No sé qué hacer, no se ni que siento en este momento, son tantos sentimientos que darle el nombre de uno solo no sería lo correcto.
El hombre que estuvo a mi lado por diez años, ese que conocí cuando tenía dieciséis años y nos hicimos novios, con ese que me casé hace un año; ya no existe.
Hace unas horas atrás, los dos estábamos juntos, nada era extraño, él sonreía a mi lado mientras veíamos la tele, su cabeza estaba en mi regazo.
Después de recibir una llamada, salió afuera a atenderla. Ya comenzaba a anochecer, cuando entró me dijo que tenía que salir ya que lo llamaron del trabajo. Sentí que algo debió de pasar, ese día era de descanso para él.
No le cuestioné nada y lo dejé marcharse. Yo seguí viendo la tele, era la hora de los programas en donde hacían competencia para ver quién sabía más, me parecían ridículos, la mayoría que iba no era para nada inteligente; creo que era eso lo que me hipnotizaba tanto, que podría pasar horas viendo esos programas sin aburrirme.
Y así las horas fueron volando, la medianoche y mi esposo no había regresado, me preocupe pensando sobre si algo le pasó.
Me pusé un abrigo y salí de la casa, en estas épocas hacia un frío para matar a cualquiera. Mientras caminaba a su trabajo, vi una pareja muy pegada, no le iba dar importancia, iba seguir, pero cuando vi el color de el abrigo del hombre detuve mis pasos y los observé desde la distancia.
No tuve que esperar tanto, después de estar besuqueándose, el hombre se alejó de la mujer y se volteó para continuar su camino, no sin antes enviarles desde la distancia un par de besos en el aire.
No quería creerlo, temía que fuera verdad, pero, hasta su forma de caminar era igual, la misma ropa y la forma en que movía su cabeza de un lado a otro.
No me acerqué a preguntarle nada, caminé lento con pasos suaves, lo seguí y cuando lo vi frente a nuestra casa, se me rompió el alma. En mi pecho sentí algo pesado y la garganta tapada, quería llorar.
Después de que él entrará con sus llaves, me quedé afuera, lloré y lloré. Y aún así sentía que dolía más.
Por un momento esperé que la puerta se abriera y me viniera a buscar, se preocupara por mi, sin embargo nunca llegó.
Después de hechar todo afuera, entré. Todo lucia oscuro, en la habitación lo encontré dormido profundamente.