MEDIA NOCHE 12:00 AM
Con varias copas de vino en la cabeza es difícil estar en todos tus sentidos. Nosotras siempre nos volvemos locas cuándo estamos borrachas, tanto que al día siguiente no nos acordamos de nada.
Nos sentamos en la cama cada una con su copa medio llena. Estuvimos hablando un largo rato, hasta que recuerdo lo que sucedió hoy y que David me terminó. Me pongo a super triste con esos recuerdos, por lo que comienzo a llorar desconsoladamente, provocando que mi amiga me diga que le voy a inundar la habitación, en son de broma.
—¡No seas mala conmigo! Compréndeme, yo no tengo relaciones amorosas como las tuyas.
— Por Dios ¿Por que dices esas cosas tan locas sabes? muy bien que siempre te comprenderé, y que estaré siempre para tus sonrisas y tus llantos... para secarte cada una de tus lágrimas ¿Entiendes?
— Yo lo se, te entiendo perfectamente mi perra hermosa.
— ¿Para eso están las amigas no?
—Pues sí, para eso estamos.
— ¡Pinky Promise!
En fin... Luego de terminarnos la botella, decidimos ir a dormir para no pensar en tantas locuras.
—Hasta mañana ¡Descansa, llorona!
— Descansa, Isabella.
Al día siguiente.
Ya amaneció. Abro los ojos y me molesta la luz; tengo un dolor de cabeza y una resaca que no soporto.
Tenía mucho tiempo sin beber ¡Que horrible! No lo volveré a hacer
¿Qué hora serán?
— ¡Vaya! abrió los ojos la niña. aquí te traigo unos analgésicos para esa resaca y un café bien recargado.
— Ay... No se que haría sin ti Isa, eres la mejor amiga del mundo.
— Ya deja el sentimentalismo de niña pequeña, mas bien desayuna y levántate, que ya son las 09:00 de la mañana.
— Uy no. Menos mal que ya es sábado porque con qué cara iría a la escuela estando con esta resaca tan pesada.
— ¿Te quedarás allí todavía o qué?
— No, ya me voy a bañar. Tengo muchas cosas que hacer en la casa, especialmente porque mi mamá se pasará el día en casa de mi tía Liliana.
— ¿Es en serio? ¿Te quieres ir a estar sola en tu casa todo el día?
— Sí, lo haré. Mi mamá me dejo un mensaje diciendo que me tocaba hacer aseo y eso. Tu sabes como es ella, hay que obedecerle.
— Bueno, tu verás. Pero conste que te dije para que te quedaras,
— Sí, lo sé... Pero ya déjame irme a bañar y vestirme para irme a la casa. Ya es tarde, sabes lo que me demoro para limpiar la casa entera.
— Bueno, tranquila. Ve a bañarte ya.
Ya ha pasado media hora, me estoy arreglando para irme a mi casa. Tengo tanto que hacer y pensar... en todo lo que pasó con David. Quiero insistirle hasta saber el por qué me terminó.
Bajo las escaleras y me dirijo hacia el carro. Entro, me coloco el cinturón, pongo un poco de música para ambientar y cuando avanzo escucho sonar mi celular. Lo saco para ver quien es y... me sorprendo ¡Es David! no pensé que de verdad fuera a llamar.
— ¿Podemos vernos?— Le escucho decir, sin poder creerlo del todo.
—Mmm sí, claro ¿Cuando quieres?
— Hoy mismo, si puedes.
— Sí, claro. ¿Te parece a las 03:00Pm? Yo llego a tu casa si te parece.
— Sí, está bien. A las tres entonces ¡Adiós!
† Sinerays †
YARENIS GUZMÁN