La mayoría de las historias interesantes comienzan con una noche estrellada, pero esta no.
Todo ocurrió una noche a la que podríamos llamar común, sin estrellas que titilarán, sin nubes tormentosas, solo era una noche oscura y aburrida, tan aburrida que ni los grillos querian hacer sus ruidos adormecedores. Me había quedado sola en casa y estaba igual que la noche, aburrida, viendo la televisión en la sala, pero sin escucharla, entonces escuche un ruido afuera, una risa, se escuchaba como la de un niño, inocente, pura, me hizo recordar a cuando yo era pequeña, una risa sin preocupaciones, esa risa que estaba antes de las inseguridades, esa risa de los tiempos en los que solo me asustaba el monstruo debajo de mi cama y no el que se escondía en mi alma.
Me asome por la ventana y en efecto, vi un niño, o al menos la silueta de un niño, en medio de la eterna oscuridad de esa noche, apenas podía ver mi nariz, decidí salir a ver que quería ese niño que estaba sentado en el cesped del frente de mi casa, aquel niño era pequeño y muy hermosos, de ojos azules como el cielo y el cabello del color de la madera vieja, pude percibir sus razgos gracias a la tenue luz que emitia la televisión hacia afuera; pero a ese niño precia que le faltaba algo, y no sabia que.
- Oye niño ¿Que haces aquí?
- Estoy solo señorita. Respondió con una voz dulce y parecía muy educado.
- ¿Y donde están tus padres?. ¿Que más podía preguntar? Había un niño en mi patio alegando estar solo.
- No lo se, no lo se desde hace mucho tiempo, ¿Eso es malo? ¿Es malo que esté solo señorita?. Me lo preguntó mirándome con sus bellos ojos. Decidí sentarme a su lado, pero no demasiado cerca, había algo en él muy misterioso.
- Se supone que sí, pero no pareces estar asustado?
- ¿Por que tengo que estar asustado? (¿Este niño solo sabía hacerme preguntas demasiado difícil de contestar?)
- ¿Por que haces tantas preguntas?
- Lo siento señorita, es que llevo mucho tiempo sin hablar con nadie (!¿De donde será este niño?!) Normalmente solo veo a las personas vivir sus vidas de una manera muy... Extraña.
- ¿Como que extraña?
- Pues, a las personas les gusta fingir que les gusta hacer lo que hacen, como trabajar, les gusta fingir que aman a personas, cuando no las aman, les gusta fingir que son felices, cuando no lo son. Sus almas están llenas de intranquilidad, de miedo, de insadisfa?... Insatista?...
- ¿Insatisfacción?
-¡Si eso! Siempre los veo así, y parecen ser concientes de lo que sus almas sienten pero no hacen nada para cambiarlo.
- ¿Como estas tan seguro de lo que sus almas sienten?. El niño no respondió.
- Señorita ¿Que cree que fue primero? (La gallina o el huevo seguro...) ¿El cuerpo... O el alma?
-Amm, no lo se ¿Tu lo sabes?
- Si! Si lo sé! ¿Quiere que se lo diga?
A este niño parecía emocionarle saber algo que una persona "grande" no.
- Si, dímelo por favor.
- ¡Primero fue el alma! El cuerpo solo es una extención del alma, está hecho para protegerla de las cosas malas del exterior.
- Y entonces ¿ Por que dices que las almas de las personas tienen todas esas cosas malas? ¿No se supone que están protegidas?
- ¡Por los sentimientos!, las almas producen sentimientos conforme el cuerpo y la mente vive experiencias. Cuando te asustaste por primera vez por un monstruo debajo de tu cama, se forma el miedo en tu alma y se queda ahí por el resto de tu vida.
Estar sentada afuera, con solo una luz tenue que se reflejaba de adentro, viendo a ese niño de ojos azules, hablando de un tema del cual seguro nadie más sabia tanto, era algo... Extraño.
- ¿De donde eres?
- No lo se, solo recuerdo que un día aparecí en la calle sentado y que nadie me prestaba atención.
A pesar de estar en una conversación tan interesante con un niño desconocido, el hecho de que sus respuestas a mis preguntas de quien era, fueran tan raras, me preocupó...
- ¿Sabes? A unas cuadras hay una estación de policía, podrías ir y decir...
- Señorita ¿Por que usted está sola?. Esa pregunta me tomó por sorpresa.
- Amm, pues... Mis padres salieron...
- Me refiero a ¿Por que su alma está sola?
