Alex era un niño de 9 años, que vivía en un orfanato de la ciudad x. Habían pasado 5 años de su vida en ese orfanato. Siempre le daba gracias a Dios por que recordaba lo que era tener una madre y un padre que lo quisieran.
Cuando tenia 4 años, sus padres murieron en un accidente de tránsito, mientras regresaban de una fiesta de fin de año de la empresa donde trabajaban. Y al no haber otros familiares conocidos, Alex quedo en manos del estado. Y fue ingresado a un orfanato.
Esa noche, sus padres lo habían dejado con la niñera, y se habían ido temprano al evento de navidad de la empresa, con motivo de cerrar el año de trabajo, y se comenzara el receso navideño. Todo había ido bien en el transcurso de la celebración, y como sabían que tenían que conducir para regresar, no habían bebido mucho.
Regresaron a casa temprano, ya que estaban pendientes de su pequeño hijo. En el camino de regreso, el señor se descuido y en una intersección, un carro venia en sentido contrario, comiéndose la luz roja del semáforo. Golpeando de frente el auto de los padre de Alex, los cuales murieron instantaneamente.
Al dia siguiente, luego de ocurrido eso, la niñera cuido a Alex, hasta que fue a la policía y entrego al niño, ya que no podía cuidarlo. Con lagrimas en los ojos, se disculpe con el pequeño y lo dejo en manos de la policía.
El niño lloro, pero no había nada que hacer. Caro, era una chica de apenas 16 años, y no podía cuidarlo. Y sus padres la instaron a entregar al niño a las autoridades. Y asi lo hizo, con el dolor de su alma.
La policía lo llevo a los servicios infantiles de la ciudad.
Y de allí a un centro de cuidados infantiles, comúnmente llamado Orfanato, que tenia hacinamiento de tantos niños que dejaban en hospitales, iglesias y otros.
Allí comenzó el camino de Alex, para encontrar una familia adoptiva que lo aceptara.
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Pasaron los años. Alex siempre recordaba en las fechas decembrinas la trágica desaparición de sus padres. Eran fechas muy tristes para el. Y siempre pedia al niño jesus en su carta que le diera una familia adoptiva que lo cuidara y lo quisiera. Todos los años tenía el mismo deseo para la navidad. Y no se le cumplia.
Asi que en estas fechas decembrinas, su animo decaía, y se sentía triste, por la situación en la cual se encontraba.
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En otra parte de la ciudad, una mujer lloraba porque no podía quedar embarazada. Le tocaba control con su medico tratante. Y fue sola, ya que su esposo, no pudo acompañarla, debido a la cantidad de trabajo que tenia en estas fechas. El negocio que gerenciaba, tenia mucho movimiento en estas fechas. Ya que se encargaba de manufacturar juguetes, distribuirlos y venderlos.
Al llegar la mujer recibió la noticia del medico. No podría tener hijos, sino era con un costoso tratamiento, y aun asi no era seguro que lograra concebir. Tan grave era su infertilidad.
Cassie salio llorando de la consulta del medico. A sus 35 años, no había podido salir embarazada. Y había intentado quedar embarazada desde que se había casado con su esposo, hacia 5 años.
Sabia que ya su esposo estaba cansado de la situación. De verla llorar cada mes cuando venia la visita mensual. De su insitencia de tener relaciones en sus días ferttiles. Brahim la amaba tanto, que la apoyaba en todas las situaciones que ella proponía para quedar embarazada. Hasta aquellas que parecían locuras.
Sin embargo, ya se estaba cansando de la situación. Cassie había sentido que Brahim se estaba alejando de ella, cada vez mas. Y tenia el temor que el tuviera a otra mujer en su vida.
Asi que ese dia, ella decidio que zanjaría de una vez por todas el tema. Si no podía tener hijos, entonces ya no haría nada mas. Seguiría el consejo de una amiga de adoptar.
No quería perder su matrimonio por su obsesión de tener un hijo de su propia sangre. Intentaría darle un hogar a algún niño desafortunado. Lo conversaría con su esposo, y tomarían una decisión, pensó.
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Brahim salía del trabajo. Solo pensaba como le habrá ido a su esposa.
