No te amo, enserio. Te juro que yo simplemente te veo como amigo, pero, nada más.
Eso pensaba Mery hasta que se encontró a Santi. Eso se repetía todos los días, y era inevitable de que nadie se diera cuenta de que Mery estaba profundamente enamorada de Santi, pero es que Santi estaba más ciego que Adrien de Miraculous Ladybug.
Mery se sentó en su silla y al lado su amigo Santi. Santi hoy se notaba diferente, se veia más guapo cada día. El la miró profundamente a los ojos y abrió la boca.
- tenemos que hablar seriamente.
Mery quedó en blanco, estaba asustada, creía que algún chismoso le dijo, pero no, no era así...