"Solo basto una mirada para verla".
Eso fue lo que pensaba cuando la vi en el salón de clases, este es el tercer año antes de graduarnos de la secundaria.
Si no le decía ahora lo que sentía, ¿Entonces cuando sería?.
Apenas empezaba el curso escolar y llevaba dos años solo mirándola de lejos.
Sus ojos marrones con ese cabello liso y de color como la miel.
No era la chica más popular de la escuela, tampoco la que todos los chicos desearían pero era la chica perfecta para mí.
De eso no había duda.
Así que porfin lo tenía decidido, se va a declarar.
Cuando llegó el receso ella siempre salía a comprar el almuerzo con sus amigas así que espere a que saliera para dejar la carta en su asiento.
Así como fue pasaba cada día de la semana ella se levantó y empezó a caminar con ellas.
Me levanté y dejé la carta en su pupitre y me aleje.
Ellas no tardaron en regresar y Nadia encontró la nota oara abrirla.
"..."
"Una carta de amor pero no tiene remitente".
Una de sus amigas hablo en voz alta, no importaba la mayoría de la gente de salón salía y nadie se dio cuenta que deje la nota así que solo me tocaba esperar a ella fuera al punto de reunión.
Ella leyó la carta alejándose de sus amigas y después la guardo en el bolsillo.
Solo faltaba que ella se reuniera conmigo y decirle lo que sentía.
Me prepare mentalmente cuando la campana del termino de clases sonó.
"Saúl, vamos a casa".
Su mejor amigo que iba en la clase de a lado dijo desde la entrada del salón.
"Hoy no".
"Tengo cosas que hacer".
Su mejor amigo asintió pesadamente y se despidió para irse.
"Nos vemos mañana".
Cada año escolar revolvian los grupos y esta vez le había tocado un salón donde no conocía a nadie más que a ella.
Fue feliz al saber que iba estar en el mismo salón que la chica que le gustaba.
No pudo evitar sentir nervios de nuevo y empezó a tomar camino hacia el lugar indicado para verla.
"Laura".
El susurro de un hombre se escuchó hablando con la chica que le gustaba.
El momento que se hizo eterno solo observó a su mejor amigo besando a la chica que le gustaba.
"¿Saúl?".
Su mejor amigo hablo al sentir la mirada y cuando volteo se encontró con Saúl.
"¿Eres quien me envió la nota?".
Ella pregunto sacando la nota de su bolsillo.
"..."
El silencio se hizo cuándo se dio cuenta que la letra era de Saúl.
Jorge el nombre de su mejor amigo se quedó en silencio, el sabía desde el primer año que Saúl le gustaba mucho Laura.
Al final a él también termino gustandole y hace medio mes en las vacaciones el había empezado a salir con ella ya que se encontraban seguido.
"Lo siento, tengo novio".
Las palabras de Laura fueron hacia Saúl que seguía parado en silencio con los ojos tristes por la traición de su mejor amigo.
Laura le había dicho a su novio que tendría cosas que hacer y que se adelantará es por eso que Jorge había invitado a su amigo a ir a casa con él y también le quería decir que estaba saliendo con Laura.
No espero que se enterará así.
El nudo en la garganta de Saúl no dejo que el pudiera hablar.
Después de eso un momento incómodo se hizo en el lugar y Saúl solo se volteo para irse.
Jorge solo vio como su mejor amigo se iba derrotado.
La desilusión de un amor y la traición de su mejor amigo.
Ahora la palabra afortunado por estar en el mismo salón que el de ella se convirtió en una maldición.
'La vida no es justa'.
Esas fueron las palabras de Saúl al llegar a su habitación.
Su mejor amigo le quitó la chica que le gustaba.
Al otro día no fue a la escuela, se tomó el día libre para poder pensar en superar su desilusión y al segundo día del incidente regreso a su rutina.
'Hare que no me afecta'.