La amaba con toda su alma. Y si quisiera verla embarazada y con una gran barriga. La imaginaba hermosa, radiante y feliz en ese estado. Sin embargo, ya habían pasado varios años, y ambos se habían hecho estudios y nada. Hoy les dirían si se podía hacer algo más para que ella saliera embarazada.
Solo quería llegar rápido a su casa y ver a su mujer. Esperaba todo haya salido bien, penso.
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Brahim abrazaba a Cassie, mientras está lloraba, de nuevo, con el rostro escondido en el pecho ajeno.
Luego de unos minutos, Brahim sintió que ella se tranquilizaba un poco, y logro llevarla hasta el sofá en la sala de la casa. El había cerrado la puerta detrás de si, al llegar, y fue recibido por su esposa con un abrazo y llorando.
El solo le acaricio la espalda de arriba abajo suavemente, tratando de consolarla. Para luego decir, sabíamos que esto podía pasar, mi reina. Y le dió un beso en la frente. El también tenía ganas de llorar. Se sentía decepcionado y dolido, así como sentía el dolor de su esposa, al no poder tener un hijo. Tanto por ella como por el.
Queda la opción de adoptar, le susurro Brahim a Cassie, luego de que se sentaron en el sofá y ella se calmó. Ella lo miró. Era la tercera vez que le decía lo mismo. Está vez, Cassie lo miraba pensativa. Lo abrazo de nuevo, recostando su cabeza en su pecho. Las veces anteriores que se lo había dicho, la conversación había terminado en discusión, y el se había alejado para que ella se calmará y lo pensará.
Ahora, ella estaba considerando esa opción para poder convertirse en madre.
Está bien, mi amor. Investigare cuál es el procedimiento a seguir, y veremos, le respondió Cassie, mirandolo con tristeza. El solo asintio y volvió a abrazarla.
Así pasaron los días. Investigaron el procedimiento a seguir para la adopción. Decidieron intentar adoptar un bebé o un niño o niña lo más pequeño posible en edad, para que le fuera fácil adaptarse a ellos, y ellos poder enseñarle más fácilmente. Nunca se imaginaron que sería más difícil de lo que se imaginaban.
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Ha pasado un año más, una navidad más en el orfanato. Alex cumplió 10 años de edad. Ya había escrito su carta de petición de regalos al niño Jesús, y como todos los años pidió una mamá y un papá, una familia que lo quisiera.
Sin embargo, a medida que el crecía era más difícil que lo adoptarán. Las parejas siempre buscaban un bebé o niños pequeños. Los niños grandes como él, y los adolescentes, quedaban a cuidado del estado hasta su mayoría de edad. Y muchos por falta de apoyo, no lograban integrarse sanamente a la sociedad.
Alex esperaba que eso no le sucediera a el.
En los últimos meses, había visto a una pareja visitar la institución. La señora era muy hermosa, se parecía un poco a su madre, pudiera ser por las expresiones que veía en su rostro. Y el señor se veía fuerte, y que quería mucho a la señora, por cómo la trataba.
Alex era muy observador. Necesitaba serlo para estar alerta.
Pronto se dió cuenta que la pareja quería adoptar un bebé. Claro como siempre, pensó el niño observando cómo se subían a un auto de color oscuro. Por un momento la mirada de Alex se cruzó con la mirada de Cassie. Alex sintió una calidez que tenía mucho tiempo que no sentía. Y para Cassie sintió una conexión con el niño casi de inmediato, que no podía entender.
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Y si adoptamos a un niño más grande, mi amor, le preguntó Cassie a su esposo. El la miró y se quedó pensativo.
Se habían enfocado tanto en que fuera un bebé, que no habían tenido en cuenta otras opciones.
Y también, cada vez que les avisaban que había un bebé para adoptar, ellos iban rápido a la institución, y al llegar ya se lo habían entregado a otra familia. Era la tercera vez que sucedía, eso destrozaba a Cassie, y Brahim odiaba que eso sucediera. Porque ahora le tocaba consolarla y comfortarla.
Que ella misma propusiera esa opción, lo sorprendió.
Estás segura, mi reina? No habías querido pensar en esa opción. Le dijo Brahim.
No pensé que fuera tan difícil adoptar un bebé, susurro Cassie mirando sus manos. Suspiro. Podemos intentarlo, amor? Pregunto.