- Yo... Este... No lo se (este niño ya me resultaba muy extraño)
- Sabe señorita, yo siempre estoy solo, pero mi alma no. La soledad es el único sentimiento que el alma puede controlar, porque es propio, ni siquiera el alma puede controlar el amor.
- ¿Y eso que significa?
- Significa que usted está sola porque quiere señorita.
- ¡Claro que no!
Me enojé y el niño se sobresaltó, se puso en posición fetal y se arrullo a si mismo como si estuviera en una cuna, parecía que estaba traumado por algo, parecía como si le hubiesen gritado mucho en su vida.
- Lo siento niño, no te quería asustar, perdóname por favor.
El niño, que tenía los ojos cerrados, los abrió poco a poco, al ver que yo ya no era hostil, sonrió y estiro sus pequeñas piernitas en el cesped, no me había dado cuenta de que estaba descalzo, pero sus pies no parecían estar sucios.
- La perdono señorita, pero por favor no me vuelva a gritar. Lo dijo con una sonrisa, diciéndolo como en broma, siempre me ha sorprendido como los niños cambian de emociones tan de repente.
-¿Me podrías explicar como es eso de que estoy sola porque quiero? Era increíble para mí estar pidiéndole que me explicara algo a un niño que no parecía llegar a los 7 años.
-Claro; su alma se siente sola porque quiere, porque a pesar de que tiene familia, amigos y personas que la aman no esta conforme con ese amor, quiere que la ame algún chico, o alguna persona famosa, quiere que la ame el mundo entero, pero ese amor tampoco es suficiente, el amor de otras personas nunca es suficiente porque depende de otras personas señorita, por eso es más importante el amor al yo.
- Te refieres al amor propio?
- Si eso, porque cuando te amas a ti mismo, nunca estarás solo.
En toda mi vida, nunca había oido unas palabras tan ciertas, y el hecho de que fuera un niño extraño el que las dijera, era aun más peculiar, no con cualquiera se tiene una conversación tan profunda, en una noche aburrida como esa, estaba segura de que yo, ya no estaba aburrida; pero era tarde, y mis padres llegarían en cualquier momento.
Me quede un rato pensado en lo que aquel niño había dicho y él tambien se quedo en silencio, viendo las casas y los árboles.
-Pues, creo que tienes mucha razón, eres un niño muy inteligente.
- ¿!De verdad señorita!?. Por un momento vi como sus ojos emitieron un destello al preguntarme con una gran sonrisa,no era un destello común, como ese destello que las personas inventan en los ojos de los demás; era puro, pero tambien era como un vacío, sentí como si pudiera caer en su interior, como en un agujero negro,vi desesperacion por ser escuchado,pero también satisfacción, vi miedo y alegria, vi amor y odio, parecía que estuviera viendo una vida entera en sus ojos; en ese momento me di cuenta de que era lo que le faltaba, ese niño no tenía vida, al menos no ahora, pero si tenía un alma, era una situacion demasiado confusa para mí, pero decidí dejarla de lado.
- Oye pequeño, ya me tengo que ir, mis padres volverán pronto y tengo que entrar a mi casa ¿Tu que harás?
- Yo también me voy a ir señorita, pero luego de que usted entre a su casa.
- Ok. Me levante del cesped, aun estaba seco, parece que el rocío de la noche aun no llegaba, caminé hasta la entrada y cuando iba a abrir la puerta decidí voltearme y preguntar.
-Oye niño!
- ¿Si?
- ¿Tu eres...Un espíritu?
- Creo que sí
- ¿Y vienes del cielo o del... Infierno? Osea ¿Eres bueno o... Malo?
- Creo que soy un espíritu de la tierra,de las personas, osea; no soy bueno, ni malo, al fin y al cabo, las personas no son buenas o malas nada más, son como vasijas, están las nuevas, las rotas a la espera de que alguien las reparé... Y las reparadas, que a pesar de haber sido reparadas, nunca serán lo mismo de antes.
- Entiendo, hasta pronto pequeño.
- Hasta pronto señorita.
Entré a la casa, cerré la puerta, me asomé por la ventana y en efecto, el niño se había ido, entonces me fuí a dormir. A la mañana siguiente desperté muy temprano y muy lentamente, había dormido muy bien esa noche; pensé en lo que había pasado y me asomé a la ventana, para descubrir que en frente de mi casa, estaba el cesped aplastado, en el lugar donde el niño y yo conversamos.
Me quedé viendo ese lugar y dije con un tono de cansancio, de sueño, de sorpresa pero sobre todo de alegría.
- Hable con un pequeño espíritu...
Fin ❤️