POV Natalie:
Y mientras camino hacia la salida del hospital voy algo aturdida y perdida en mis pensamientos. Cuando desperté está mañana no esperaba recibir esa noticia...
Sé que se estarán preguntando ¿de qué estoy hablando? Así que, muy bien, comencemos desde el principio...
Seis meses antes.
Me encontraba en esta misma situación, salía de mi consulta anual, pero esta vez a diferencia de otras veces, me habían confirmado lo que toda la vida había temido, tengo cáncer en el cerebro. Mi madre había fallecido de esta misma enfermedad y por prevención toda mi vida me había hecho los estudios correspondientes, a ella no pudieron salvarla, puesto que cuando se lo diagnosticaron ya fue demasiado tarde, pero como si el destino, la suerte o la vida misma se estuviera riendo en mi cara, yo no contaba con mejor suerte. Mi médico aún no sabía como poder explicarme lo que estaba pasando.
Narrador omnisciente.
Minutos antes en la consulta.
— Señorita Park, lamento tener que darle esta noticia, pero aún hay posibilidad...
— ¿cuánto? ¿Cuánto tiempo me queda?
— No tiene por qué ser así, si se somete a una operación...
— Y que me suceda lo mismo que a mi madre, no gracias. Prefiero vivir mis últimos días con vitalidad, no postrada en una cama con la esperanza de algún día despertar. Ahora sea honesto, ¿cuánto tiempo me queda?
El doctor miró a la chica con pena, puesto que aún era muy joven para estar pasando por toda esa situación, pero aun así dijo.
— Seis meses... siete como máximo. El tumor está localizado en el tronco...
— No me interesa saber, solo quiero que me diga si podre vivir estos meses con normalidad.
— Los síntomas incluyen dolores de cabeza nuevos o cada vez más intensos, visión borrosa, pérdida del equilibrio, confusión y convulsiones. En algunos casos, no hay síntomas. Pero también puede presentar cambios de personalidad, dificultad para hablar, somnolencia...
— Entiendo, muy bien, creo que eso es todo entonces.
— Pero, señorita aún hay posibilidad...
— Deme una cifra, ¿que posibilidad hay de que la operación tenga éxito y yo quede con todas mis facultades intactas?
— No quiero mentirle, pero hay una probabilidad de un cuarenta porciento de éxito...
— Entiendo doctor. No haré esa operación, estoy en todo mi derecho de decidir como quiero pasar mis últimos días y esta es mi decisión.
El médico solo asintió aún en desacuerdo con las palabras de la chica pero solo agregó.
— Muy bien señorita Park tiene mi contacto personal si llega a pasar por alguno de esos síntomas antes de tiempo, avíseme por favor.
Natalie solo asiente y sale del consultorio sintiéndose devastada.
Mientras caminaba por los pasillos del hospital no podía dejar de pensar en que haría a partir de ese momento.
Sin dejar que esa noticia la aplastará por completo salió del hospital con destino hacia su trabajo.
De camino hacia su oficina recibió un mensaje de su novio pudiendo verla en la cafetería que estaba cerca de su trabajo. Aún dudosa de si debía o no contarle la verdad sobre su actual salud, decidió ir a verlo puestos que hacía varios días que no lo veía, ya que había tenido un viaje de negocios que los había separado por más de un mes. No paso mucho cuando llego a la cafetería y al no verlo por ningún lado le envió un mensaje preguntó donde estaba. Lo que nunca espero fue que una mujer con un vientre bastante abultado se acercara a ella y le dijera.
— ¿Tú eres Natalie?
La chica la miró con confusión, puesto que no la conocía de nada y con curiosidad preguntó.
— Sí, ¿y usted es...?
Sin poder hacer nada solo sintió como la mano de la señora aterrizaba en su rostro. Sujetó su mejilla y mirando nuevamente el rostro de la mujer está le grito.
— Eso te mereces por meterte con un hombre casado. No tienes vergüenza, quitarle el padre así a un niño que aún no nace es de...
— Señora tranquilícese, segundo no se de que me está hablando. Yo...
— No seas hipócrita, has venido a verte con mi esposo. ¿O es que me lo piensas negar?
Natalie vio como la mujer levantaba el teléfono celular de su novio y le enseñaba el chat donde el último mensaje que ella le había enviado se veía claramente en la pantalla. Sin poder creer en su suerte, cerró sus puños con frustración y dejó que la mujer siguiera gritándole cosas sin sentido. Al ver que pronto la cafetería se había llenado de chismosos para presenciar la discusión, levantó su rostro y dijo de manera firme.
— Fue suficiente, aquí el único sinvergüenza es su esposo, yo no sabía de su existencia y mucho menos de su estado.
— Ja pretendes que crea eso, yo conozco muy bien a las de tu clase. Piensan que por ser jóvenes y bonitas pueden quitarle a otras mujeres sus esposos y...
— ¿Quitarle? Señora, no se humille más, aquí la única que está siendo perjudicada con sus palabras es usted misma. En vez de reclamarme a mí, debería estar reclamándole al desgraciado que tiene por esposo. Con esto se está dando cuenta de la clase de basura que es, no se merece ni una sola de sus lágrimas, ni de las mías. Yo aquí soy otra víctima más, no entiendo por qué me cito aquí.
La mujer quien seguía iracunda grito.
— No mientras, tú engatusaste a mi esposo...
— Y pobrecito él, no se pudo resistir ¿No sé así? Vuelvo a repetir, yo no sabía de su existencia, y aun si lo hubiera sabido, yo soy una mujer soltera porque tendría que ser un impedimento para mí salir con quien se me dé la gana. Aquí quien obró mal fue su esposo, quien no solo la traición y engaño en su estado, sino que también jugo conmigo, pero ya no se preocupe, mis días están contados y no tengo tiempo para invertirlos en estos dramas. Quédese tranquila con su esposo yo ya no lo quiero.
Natalie se estaba por ir cuando de pronto un jadeo grupal la alarmó. La mujer empezó a doblarse de los dolores en su vientre y por culpa o lástima no sabía bien que sentía en ese momento se acercó a ella y grito.
— Llamen a una ambulancia...
Continuará...