No tardé mucho en encontrarlo, estaba en una casa donde todos iban desnudos, la música a tope. Vicios de todo tipo, el sexo en casa rincón de la casa y él de protagonista en el medio de una mesa sobre una chica teniendo el mejor sexo de su vida, o mejor dicho, de su muerte.
Me le pare justo en frente y casi le da algo del susto que pasó al verme. Vaya si hubiese estado vivo, ahora mismo estuviera rumbo acá. Dejó lo que estaba haciendo y me abrazó, pidió perdón por lo que vi y se justificó con que no había más nada en que entretenerse.
En eso el diablo irrumpió en el lugar y me llevó a otra habitación. Allí me mostró especie una sobre él. Resulta que tenía tres familias más, por eso los viajes. También robaba a los pobres obreros con seguros médicos que están mentira, más un sin fin de actos viles.
El diablo me dio otra oportunidad de retomar mi vida, aún era muy joven. La aproveché y no volteé a despedirme de mi bello esposo. Regresé a la vida justo el mismo día de la muerte de él. Hice una gran fiesta a su nombre, busqué un abogado y repartí los bienes entre todos, incluyendo sus otras esposas y fuí feliz.