Al llegar al salón se sentó en su lugar y el chico de enfrente solo se rió de él.
"¿Es cierto que le intentaste bajar a la novia de tu mejor amigo?".
¿Eh?.
La mirada sorprendida de Saúl se dirigió a su compañero de adelante de su lugar.
"¿De que hablas?".
Pregunto.
"Ayer salió el rumor o más bien la noticia que toda la escuela sabe que le intentaste quitar la novia a tu mejor amigo".
"..."
El compañero negó con la cabeza.
"Entonces es cierto, ahora te ven mal por eso".
Decir que a él fue el primero que le gustó Laura, no sabía que Jorge y Laura salían juntos.
Se había convertido en la comidilla de la escuela.
Ahora sabía porque lo habían visto con ojos extraños y se escuchaban susurros en cuanto lo vieron.
Las clases continuaron su curso y llegó la hora del receso solo para que sus amigos llegarán frente a él y lo enfrentarán.
"Eres un bastardo".
"¿Cómo con la novia de tu mejor amigo?".
"Eres lo peor".
"Jorge merece la felicidad y el amor de Laura, no te metas".
Esas fueron las frases que cayeron una por una.
De un momento a otro se había quedado solo sin poder hacer nada.
No dijo nada, no respondió nada solo se quedó en silencio esperando que se fueran.
Aún no superaba el shock de la traición de su amigo.
"Deberíamos darte un escarmiento, no eres leal a tus amigos así que ya no lo seremos".
"Debes de pagar por meterte con uno de los nuestros".
Esas fueron las palabras de Isaac.
"No se metan conmigo, yo no sabía nada de que Jorge andaba con Laura".
"Jamás me dijo, así que metanse sus problemas por donde les quepa".
"..."
Hubo un silencio prolongado, se había quedado callado porque a pesar de todo ellos fueron buenos amigos pero ahora habían cambiado diciendo que lo golperarian.
Eso es algo que no soportaría bmde nadie y eso los incluía.
"Además ustedes sabían que me gustaba Laura desde el principio, ¿Acaso no fue el quien me traicionó?".
"¿Por qué no me dijo que el salía con ella?".
Una vez más ellos se quedaron callados.
"Si van a molestar váyanse y no vuelvan".
"Para estos disque amigos para que quiero enemigos".
Lo último salió como un susurro y los cinco chicos salieron del salón.
Ahora su vida escolar estaba arruinada.
Laura habia escuchado toda la discusión y solo se sentó en su pupitre.
Los rumores de que Saúl le quería quitar la novia de su mejor amigo salió de ella y sus amigas.
Despues del receso las clases continuaron hasta que terminó el horario escolar.
Saúl tomo sus cosas y salió solo para encontrarse a Jorge que venía por Laura.
Lo evitó.
Saúl siguió su camino sin siquiera voltear a ver a quien fue su compinche.
"Haa"
El suspiro que tenía agonía se escuchó por toda la habitación.
Después observó el violín que tenía en su habitación.
A él le gustaba tocar el violín por su abuelo que lo tocaba para él.
Pronto habria un concurso y se decidió.
Salió a inscribirse, algo que una vez le dijo su difunta madre fue que nunca te rindas aunque todo salga mal.
El éxito también es la forma de vengarse, si todos te ignoran demuestra que eres el mejor y te vean aunque no quieran.
Una sonrisa brillante y triunfadora.
Eso es lo que haría.
La inscripción se hizo y tuvo que escoger su tema.
Ese día se propuso luchar para el torneo y poder distraerse de la vida escolar desolada que ahora tenía.
Empezó a llevar el violín a su escuela para practicar incluso en el receso.
La maestra de música le dio permiso de tocar esa media hora y ese día estaba más que emocionado tocando cuando escucho una voz.
"Con un acompañamiento de piano se escucharía mejor".
Una chica de ojos verdes y cabello de color caramelo estaba en la entrada del salón de musica.
