Y entonces tome su mano con tanta fuerza que sentia que la lastimaria, pero que podria hacer, quizá no sentiria su piel de nuevo, y no la volveria a mirar con los ojos abiertos.
En este hospital, no encuentro mas esperanza, solamente la veo conectada a cientos de aparatos que la mantienen aun en este mundo.
Eso no creo que sea vida, a tí, que tanto adorabas la libertad, el campo, ver el arroyo correr y desembocar en el mar, al menos eso afirmabas.
Todas las tardes en aquel pastizal mirando el cielo, contando estrellas sin parar de hablar acerca del futuro, de nuestros hijos, de una familia, que todos juntos iriamos a ese pequeño lugar tan preciado para ti y todos seriamos tan felices, que esas anécdotas quedarían grabadas en nuestras memorias y al pasar los años nos alegraríamos escuchándolas.
Todo marchaba tan perfectamente, me esforzaba día con día para qué siempre tuviéramos lo mejor, pero parece que la vida se encela de la felicidad de los demás y nos pone pruebas aun mas difíciles cada día.
Mas sin embargo no imaginaba que cierto día tu tan perfecta de salud caerías al suelo tan de repente, sin siquiera decir una palabra o mostrar algún síntoma; los peores 20 segundos de mi vida, no respondías, no me mirabas, incluso el aire te faltaba, sentía que te morías y que poco a poco tu cuerpo se volvería frio, y que el cielo me robaría el calor que tanto necesito, siendo franco no eh encontrado a mujer tan maravillosa que cambiara la perspectiva de un alcohólico empedernido, amante de los juegos de azar y derrochador.
Gritaba tu nombre mientras lagrimas recorrían mis pomos y seguían hasta el vacío que había entre tu rostro y el mío, paso un poco el tiempo hasta que llego la ayuda.
Tantas palabras que no entendía rondaban mi cabeza y es que todo lo resumieron en una sola oración: "Su esposa tiene una deficiencia cardiaca múltiple"- ¿A que se refiere doctor?, por favor sea más claro conmigo, que no tengo los estudios necesarios para entender tal palabrería, acaso no ve como vengo vestido, mi esposa y yo vivimos en un lugar lejano y no tenemos muchos recursos.- Su esposa tiene su corazón en mal estado, ciertamente la opción seria un trasplante de este, pero... el daño es colateral, no solamente afectó un órgano, su cuerpo tiene diversos hematomas y coágulos, y no es por mencionarle que le queda poco para una muerte cerebral.
-Pero ustedes son doctores, podrán salvarla cierto, y ella volverá conmigo a sonreír.
-No, no podemos hacer nada. A su esposa solamente le quedan 5 días de vida. Y es posible que poco a poco vaya empeorando, por ahora la salvamos de el paro cardiaco pero no sabemos hasta donde podamos ser de ayuda.
-Si, si, gracias doctor-Una señal súbita subió a mi mente y solamente pude arrodillarme y empezar a llorar, y recordar que una vez bajo tu vestido vi ciertas marcas. ¿Por qué no me lo dijiste?, acaso no confiabas en mi, o crees que no te podría haber ayudado, era la manera correcta de poderte pagar todo lo que habías hecho por mi.
Me quede la noche entera velándote, viendo como te observaban y con un solo movimiento veía como mis esperanzas morían, pero quizás ellas si podrían hacerlo pero tu no, no, aún no, aun antes de irte tenemos que ir a ese arroyo, aún tenemos que hacer nuestras anécdotas y reírnos de ellas.
Amanece, otro día mas bien decir sigo aquí, ya no deseo verte entre tubos y con tantas cosas en tus brazos, quizás no las sientas por que estas inconsciente pero a mi me duele más verte de esta forma... Ahora que lo pienso creo que es mejor que si tu debas partir, lo hagas en tu hogar.
-Doctor...
-Dígame, que puedo hacer por usted.
-Si tiene corazón, y aun puede darme una ultima alegría deje que me lleve a mi esposa.
-Pero... tiene razón, creo que es lo mejor.
-Gracias.
-Perdón por la duda, pero a donde la piensa llevar.
-Al único lugar donde realmente pueda descansar.
-Entiendo, permítame no tardare mucho.
-Señor, aquí tiene la solicitud para darle de alta, ya se la puede llevar
-Muchas gracias.
Tu cuerpo se sentía mas liviano mientras te bajaba de la cama, y te acomodaba en una pequeña silla de ruedas que el hospital nos había prestado, comencé a caminar, mientras juntos veíamos los paisajes, aquel parque donde nos conocimos, aquella banca donde compartimos momentos increíbles, frente al quiosco donde te robe el primer beso, y seguíamos por las calles que nos veían llegar hasta aquella lejana choza, mientras el atardecer nos inundaba, y la luna nos resguardaba.
Quizá tanto caminar me hizo delirar pero siento como el arroyo nos recibe, y siento como tu tomas mi mano, y también unas cálidas gotas que sienten tan familiares...
-Gracias, querido... De verdad muchas gracias por todo.
Mi corazón se detuvo por completo, y solo pude dar la vuelta a la silla y verte, llorar, viendo fijamente el agua correr.
-Amor... Amor.- No podía hablar el nudo en mi garganta me lo impedía pero, tu pusiste tu dedo índice sobre mis labios.
-No llores, recuerda que debes ser fuerte si no caerás de nuevo en tus adicciones, no me queda mucho tiempo, así, que te pido perdón, se que no podremos estar juntos más tiempo, pero yo lo sabía, este mal que tengo es desde pequeña y el tiempo de vida que me diagnosticaron era mucho menos del que tengo en este momento; si no te dije nada es por que al igual que mi papá no quería verte sufrir desesperadamente por no poder hacer nada. Sabes, antes solo esperaba que mi momento llegara e irme de este mundo sin ser algo, o conocer a alguien, pero te vi saliendo de ese bar sin un centavo, tirado cerca de ese faro y sonriendo a pesar de todo, me acerque y pude ver en tu mirada que antes de irme necesitaba ayudar a alguien, asi que me esforcé para hacerte mejor persona.
Nunca imagine que terminaría cambiando de idea y que poco a poco el amor que sentía por ti se iría fortaleciendo, y cada noche lloraba por que no quería morir. Sabes yo no te cambia a ti, tu me cambiaste a mi, me diste un sueño y una razón para odiar a la muerte... Gracias por todo, eres la única persona que eh amado, así que por favor si me amas tanto como yo, no llores, ni tampoco te rindas, que te estaré cuidando desde donde esté... Te amo, te amo y lo dire hasta que deje de respirar.
Efectivamente lo dijiste unas cuantas veces más hasta que ya no se escucho más tu voz, y soltaste por completo mi mano... Supe que ya no estabas, y poco a poco ese arroyo se fue secando y ese pastizal dejo su verde color. Pues ellos al igual que yo sabían que ya no estabas, o al menos físicamente por que siempre estas presente.
Como me hiciste prometer no llore, y me esforcé cada día más. Tu cuerpo no esta en el panteón si no que esta a lado del único árbol frondoso cerca del único lugar donde el arroyo tiene aún suficiente agua para correr. Y cada día voy a visitarte y contarte mis experiencias por que aún tenemos que hacer nuestras anécdotas, para que después nos riamos de ellas.