El la miró fijamente.
Si quieres intentarlo, yo te apoyo. Respondió abrazandola y besando su frente.
Cassie sonrió apretandose contra el cuerpo de su esposo, y este suspiro. Lo intentaría por ella, pensó Brahim.
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Así que hicieron una nueva cita, está vez para ver niños más grandes. Y se las asignaron para dentro de dos días.
Guao que rápido. Comento Brahim.
Amor, los niños más grandes no los adoptan con facilidad. Por eso nos dieron la cita rápido. Brahim asintió y siguieron conversando.
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El día de la cita llegó. Era tres días antes de navidad. Un día viernes. Seleccionaron varios niños que realizarian una entrevista con Cassie y Brahim.
Al llegar los hicieron pasar a una oficina, y luego que la trabajadora social les dió unas indicaciones, el primero en pasar fue nada más y nada menos que Alex.
El solo se sentó y los miro. Recordando la pareja que salió la última vez de la institución, dónde ella estaba llorando.
Hola, pequeño. Cómo estás? pregunto Cassie.
Hola. Muy bien. Y ustedes? Respondió Alex.
Muy bien. Cómo te llamas? Pregunto Brahim, aún sabiendo su nombre, ya que les había dado su expediente.
Alex. Respondió el niño. Ustedes me van a adoptar? Pregunto con una luz de esperanza en sus ojos. A Cassie le partió el corazón esa pregunta. Se suponía que solo conversaran con algunos niños para luego tomar una decisión.
Aun no lo sabemos, respondió Cassie. Alex la miró y asintio triste.
Cassie se dispuso a conversar con el niño. De inmediato sintió una conexión con el niño, mayor a la vez que lo vio a lo lejos al salir de la institución.
Al terminar el tiempo se despidieron. Ella le pregunto si le podía dar un abrazo. Alex la miró sorprendido un momento, y luego con una sonrisa asintió. Cassie se acercó y lo abrazo, el niño correspondió el abrazo, sintiendo la calidez de ella como si fuera su madre. Y deseo en lo profundo de su ser, que Cassie y su esposo lo adoptarán.
Cassie y Brahim siguieron con dos entrevistas más. Pero sintieron que no querían hablar con nadie más. Solo con Alex sintieron una conexión. Sintieron tristeza por los otros niños. Pero estaban casi seguros que Alex era el indicado para ser su hijo.
Esa noche Alex le pidió al niño Jesús, que sus nuevos padres fueran Cassie y Brahim.
"He Sido bueno este año. Y trate de ayudar a mis compañeros en lo que pude. Por favor, por favor, te pido niño Jesús que la señora Cassie y su esposo me adopten, que ellos puedan ser mi nueva familia. Me pongo en tus manos Dios mío. Gracias por escuchar. Amén!"
Y Alex se acostó a dormir con una sonrisa.
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Un día después Cassie y Brahim volvieron a la institución. Solicitaron hablar con la trabajadora social para intentar adoptar a Alex. Lo habían conversado y había algo especial en el niño que los hacía querer cuidarlo y protegerlo.
Están seguros de querer adoptar a Alex? Pregunto la señora. Es un niño grande y ustedes querían un bebé.
Cassie y Brahim se miraron y sonrieron. Si estamos seguros. Dijeron al mismo tiempo.
Está bien. Es un proceso largo. Pero como Alex no tiene más parientes será fácil. Sin embargo, hay que preguntarle a el. Y mandaron a llamar al niño.
Al explicarle que Cassie y Brahim querían adoptarlo. El niño se le iluminaron los ojitos, y su sonrisa se hizo amplia.
Si quiero ser su hijo. Dijo rápidamente. Ahora el era el que abrazaba a Cassie y pedía permiso a Brahim para abrazarlo.
Claro pequeño, dijo Brahim con una sonrisa.
Los tres sabían que tenían un largo camino por recorrer, para adaptarse como familia. Pero para los tres se había cumplido su deseo de navidad, esperado por tantos años.
Cassie y Brahim tenían un hermoso hijo al que querer, y Alex tenía una madre y un padre que lo iban a querer y cuidar, y con los cuales el estaba contento y feliz.
FIN