"Si, pero es una canción para solo violín".
"¿Participaras en el concurso?".
Ella pregunto cuando se acercó al piano que había en el salón.
"Si".
Saúl no lo tomo mucha importancia a la chica bonita que habia entrado.
"Se la pieza en piano, hagamos un dueto".
Las teclas del piano empezaron a sonar y la dulce melodía de una canción triste se escuchó.
Saúl asintió y empezó a tocar acordé a su piano.
El dueto piano y violín resonó por todo el salón y el pasillo de dónde se encontraba el salón de musica.
"Increíble".
El final fue tan increíble que cuando vio a la entrada habían diferentes estudiantes y maestros aplaudiendo.
"Si tocas así en el concurso ganarás, hagamos un dueto si quieres después de la competencia".
"Me gustaría, soy Saúl de tercer año".
"Yo soy Adriana también de tercer año, creo que somos vecinos de salones".
Con una sonrisa ella se fue.
"Nos vemos mañana".
"Claro".
Desde ese día los dos estuvieron encontrándose en el salón de musica.
Un día antes de la competencia Jorge apareció en la entrada de su casa.
"Lo siento, Saúl".
"Vete, has hecho que todos me vean como el maldito que le quiso quitar a la novia a su mejor amigo".
"Yo, no quería que fuera así".
Saúl negó riéndose fríamente.
"Yo creí que eras mi compa, mi amigo, pero solo me apulalaste".
Apenas había pasado tres meses que habían entrado al ciclo escolar de su último año.
Nadie hablaba con él y solo lo exiliaron.
Si no fuera por su nueva amiga esto sería un infierno.
"Lárgate".
El culpable de todo esto fue el bastardo que estaba frente a él.
Jorge ya no pudo decir nada y se fue triste.
Adriana de la clase de alado una chica linda y amante a la música.
Sus padres son músicos de jazz y ella quería ser pianista.
La amistad se estaba formando entre los dos.
El concurso llegó y Adriana fue también a apoyarlo.
Cuando se paró en el escenario el miedo y los nervios se acumularon y después vio a Adriana desde lejos.
"¡Tu puedes!".
Ella gritó dulcemente.
La confianza apareció nuevamente y empezó su pieza musical.
Como el día que conoció a la chica frente a él.
Cómo el dueto que tocaron por primera vez.
La melodía triste pero hermosa se escuchó por todo el auditorio y el silencio armonioso del público deleitó la música que salió del violín.
Los sentimiento de la traición y del desamor fueron transmitidos del violín de Saúl.
Más de una persona lloro, los sentimientos de la soledad y también la alegría inesperada que había llegado.
Saúl ganó el primer lugar del concurso de otoño.
"Increíble".
"Impresionante".
Adriana emocionada le dijo a Saúl.
Ella sabía a quién le transmitió esos sentimientos amargos, no había nadie en la escuela que no supiera de su historia pero a ella no le importo.
"No es como todos dicen, la música es el reflejo del alma del músico".
"Tímido y amable, triste y decepcionado".
"Eso es lo que muestra tu música".
Adriana miró fijamente a Saúl y después de una bocanada de aire ella dijo.
"Eso es lo que siempre me ha gustado de ti".
"¡!".
Saúl estaba en shock al escuchar esas palabras.
"Desde que te escuché la primera vez siempre quise conocerte, siempre quise ir en tu mismo salón pero no fue así".
"Saúl, tu me gustas".
"¿A mí?".
"¿Yo te gusto?".
"Si".
El corazón de Saúl tembló y abrazo a Adriana.
"Gracias, tu también me gustas, eres una luz brillante y cálida".
"Sal conmigo Adriana".
Ella que pensó decir esas palabras, fueron robadas por Saúl pero se sintió más que feliz.
"Si".
Tomados de la mano iniciaron una nueva etapa.
En la escuela todo cambio.
Fin.