Ya la televisión anunciaba que el día iba a ser aburrido. En todo lo a Reithan le duró el café, solo había canales de teletienda y un documental sobre la fauna marina. "¿Debería salir a dar una vuelta?" A decir verdad, no era una solución a la rutina muy contemplada en Belfast... Llovía tres de cada cuatro días. El rubio acabó por levantarse para mirar por la ventana, preguntándose qué estaría haciendo su pareja, Kai, en la oficina tan temprano. No hubo explicaciones, solo un beso en la mejilla cuando Reithan aún tocaba el séptimo sueño a las seis de la mañana y un "volveré cuanto antes", pero el joven ya aprendió a traducir eso como un "va a ser un día largo". Igual que para el rubio... Hasta que escuchó de fondo un anuncio
- "¿Preparadas para San Valentin? En la cafetería Real, junto al ayuntamiento, tenemos los mejores bombones"-
La curiosidad le invadió igual que el gato se apoderó del sofá, dejándole junto a la pantalla de pie. "San... Valentín..." Le sonaba. Un poco. Cogió el teléfono y tardó unos segundos en averiguar cual era la pestaña de internet, mirando el calendario tras las comprobaciones- Hoy es trece... mañana es catorce-. Sus ojos se iluminaron... ya tenía plan.
Mientras tanto, ¿qué hacía Kai? La mente del adulto divagaba en la oficina, los documentos y pendientes. Tan ensimismado se encontraba que poca atención le prestó a la charla de su compañera de trabajo.
- " ¡Tienes tanta suerte! Mi marido es un completo antiromance... ¿Y tú Kai? ¿Tienes planes para mañana?."- Preguntó la mujer, genuinamente interesada.
Mañana. " ¿Mañana? " Un largo silencio respondió la pregunta, ganando un par de risitas y comentarios que dejaron a Kai más desconcertado. Mary se apiadó, señalandome el enorme folleto cargado de corazones que adornaba la aburrida oficina. "San Valentin". Por fuera su expresión no cambió mucho, lo cual dio pie a que todos los hombres de la oficina terminen metidos en la misma bolsa de mierda... Pero por dentro, le picó la culpa. Había estado muy metido en el trabajo... ¿Y si Rei esperaba algo? " El crío ni siquiera sabía que carajo era la navidad". Aún así, el adulto tomó del brazo a la pelirroja antes de que se fuera.
- Espera.- Soltó Kai, de repente. Todos se callaron. Como si esperaran una confesión de último momento.- ...¿dónde compraste los chocolates de tu novio?.-
¿Dónde más? En el centro comercial. Lugar donde se encontraría sin saberlo con ese rubio de cabello largo que aceleraba tanto tu viejo corazón. Reithan era tan bello como maleducado. No tenía pelos en la lengua para encarar a esas mujeres desagradables que se colaban sin vergüenza en las filas.
-¡Eh! Me tocaba a mí- Reithan se adelantó sin penas. Si la gorda de delante quería colarse, iba listo. En cuanto le espetó que se esperase, la mujer le echó una mala mirada que ya avecinaba tormenta
- "Los niños de hoy no tienen educación... ¿no ves la edad que tengo?"- Se victimizó la señora. Reithan alzó una ceja
- No. Tus kilos la ocultan-. El cajero esbozó una pequeña sonrisa y bajó la mirada ante la capacidad de la señora de ver por el rabillo del ojo cómo le estaba dejando en ridículo. Hubo gritos, pero el joven rubio no tenía ganas de alzar la voz... Le bastó una ligera mirada y el estante de los chicles se le cayó encima para la mujer golpearle con el bolso e irse indignada. ¿Valió la pena? Bueno, fue divertido. Paguó con el encargado detrás recogiendo el inesperado desastre sus tabletas de chocolate y los moldes
- "Buena esa..."- Le susurró el moreno trajeado del verde del supermercado mientras le daba el ticket, esbozándole una ligera sonrisa que borró en cuanto crucó la puerta. Kai le había enseñado a ser más sociable, pero no a fingir que de verdad los comentarios o acciones de otro le hacían sentir algo de forma real.
- Me pregunto si él tendrá algo para mí...- "Pero San Valentin es para chicas regalando a los chicos" Por eso dí por sentado que me tocaba a mí el trabajo. ¿Acaso no era quien abría las piernas?. A Reithan aún le costaba el acostumbrarse a las festividades, eventos, formalidades... Normal para alguien que estuvo aislado la mayor parte de su vida. Y ese mismo desconocimiento de lo considerado "normal" o no, le llevaba a dudar muy poco de su relación con el adulto. Muchos podrían pensar que estaba loco. ¿Cómo es que un chico tan joven y atractivo podría estar con alguien mayor? Sí, Kai tenía lo suyo, era atractivo... Pero la diferencia de edad se marcaba, y mucho. Sin mencionar lo opuestos que eran. Más bien, la gente tenía la imagen de Kai siendo un hombre ya casado, con mujer y familia. Por eso gente no dejaba de echarle miradas cuando el adulto llegó al centro comercial. Y eso que iba al lado de una colega, Mary. También demasiado joven para él. "¿Tan jodido estoy?" Pensó el adulto para sí. Jamás se le cruzó que parecía un viejo depravado comprando lencería para su novia nueva.
- " ¡Este es lindo! Delicado, atrevido~ A tu chica le-"- Sí, Mary era nueva. Se perdió la presentación oficial de su novio, Rei, en aquella cena.
