Ella era una chica común como cualquier otra. Sus notas eran buenas al igual que sus amistades.
Él era un chico realmente común, aunque no sé mucho sobre él sé que logró cautivarla a ella rapidamente.
Al inicio del curso ninguno sabía de la existencia del otro. Eran incluso de edades diferentes, bueno, eso si podemos contar un año de diferencia como un obtaculo para conocer a alguien.
Un día a la hora del recreo la chica salío como era de rutina para el pasillo, más exactamente al balcón de su escuela.
Eso mismo hizo él en el tercer piso de la escuela.
Dentro de cientos de personas en ambos pisos ella no pudo evitar observar a aquel joven que miraba desde el lado contrarío del balcón de encima.
-Hey!-reclamo una amiga de la joven al notar que le hacia caso nulo a lo que le contaba.
Rapidamente ella cambio la vista hacia donde la chica que le hablo.
En ese momento ella no noto que ese chico de un año mayor también la observaba desde arriba.
Cuando ella no le miraba él la miraba a ella y viceversa.
Ambos lanzaban miradas de interes del uno por el otro.
Y hacia se la han pasado ellos hasta el día de hoy.
Ninguno habla, ninguno hace señas; tan solo se la pasan lanzando miraditas cortas.