Un suspiro elado invadió cada rincón de la habitación mientras las miradas de todos se posaban en el bello omega que caminaba a un paso firme en dirección al trono.
Obviamente los murmullos no faltaron las miradas de desprecio seguidas de cotilleos he invenciones, cosas que a Leid no le costó nada ignorar.
-Si alguien tiene algo que decirme que alce la voz y me lo diga en la cara, no estoy para aguantar su cobardía.
Ante esas palabras aquellos murmullos malintencionados obtuvieron un cece y un joven de gabardina negra como la noche y cabellos azulados dio un paso al frente obstrullendo el camino de aquel omega rubio.
-Yo me opongo a su boda Magestad, Ellelz no merece tal honor como el de ser su pareja. Por favor le ruego que lo piense detenidamente.
Ellelz así es ese era el nombre de aquel joven, el omega que los pueblos de la frontera habían entregado al rey con tal de no sufrir su ira debido a su traición durante la guerra y esa escena era el segundo arco de una de las cientos de novelas que el joven Emiliano Erquer había releído sientos de veces en su vida pasada.
Nuevamente se hizo notar un cilencio en la sala opacado solamente por la risa de aquel "indefenso omega".
-No se preocupe joven Clément, haya o no boda nada cambiará, Dial el es mio y nadie podrá separarlo de mi lado ¿Lo ha entendido bien?
-¡¡¡CALLATE!!! ¡¡¡UN MERO OMEGA NO TIENE DERECHO NI POR SIQUIERA DE DIRIGIRME LA PALABRA MUCHO MENOS DIRIGIRSE A SU MAGESTAD POR SU NOMBRE!!!
No faltaba mucho para que aquella discurcion pasara a mallores poes ya todas sabían que el conde Clément era nada más y nada menos que la mano derecha del rey en frente sulló esa reina de juguete no valía nada. O almenos fue hacia hasta la llegada al salón de dos ministros de la corte superior.
Ambos ancianos se encontraban cansados y agitados pero aún así uno de ellos no dudo en alzar la voz frente a todos.
-¡¡¡SU MAGESTAD A DESAPARECIDO!!!
Ante estás palabras ambos jóvenes que se encontraban discutiendo voltearon hacia las puertas con miradas de preocupación y se acercaron hasta los mayores.
-¿Como es posible que haya desaparecido?
-¿Saben algo de él cualquier cosa?
Los ancianos negaron con la cabeza temerosos de la ira de ambos influllentes nobles y aquel que se encontraba más cansado por fin hablo.
-La guardia real está persiguiendo a unos sospechosos parecen dirigirse a la frontera.
-Yo apollare a los caballeros soy quien mejor conoce la frontera.
-Rescatare a sumagestad cueste lo que cueste.
Y con esas palabras dichas ambos salieron a toda prisa de la sala hasta sus carruajes. Clément desesperado no dudo un instante en tomar uno de los corceles sin esperar a que los sirvientes prepararán el vehículo y Ellels trato de hacer lo mismo apresar caer enseguida de este por no saber montar.
-No tienes por qué esforzarte solo espera hay sentado en el fango en lo que yo rescató al rey.
-¡¡Espera!! Llévame con tigo conosco muy bien la frontera no lo encontrarás sin mi alluda.
Clément trato de hacer caso umiso sus palabras pero en su interior entendía que tenía razón así que apresar de su coraje lo invito a subir.
-Apurate pero te aseguro que si eres una carga te tiraré a mitad del camina y tendrás que volver caminando.
Aquel omega no dijo una palabra antes de subir al corsel pues sabía muy bien que el alvino tenía razones para comportarse así con el.