- Es hombre, no tiene tetas. Y su color es el rojo.- Soltó Kai, sin pensarlo mucho. Y tal vez Mery pensó que ya no compraría el conjunto. Tal vez en su cabeza estaría hasta dos veces casado, con hijos, nietos... Pero Kai ya podía imaginar la cara de confusión y sonrisa burlona de su rubio al caerle con todo el circo que estaban montando. Se le hacía demasiado... Y a la vez no. Mary recomendo un restaurante especial para la ocasión, pero Kai decidió tirar por algo más privado. Pensaba en hacerle su cena favorita, esa que casi nunca comían porque Reithan quemaba todo lo que tocaba y él no tenia tiempo de cocinar en casa. Ya casi tenían todo. Faltaban los chocolates. Apenas se veían los ojos de la pelirroja al estar hasta arriba de bolsas, pero aún así se las arregló para abrir bien los ojos cuando el adulto la detuvo en seco, señalando a...
- Es él.- Su pareja. Reithan. Ese joven que a simple vista podría ser fácilmente confundido con una celebridad. O una estrella de rock. Y eso que el centro comercial estaba lleno no, lo siguiente. Pero era imposible pasarlo por alto. Y Kai no lo decía sólo por conocerle hasta el último pelo... Ese estilo tan juvenil era un plus a esa cara. El rojo y rosa ahogaba hasta al más enamorado y el rubio ya empezaba a agobiarse con la idea de que quizás hacer chocolate casero no era lo mejor. La receta parecía sencilla... "y la de la lasaña que dejaste ardiendo en el horno antes de ayer también" Se recordó
pasando saliva, giró su rostro... Y vio a Kai. No solo a él, sino a una muchacha joven cargadísima con cajas y bolsas. Acomodó su mochila como si sintiera que el mayor tenía rayos x para mirar dentro de ella y finalmente se acercó. Detalle que hizo levantar una ceja a Kai. Su pregunta, le sacó una sonrisa que el adulto no quiso mostrar sólo por verle.
- ¿Me pones los cuernos?- Preguntó Reithan, sin siquiera saludar. Mary se encogió muy nerviosa, sin pillar la broma. Quizás porque no sabía usar un tono apropiado... Suficiente con que Kai las pillara- ¿Qué haces por aqu--?- La pregunta salió al mismo tiempo. Reithan sabía que Kai le daría el turno a él... Siempre lo hacía- Dí una vuelta. La lluvia me agobiaba y me metí a pasear por este centro comercial. ¿Quieren tomar algo?.-
- Decidiste dar una vuelta...- Kai alargó sus palabras, como si fuera posible sacarle más información de esa manera.. " El lugar está demasiado lleno como para que decida entrar." Le conocía, y bien. El rubio solía evitar los lugares concurridos. ¿Acaso Reithan le ponía el cuerno? Kai dio unos pasos hasta quedar al frente de Rei, aprovechando para acomodar esos mechones que no entraron en la coleta del rubio.- Tenemos trabajo. Lo compensaré en casa...- Le miró desde arriba, muy, muy de cerca. Era una forma silenciosa de recordarle que no se meta en peoblemas... Porque se enteraría. Tarde o temprano. - Regresa con cuidado.-
¿Fue muy cantosa la mentira de Reithan? El rubio se quedó mirándole muy fijamente a medida que se acercaba, ya sacándole ese nerviosismo que no quería mostrarle. Le acomodó varios mechones... y soltó lo de casa. Si descubrió algo extraño en él, no quiso discutirlo en aquellos momentos y tal oportunidad le daba tiempo de sobra a Reithan para pensar qué decirle más tarde si volvía a sacar el tema. Le echó otro vistazo a la chica. Pareció darse cuenta de que el rubio se percató sobre cómo le estaba comiendo con la mirada, así que se alejó un par de pasos... Momento que el joven aprovechó para ponerse un poco de puntillas y darle un beso a su viejo gruñón. Ligero, recatado... pero en los labios después de todo. Medio mundo se quedó mirando por algo que a Rei, personalmente, le parecía una tontería que cualquier adolescente hubiera hecho y todos ignorado... ¿por qué tanto escándalo entonces?
- Quién diría que me amas con esa mirada...- Murmuró Reirhan sobre los labios de Kai. Y el rubio bien sabía cual era la debilidad del mayor: Él. Los ojos fríos de Kai mostraron cierta ternura y anhelo luego de ese pequeño beso... Detalle suficiente para no alargar el interrogatorio y dejarle ir. Antes de alejarse, Reithan hizo un gesto con la mano de despedida a su compañera y salió sin mirar atrás del sitio. Debía empezar su tarea de hacer bombones... Aunque la perspectiva le empezaba a parecer bastante negra.
A decir verdad, Kai sí que tenía trabajo, pero... Pese a los meses, ya casi el año, le resultaba duro descuidarlo tanto, devolverle un poco de su libertad... Era peligroso. ¿Y si le pasaba algo?
- ¿Cómo se conocieron? ¿Cuánto llevan juntos? ¡Es que no lo creo!.- Para ser tan joven, Mary era demasiado descarada, pero se lo perdonaría por ser su mula de carga.
- En un evento. Es artista.- Mentira, pero Kai y Mary no eran tan cercanos como para contarle toda la vida. Además... La muchacha había tenido demasiadas sorpresas por hoy. ¿Cómo reaccionaría si le dijera que prácticamente recogió a Reithan de la calle? Por suerte, el papeleo no le dejó continuar... Pero por desgracia, esa misma mierda esclavizó a Kai hasta el anochecer.