Si pudieras ver a través de mi corazón, si pudieras estar en mis pensamientos, entenderías cuanto me gustas.
Al principio pensaba en mantenerme callada y no decir nada a nadie, pero no me gusta mantener mis emociones guardadas, más cuando sé que no lo podía disimular tanto como quería, con las palabras lo disimulaba fácilmente, pero lo difícil era con acciones, miradas y el lenguaje corporal. Me di cuenta de que no lo podía ocultar por más que lo intentaba cuando dos amigos (uno que tenemos en común) me lo preguntaron directamente.
Me llamaste la atención los primeros días de clases en 2022, pero no le hice mucho caso, hasta que empecé a buscarte en los recreos y querés saber más sobre quién eras. Pensé que iba a ser algo temporal y que después de meses sin verte por las vacaciones de verano se me iba a pasar, pero no, acá me tenés escribiéndote una carta solo por existir.
A medida que se iban acercando los primeros días de clases del 2023 me sentía emocionada porque esta vez sí iba a animarme a hablarte, pero me agarró miedo e inseguridades por no saber qué decir o si te iba a caer bien.
Al final, con miedo de que te alejes, te lo confesé y me alegra que todavía sigamos hablando.